Historia de Mégane Pasquarelli y Jessy Lí.
Continuación de la trilogía "Niña Mal".
Cuarta y Quinta temporada de Niña Mal.
•ADAPTADAS•
La famosa familia Pasquarelli ha tenido desde siempre descendientes problemáticos y extraños, pero Mégane quiere s...
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•Jessy•
Peter y yo nos quedamos abajo hablando. Yo realmente no tenía idea de que él quería pasarme a buscar al aeropuerto, pero también había sido culpa mía, si yo le hubiese dicho que Mégane vendría, no hubiera querido ir. Así, nos hubiéramos ahorrado muchos desaires. Estaríamos las chicas y yo más tranquilas y él con su esposa, su hijo y su hermano.
—Lo lamento demasiado —me dijo Peter con un rostro por demás arrepentido—. No tenía idea de que no habías contestado porque venía Mégane contigo.
—No —le dije haciendo un ademán con la mano—. Quien debería disculparse soy yo. Debí decirte desde que planee todo.
Peter se acercó a mí luego de dar un ligero suspiro y me cubrió con sus fuertes brazos. Correspondí a su abrazo y apoyé mi cabeza en su pecho.
—No nos preocupemos por eso, aún estoy vivo, al menos —me dijo y yo reí—. No pensé que Még respondería así al verme.
No pude evitar mirarlo. ¿En serio se lo preguntaba?
—Cambiaste de lugar con tu hermano y ambos jugaron con ella. ¿Qué esperabas? ¿Un abrazo? —le pregunté con el ceño fruncido y me alejé de él caminando hacia el ascensor.
—No, Jessy —lo escuché decir detrás de mí.
Llamé al ascensor y me crucé de brazos, negándome a mirarlo.
—Jessy, por favor —volvió Peter a hablar—. Ya te he explicado todo. ¿Por qué te sigues molestando cada vez que tocamos el tema?
—Porque ambos han marcado a mi prima —dije con algo de rabia y me alejé más de él. El ascensor se abrió y yo entré.
—No era mi intención —me contestó poniéndose al lado mío—. Quiero mucho a Sol y nunca quise herirla. En serio.
Sentí una de sus manos sobre mis hombros sintiendo que me desestrezaba. Me calmé un poco pero antes de que pudiera decir algo me llegó un mensaje, a lo que yo respondí rápidamente. Escuché la risita de Peter y le di un codazo con una pequeña y tímida sonrisa en mi rostro.
—Tu noviecito —escuché que dijo picándome las costillas—. ¿Viene a la función?
—Al parecer —le respondí sin despegar la vista de mi celular.
No podía responderle muy rápido a lo que me decía, pues Jamie me respondía casi al instante y sólo podía hablar cuando yo escribía. A veces me preguntaba cómo Jamie podía segur amándome estando ambos tan separados, él tan rodeado de mujeres más bellas que yo.
El ascensor se detuvo y yo guarde mi celular en mi bolsillo trasero. Peter me tomó de la mano y ambos caminamos hasta la habitación de Catherine para hablar con ella. No queríamos arriesgarnos a hablar primero con Mégane para evitar peleas.
