Querida Jessy | Capítulo 55: Sin respiración

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•Jessy•

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•Jessy•

Abrí mis ojos y observé un techo bañado de estrellas. Llevé mis manos a la cara y la restregué. Me pregunté dónde estaba, pero no podía recordar lo que había pasado antes de despertar. Lo único que tenía en mi mente era yo golpeando a Jamie, luego curándole la nariz y al final besándonos encima de nuestra cama.

Aparte de eso, mi mente era una nebulosa oscura. No entendía nada, pero tampoco tenía miedo a pesar de que era probable que no conociera el lugar en donde me encontraba. Me estiré, sintiendo seda debajo de mi piel y cerré los ojos mientras dejaba escapar un bostezo. Ladee la cabeza a un lado y vi mi cabello esparcido sobre una almohada blanca. Acaricié la seda negra que había debajo de mí y luego observé mi cuerpo; estaba vestida con una simple bata roja.

Es probable que debiera estar asustada, no reconocía nada y tenía deseos de correr, pero ni mi rostro y el resto de mi cuerpo parecía querer dar muestras de ello. De alguna manera, mi olfato captaba un olor que me resultaba familiar y hacía que permaneciera donde estaba sin montar un escándalo. Había algo en ese lugar además del olor, un toque en la decoración que me hacía recordar a alguien.

Entonces una canción comenzó a resonar entre las paredes.

Tomé una gran bocanada de aire y tuve deseos de llorar al recordar que me estaba ahogando, aunque no recordaba el lugar. Me mordí el labio inferior mientras intentaba sacar de mi memoria lo que había sucedido antes de terminar en este lugar. Algo debía de haber dentro de mi cerebro, alguna cosa pequeña.

Apreté mis manos en puños y golpee el colchón. Dejé escapar un gemido de frustración y escuché una puerta abrirse y luego cerrarse. Mi cuerpo decidió responder y me senté de golpe en la cama, con lo que mi pelo se arremolinó alrededor en mi cara y mi cabeza palpitó por un instante.

Entrecerré mis ojos, intentando que estos se acostumbraran a la luz que había sido encendida. Parpadee varias veces antes de poder enforcar mi vista en un lugar. Cuando lo hice, puse los ojos como platos, abrí la boca y luego la cerré, fruncí el ceño y me miré a mí misma.

—¿Fineggan? —pregunté y el chico me sonrió con ternura.

Claro, este debería ser su cuarto, en su departamento en el centro de la cuidad. Todo dentro del cuarto gritaba chico fashion y fiestero.

—Jessy —fue su respuesta y mi ceño se frunció más.

Lo observé acercarse a mí con una bandeja en sus manos. Me eché hacia atrás sobre la cama apretando la seda oscura entre mis dedos. Él se detuvo a unos centímetros de la cama y me observó por unos instantes. Dejó la bandeja sobre el colchón y yo miré, había un vaso de jugo y unas tostadas.

—Te lo traje para que comieras —me dijo un poco tímido y me reí.

—¿Por qué estoy en tu departamento? —le pregunté subiendo una ceja y él se sentó en la orilla de la cama.

Querida Mégane/Querida JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora