Capítulo 92

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El grupo avanzaba lentamente por el espeso bosque, el sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rojos. El aire estaba impregnado del aroma de la vegetación húmeda y el crujir de las hojas secas bajo sus pies. Bismuto caminaba al frente, llevando a Lapis en sus robustos brazos con la delicadeza que se reservaba para las cosas más frágiles. La alta figura de Lapis, aunque inconsciente, se veía pequeña y vulnerable en comparación con la imponente estatura de Bismuto.

Jasmin y Ray caminaban un poco más atrás, con Aria, la perrita, trotando a su lado, olfateando con curiosidad el aire a su alrededor. Nagisa, con el apoyo de sus hermanas, seguía de cerca, todavía dolida por sus heridas, pero decidida a mantenerse fuerte por ellas. Karla, Mary y Sarah se mantenían cerca de Nagisa, buscando su protección y consuelo después de la experiencia traumática que acababan de vivir.

A medida que avanzaban, el silencio entre ellas fue roto por las suaves voces de las gemas, comunicándose entre sí de la única manera que podían. Aunque no podían hablar en el sentido tradicional, sus pensamientos y emociones se transmitían entre ellas de manera clara y profunda, como si compartieran una conexión que iba más allá de las palabras.

Peridot, que caminaba junto a Ashley, miraba a su alrededor con una expresión pensativa. Estaba absorta en sus propios pensamientos, preguntándose sobre todo lo que había sucedido y lo que aún estaba por venir. Sus pensamientos, sin embargo, fueron interrumpidos por la voz mental burlona de Bismuto, que se dirigió a ella con un tono que, aunque parecía amistoso, tenía un matiz de picardía.

-¿Qué pasa, Peridot? Parece que tienes la cabeza en las nubes. ¿Es por tu 'nueva amiga' humana?- Bismuto soltó una risa baja mientras giraba la cabeza para mirar a Peridot, que la miró confundida. Aunque Bismuto no podía hablar, la burla y el tono juguetón eran evidentes en su expresión y en la forma en que sus pensamientos llegaban a Peridot.

Jasmin, quien podía escuchar a las gemas, sonrió suavemente al captar la conversación, aunque decidió no intervenir, curiosa por ver cómo reaccionaría Peridot.

Peridot frunció el ceño, todavía intentando entender a qué se refería Bismuto. La idea de que Bismuto estuviera sugiriendo que tenía una relación con Ashley era desconcertante, aunque había algo en su corazón que se revolvía al pensar en la humana. -¿De qué estás hablando, Bismuto? Ashley es una amiga, nada más.- Sus pensamientos fueron claros, pero había una leve duda en ellos, algo que no pasó desapercibido para Bismuto.

Bismuto dejó escapar un sonido que, si las gemas pudieran hablar, habría sido una risa estruendosa. -Oh, vamos, Peridot. Hemos visto cómo te miras cuando estás cerca de ella. No es solo amistad lo que veo allí.- El tono de Bismuto era travieso, pero también había una sincera curiosidad detrás de sus palabras. Era raro para las gemas sentir algo tan fuerte por los humanos, y más aún actuar sobre esos sentimientos.

Peridot, a pesar de no poder expresar sus emociones verbalmente, sentía el calor subir a su rostro, un reflejo de la confusión interna que estaba experimentando. -Eso es... eso es ridículo, Bismuto,- pensó Peridot, pero la incertidumbre en su mente era palpable. ¿Podría realmente sentir algo más por Ashley? ¿Era correcto para una gema tener ese tipo de sentimientos por una humana?

Las palabras de Bismuto la habían dejado pensando. En sus tiempos con las Crystal Gems, el amor era un concepto que entendía a través de sus amigas, especialmente en la relación de Rubí y Zafiro, pero nunca había considerado que podría sentir algo parecido por un ser humano.

-¿Es posible...?- Peridot se preguntó, y su mirada se desvió hacia Ashley, que caminaba a su lado. Había una familiaridad entre ellas, una conexión que Peridot no podía negar, pero ¿podría ser eso algo más que simple camaradería? Mientras continuaban su marcha, Peridot se sorprendió al sentir que su mano, casi instintivamente, se acercaba a la de Ashley, y antes de que se diera cuenta, sus dedos estaban entrelazados.

Ashley, al sentir la mano de Peridot en la suya, se detuvo por un momento, sorprendida, pero luego apretó suavemente la mano de Peridot en respuesta, sin decir una palabra. Sus pensamientos también estaban enredados en la misma confusión que los de Peridot. Sabía que había algo especial en su conexión con Peridot, algo que no podía ignorar, pero también sabía que el mundo que las rodeaba era complicado y lleno de peligros. La pregunta seguía resonando en su mente: ¿Era correcto enamorarse de una gema?

El vínculo entre ellas creció en ese silencio compartido, mientras seguían caminando, mano a mano, hacia lo desconocido. Era un momento pequeño, pero significativo, uno que marcaba un cambio en la forma en que ambas veían su relación. Ninguna de las dos sabía lo que el futuro les deparaba, pero en ese instante, la preocupación y la incertidumbre fueron eclipsadas por la calidez de la mano de la otra.

La paz de ese momento fue interrumpida de repente cuando Jasmin, que estaba un poco más adelante, levantó la mano en un gesto de advertencia. Las gemas, siempre alerta, se detuvieron al instante. Jasmin agudizó sus sentidos, y todas se quedaron quietas, escuchando los sonidos del bosque que las rodeaba. Un crujido de hojas, un susurro en el viento... algo estaba cerca.

Peridot soltó la mano de Ashley, y Bismuto ajustó su agarre sobre Lapis, preparando su cuerpo y mente para lo que pudiera venir. El ambiente, que había sido tan tranquilo momentos antes, ahora estaba cargado de tensión. Los ruidos eran sutiles, pero innegables, y se acercaban cada vez más.

-¿Qué es eso?- pensó Jasmin, mientras sus ojos barrían el área en busca de algún indicio de lo que se avecinaba. No había tiempo para respuestas, solo para estar listas. La sensación de peligro crecía con cada segundo que pasaba, y aunque ninguna sabía exactamente lo que estaba a punto de suceder, todas compartían el mismo pensamiento: debían estar preparadas para cualquier cosa.

El bosque, que antes parecía un refugio, ahora se sentía como una trampa, con sombras moviéndose entre los árboles y un peligro invisible acechando en cada rincón. Pero, a pesar del miedo, sabían que no podían retroceder.

**Continuará...**

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora