Capítulo 187

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La atmósfera en el cuarto donde se encontraban Jasmin, Nagisa, Ashley y las niñas era tensa. Todas intentaban distraerse de la inquietud y del caos que acababa de suceder entre las Crystal Gems. Sarah, sentada en el suelo junto a su perrita Aria, jugaba suavemente con las orejas de la cachorrita, mientras Karla estaba de pie cerca de la ventana, observando el paisaje, pero con la mente claramente en otro lugar. Mary, siempre silenciosa, mantenía su mirada fija en el cuerpo inmóvil de Ray, su pequeño rostro reflejando preocupación.

Ray, acostada en el sofá improvisado que habían armado, seguía inconsciente desde el ataque de Amatista. A pesar de las tensiones, su expresión facial había cambiado ligeramente. Había una pequeña sonrisa en sus labios, como si estuviera soñando algo hermoso. Jasmin, Nagisa y Ashley, que la observaban con atención, intercambiaron miradas intrigadas. Ese pequeño gesto les daba un respiro en medio de todo el caos, aunque no podían evitar preguntarse qué significaba.

—¿Creen que está soñando con algo bonito?— susurró Ashley, rompiendo el silencio mientras mantenía su mirada en Ray. Había algo reconfortante en ver esa sonrisa, aunque fuera fugaz.

Jasmin, siempre observadora, se acercó un poco más al cuerpo de Ray, inclinándose para examinar su cuello, el lugar donde Amatista la había golpeado antes. Fue entonces cuando algo inusual llamó su atención. —Chicas... miren esto,— dijo en un tono bajo pero alarmante, señalando una sustancia extraña que brillaba en el cuello de Ray. El brillo era suave, pero claramente visible, como una especie de energía que pulsaba lentamente bajo su piel.

Nagisa se acercó rápidamente, entrecerrando los ojos para observar mejor. —¿Qué es eso?— preguntó, sin esperar una respuesta inmediata. Se arrodilló al lado de Ray, cuidando de no moverla demasiado mientras examinaba la sustancia con más detenimiento.

—Es... extraño,— murmuró Ashley, inclinándose también. —Nunca había visto algo así.— El brillo parecía ser casi etéreo, como si no perteneciera del todo al cuerpo de Ray, pero tampoco era algo que pareciera dañino. De hecho, daba la impresión de que tenía algún tipo de propósito, aunque no podían saber cuál.

Jasmin, con el ceño fruncido, se levantó lentamente. —¿Podría haber sido Amatista? Quiero decir... ella fue la que la golpeó... pero tal vez no quería lastimarla.— Su voz estaba llena de duda, pero también de esperanza. Amatista había actuado de manera violenta, pero tal vez había algo más detrás de sus acciones. Algo que aún no comprendían del todo.

Nagisa asintió, mordiéndose el labio mientras pensaba. —Es posible. Esta sustancia... no parece ser algo dañino. Al contrario, parece que... la está sanando.— Sus palabras sorprendieron a las otras dos chicas, pero al mirar de nuevo a Ray, notaron que su respiración era tranquila, y la sonrisa en su rostro seguía ahí.

—Si Amatista realmente hizo esto... tal vez no era su intención hacerle daño,— dijo Ashley, su tono lleno de incertidumbre. —Pero entonces, ¿por qué la atacó en primer lugar?

Karla, que hasta ese momento había estado en silencio, se giró desde la ventana y observó el cuerpo de Ray con el ceño fruncido.

—Amatista no es mala,— dijo con una voz firme. —Solo está enojada. Pero creo que nunca querría lastimar a Ray... tal vez estaba tratando de protegerla.— Sus palabras sorprendieron a las chicas mayores, pero había verdad en ellas. Amatista siempre había sido alguien impulsiva, pero no era cruel por naturaleza.

Nagisa suspiró profundamente, preocupada no solo por Ray, sino también por lo que todo esto significaba. —No lo sé... pero tenemos que averiguarlo.— Se levantó lentamente, su mirada fija en la sustancia brillante que seguía brillando suavemente en el cuello de Ray. —Karla, Mary, Sarah...— dijo, girándose hacia sus hermanas pequeñas. —Quédense aquí con Ray. Cuídenla bien, ¿de acuerdo?

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora