Querida Jessy | Capítulo 01: Tres años después

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•Mégane•

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Mégane•

En estos tres años las cosas no han cambiado mucho. Yo me he mantenido como una chica del bien y mi prima Catherine se había vuelto una madre responsable, o lo que la palabra responsable signifique para ella.

Jessy se había mantenido como siempre, al margen de esta familia pero no como una extraña escoria. Se había adaptado un poco más a la familia y se marchó a un internado para chicas en Estados Unidos.

Mis padres se llegaron a casar hace un año aproximadamente y Simón casi se divorcia de Daniela por segunda vez. Pero no por infidelidad, sino porque ella pensaba que no era un buen padre. Exacto, tengo un hermanito. Y mi madre estaba embarazada, de un niño.

Los abuelos estaban como siempre, pendientes a sus internados, trabajando siempre duro, aunque creo que la abuela estaba un poco fuera de sus cabales ahora. Como tiene setenta y tantos y seguía viva ahora se creía inmortal y siempre quería probarlo. El abuelo la ponía a raya pero eso a veces es imposible. Digo... ¿Quién podía domar a Karol Itzitery Piña Cisneros?

Mi tía Itzitery seguía igual, siendo una maldita perra sin corazón. El tío Lí había intentado mejorar nuestra relación pero ella le dijo que prefería que le sacaran los ovarios y le cortaran el clítoris.

Sus palabras, no mías.

El tío Gastón y la tía Nina ya no eran tan fogozos pero su romance baboso continúa. Y amenazaban con seguir por los siglos de los siglos.

Y tal vez ustedes se pregunten. ¿Qué rayos pasó con Alex, Tyler, tu profesor candente y tu secuestrador sensual? Pues, Tyler se había largado junto con Alex a estudiar a Harvard luego de la secundaria. Hablamos siempre por correo y hasta por Skype. Ambos se ven felices, aunque siempre notaba a Tyler más nervioso de lo que siempre ha sido lo que me tenía algo intrigada. El profesor Birkin es otra historia, sigue casado con Meredith y luego de un aborto espontáneo esperan un hijo. Aún manteníamos el contacto pero no hablábamos mucho.

Con Finn... Bueno, estudiábamos en la misma universidad y por eso debíamos vernos casi a diario. Aunque él apenas me miraba y cuando lo saludaba se ponía rojo como tomate y se marchaba rápidamente.

Ahora si, volvamos al presente. Sería unos meses después de mi cumpleaños número diecinueve. Creo que me esperaba una tremenda fiesta sorpresa de parte de mis familiares y asistirían compañeros de la universidad, ya que yo no quería fiesta y ellos querían hacerme una cuando yo no me lo esperaba. Yo no había espiado a mis padres la otra noche y los había escuchado, claro que no.

Estaba en mi habitación, tranquila, mientras leía el libro de Oseas para un estudio bíblico que tendríamos el sábado en la tarde.

Estaba algo molesta con Gomer pues Oseas era buen esposo y la muy perra viene y le pega el cuerno. Pero bueno, no se podía esperar domar a una ramera. Y yo estaba yendo del tema. No era en eso que debía enfocarme con la lectura.

Querida Mégane/Querida JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora