Capítulo 9: Estúpida Catherine

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Catherine y yo llegamos a la casa de los abuelos

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Catherine y yo llegamos a la casa de los abuelos. Nos subimos por la cerca. Ahí no había perro.

Caminamos por el patio y nos subimos a la casita del arbol de Itzitery y Gastón y vimos que el abuelo salía al balcón de su habitación, nosotras le comenzamos a lanzar cosas. Él no se daba cuenta pues estaba hablando por teléfono. En una le dí con una muñeca tremendo trancazo en la cabeza y él gritó de dolor, subió la mirada y nos vio a Cath y a mí.

—¡Demonios! —dijo sobándose la cabeza—. ¡Son carritos y muñecas no malditos cohetes de guerra!

Nosotras nos bajamos del árbol y fuimos a saludar a la abuela. Siempre que venimos ella nos da algo, osea dinero.

Nuestra alocada abuela, Karol Pasquarelli, la reina de Las Vegas y Carolina, la que comenzó con la locura de esta familia y nos motivó a ser siempre buenas chicas pero al mismo tiempo de disfrutar de nuestras vidas.

—¡Hola, preciosas! —dijo respondiendo a nuestro abrazo de oso—. ¿Qué hacen aquí? ¿Molestando a su abuelo cascarrabias?

—No soy cascarrabias —dijo el abuelo saliendo de la casa.

—Ay, cállate, mi amor —le dijo la abuela dándole un casto beso en los labios—. Tengan —dijo sacando dinero de su bolsillo y dándonoslo a ambas.

Algo me llegó a la mente, algo que quería hacer desde hace un tiempo y que Peter me dijo que lo haríamos otro día. Una pequeña bombilla se encendió dentro de mi cabeza y decidí que no podíamos quedarnos mucho rato con la abuela. Le di un codazo a Cath y ella me miró.

—Gracias —dijimos las dos con una sonrisa—. Adiós, abu.

—Adiós, pequeñas.

Salimos de la casa de la abuela y Cath comenzó a marearse. ¿Qué rayos le pasa? La tomé por el brazo y los entrelacé.

—¿Qué rayos te pasa? —le pregunté y ella me miró.

—Estoy embarazada.

La solté de repente. ¡Qué diablos acababa de decirme! ¡No! No puedo creer que Catherine... ¡Catherine Lí-Pasquarelli!, haya sido tan estúpida como para no usar protección y quedarse embarazada. ¡Y la estúpida soy yo!

Eso era familiar, pero era algo que yo estaba dispuesta a seguir de ninguna manera. La abuela se había embarazado de los gemelos a los diecisiete e Itzitery se embarazó de Simón a los dieciocho. Ahora, la loca de Catherine se había embarazado a los dieciséis y yo ni podía creérmelo. Ella, que me decía que lo más importante era la protección...

—No, es mentira —dije mirándola de arriba a abajo—. ¿No te protegiste?

—¡Que sé yo! —dijo ella molesta—. Creo que fue la noche en la que le dijiste adiós a tu virginidad. Yo estaba borracha, no recuerdo absolutamente nada, Még.

—Dios —dije dando media vuelta y pasando las manos por mi pelo, no podía ni verla—. ¿Cómo fuiste tan idiota?

—¡No me reproches! —dijo llorando—. Mamá me matará cuando lo sepa.

—¿Jasson lo sabe? —le pregunté volteando a verla.

—No —dijo con lagrimas en los ojos—. Debo deshacerme de este bebé.

—¡No! —le dije tomándola de los hombros—. No puedes abortar, Cath, ese bebé no tiene la culpa de nada de lo que está pasando.

—Pero, Még...

—Nada, no abortarás...y ahora que me acuerdo... —dije soltándola—. Debemos ir a desenterrar a mis padres.

Querida Mégane/Querida JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora