Capítulo 28

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Ashley, aún con el corazón acelerado por la reciente interacción con Peridot, intentó serenarse mientras la observaba. La perrita Aria, finalmente calmada, se sentó a su lado, pero su mirada seguía fija en la gema alta y esbelta. El silencio se prolongó unos momentos más, pero no era un silencio incómodo. Ashley, ahora más consciente de la oportunidad que tenía frente a ella, decidió intentar romper el hielo, aunque sabía que Peridot no podía hablar.

—¿Eres… eres realmente Peridot, la de las Crystal Gems? —preguntó Ashley, su voz apenas un susurro. La curiosidad y la emoción se mezclaban en su tono, y sus ojos brillaban con un fervor que no había sentido en mucho tiempo.

Peridot inclinó la cabeza ligeramente, sus ojos verdes brillando con una intensidad inquisitiva. No hizo ningún sonido, pero asintió con un movimiento sutil. Ese pequeño gesto fue suficiente para confirmar lo que Ashley había sospechado desde el principio.

—Wow… Entonces, ¿conociste a Steven? —continuó Ashley, avanzando con cuidado en la conversación, sin estar segura de cuánto entendería Peridot.

Peridot, en respuesta, sonrió de manera nostálgica y se llevó una mano a su pecho, haciendo un gesto que Ashley interpretó como un recuerdo muy querido. Luego, levantó su mano derecha y formó un círculo con los dedos, un gesto que Ashley entendió como un "sí". Fue un simple movimiento, pero fue suficiente para que Ashley sintiera una conexión más profunda.

—Él era muy importante para ti, ¿verdad? —Ashley preguntó con suavidad, aún procesando la idea de estar hablando con alguien que había sido parte de tantas historias que había leído.

Peridot asintió de nuevo, y sus ojos se suavizaron por un instante, como si los recuerdos la invadieran. Ashley podía ver que había una mezcla de tristeza y cariño en su expresión, y eso la llevó a preguntarse cuántos de esos recuerdos estaban aún frescos en su mente.

—¿Y… qué hay de antes? Cuando… bueno, cuando no eras tan cercana a Steven. He leído que fuiste… una villana al principio —Ashley vaciló un poco, temiendo que esa pregunta pudiera ser demasiado invasiva, pero su curiosidad era más fuerte.

Peridot frunció el ceño ligeramente, como si estuviera tratando de recordar. Se cruzó de brazos, inclinando la cabeza hacia un lado, y luego, con un movimiento algo torpe, levantó ambas manos y las agitó en el aire, como si estuviera representando un conflicto. Pero su expresión se volvió confusa, como si ciertos detalles se le escaparan.

Ashley observó a Peridot con creciente preocupación. La idea de que Peridot pudiera haber perdido algunos de sus recuerdos debido a los traumas que había experimentado comenzó a tomar forma en su mente. Tal vez, después de tanto tiempo, después de tantas batallas y heridas, tanto físicas como emocionales, algunas partes de su pasado se habían desvanecido o distorsionado.

—¿No te acuerdas muy bien de esa época? —preguntó Ashley, su tono lleno de comprensión y empatía.

Peridot sacudió la cabeza, confirmando lo que Ashley temía. Aun así, la gema sonrió levemente, como si intentara decirle que no importaba demasiado. Ashley, por un momento, sintió un fuerte deseo de abrazarla, de consolarla, pero se contuvo. Peridot ya había mostrado suficiente desconfianza inicialmente, y Ashley no quería arruinar lo que parecía ser el comienzo de una amistad.

Sin embargo, lo que no pudo evitar fue el rubor que cubrió sus mejillas cuando Peridot, con curiosidad, se acercó aún más y alzó una mano para tocar suavemente la cicatriz en forma de rayo que adornaba su rostro. El contacto fue ligero, casi etéreo, pero el gesto hizo que Ashley se quedara sin aliento por un instante.

—Es… es por mi padre —confesó Ashley, sintiendo que debía explicar. Su voz tembló ligeramente, pero se obligó a seguir—. Él… no es alguien amable, y… bueno, esto es algo que dejó en mí. No es solo una marca en mi piel, sino un recordatorio de todo lo que he tenido que soportar.

Peridot retiró su mano, pero no apartó su mirada. La forma en que la miraba, con una mezcla de compasión y entendimiento, hizo que Ashley se sintiera vista de una manera que nunca antes había experimentado. Era como si, sin palabras, Peridot le estuviera diciendo que comprendía su dolor, que lo respetaba.

Pasaron unos momentos en silencio, ambos compartiendo un entendimiento tácito. Ashley quería seguir hablando, quería hacerle mil preguntas más, pero sabía que no debía presionar. El hecho de que Peridot estuviera allí, escuchándola, era suficiente por el momento.

Finalmente, Peridot dio un paso hacia atrás, su expresión cambiando a una más neutra, aunque sus ojos seguían mostrando un rastro de la calidez que había compartido con Ashley. La joven notó el cambio y, aunque no quería que se fuera, sabía que ese momento de conexión estaba llegando a su fin.

—¿Te vas? —preguntó Ashley, su voz revelando un toque de decepción.

Peridot asintió suavemente, pero antes de irse, hizo un gesto con la mano, una especie de despedida que parecía decir "nos volveremos a ver". Su sonrisa, aunque pequeña, era sincera, y la forma en que la miró antes de darse la vuelta le dio a Ashley la certeza de que no era un adiós definitivo, sino solo un "hasta luego".

Ashley se quedó mirando mientras Peridot se alejaba, su figura desvaneciéndose entre los árboles. El silencio del bosque la envolvió de nuevo, pero esta vez, no se sintió sola. Había una promesa no dicha en el aire, una que hacía que su corazón latiera con una mezcla de emoción y esperanza.

El sol comenzaba a bajar en el horizonte, y mientras Ashley observaba el lugar donde Peridot había desaparecido, no pudo evitar sonreír suavemente, todavía sintiendo el calor del contacto de la gema en su cicatriz.

**Continuará**

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora