Capítulo 173

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Las luces tenues de la ciudad creaban sombras alargadas en el suelo mientras Jasmin, Perla y Aria caminaban lentamente por las calles, en busca de algún rastro de Ray. Jasmin mantenía el brazo de Perla firmemente agarrado, sosteniéndola para que no tropezara. Perla estaba agotada, su cuerpo débil y cada paso era un esfuerzo. A pesar de su fortaleza habitual, la gravedad de sus heridas hacía que apenas pudiera mantenerse en pie.

Jasmin sentía el peso de la responsabilidad, no solo por la búsqueda de Ray, sino también por cuidar de Perla. Aunque el cansancio comenzaba a afectarla, no podía permitirse un momento de descanso. Cada vez que miraba a Perla, notaba en sus ojos una especie de amor maternal, una mirada llena de comprensión y sabiduría que la hacía pensar en todo lo que habían pasado juntas. Sin embargo, detrás de esa mirada también había algo más... algo que Jasmin entendía sin que Perla tuviera que decirlo. Perla pensaba en Steven.

Los recuerdos parecían pesar en el aire, un silencio que lo envolvía todo mientras caminaban por las calles vacías. Perla, incapaz de hablar pero con la mente llena de emociones, observaba a Jasmin con una mezcla de orgullo y tristeza. La joven había crecido tanto, se había vuelto fuerte y decidida, pero también seguía siendo vulnerable, especialmente con el peso de todo lo que estaban viviendo.

Perla, que había sido la protectora de Steven durante tanto tiempo, no podía evitar proyectar esos sentimientos hacia Jasmin. En Jasmin veía una continuación de lo que había sido Steven, ese mismo espíritu valiente, esa misma bondad que los distinguía de los demás. Aunque Perla no podía expresarlo en palabras, su mirada hablaba por ella, y Jasmin, que podía escuchar las palabras de las gemas, entendía perfectamente lo que Perla sentía.

De pronto, el silencio fue interrumpido por el ladrido insistente de Aria, la pequeña cachorra de las hermanas de Nagisa, que acompañaba a las dos en su búsqueda. Aria comenzó a ladrar con más intensidad, sus orejas levantadas y su pequeño cuerpo temblando de ansiedad mientras miraba fijamente hacia un callejón oscuro a su izquierda. El sonido rebotó en las paredes de los edificios cercanos, rompiendo la calma inquietante de la ciudad.

Jasmin se detuvo en seco, su corazón acelerándose. Su mirada siguió la dirección de los ladridos de Aria, hacia la oscuridad del callejón. Una sensación de alarma se apoderó de ella, una mezcla de miedo y esperanza. ¿Podría ser Ray? ¿O algo peor? Sin dudarlo, Jasmin sujetó con más firmeza el brazo de Perla y la guió hacia el callejón, mientras Aria se adelantaba, sus pequeños ladridos resonando en la noche.

El callejón era estrecho y sombrío, con solo unos pocos rayos de luz de una farola distante que apenas alcanzaban a iluminar la entrada. El aire se sentía más frío aquí, casi asfixiante, como si estuvieran entrando en una trampa. A cada paso que daban, la oscuridad parecía hacerse más densa, envolviéndolas en una atmósfera de incertidumbre y peligro.

Cuando finalmente llegaron al fondo del callejón, vieron una figura acurrucada en el suelo, temblando. Era Ray.

Jasmin sintió una punzada de dolor en su pecho al ver a su amiga en ese estado. Ray estaba contra la pared, con las rodillas recogidas contra su pecho, las manos aferradas a su cabello y el rostro escondido entre sus brazos. Su respiración era rápida y superficial, un claro indicio de que estaba sufriendo un ataque de pánico. El sonido de su respiración entrecortada era lo único que rompía el silencio, mientras Aria seguía ladrando, quizás alertada por algo más que ellas no podían ver.

Jasmin soltó a Perla con cuidado, aunque sabía que su amiga apenas podía mantenerse de pie. Lentamente, se acercó a Ray, tratando de no asustarla más de lo que ya estaba. —Ray,— susurró con voz suave, intentando transmitir calma a través de sus palabras. —Estoy aquí. Todo va a estar bien.—

Ray no respondió, su cuerpo temblaba violentamente, atrapada en su propio miedo, sin poder escuchar ni ver lo que la rodeaba. Jasmin se arrodilló a su lado, extendiendo una mano hacia ella, aunque sin tocarla todavía, temiendo que cualquier contacto brusco pudiera empeorar su estado.

—Ray, mírame... Estamos aquí, Perla está aquí también. No estás sola. Te vamos a ayudar.— Su voz se mantuvo firme, aunque por dentro sentía una mezcla de angustia y desesperación. Necesitaba sacarla de ahí, pero no sabía cómo.

Mientras Jasmin intentaba calmar a Ray, Perla observaba desde una distancia cercana. Sus ojos no estaban en Ray, sino en las sombras del callejón. Algo no estaba bien. Sentía una presencia, algo más allá de lo que era visible. Su mirada se endureció, sus sentidos agudizados. Perla, aunque no podía hablar, siempre había sido sensible a los cambios en el ambiente, y ahora esa sensación de peligro era innegable.

Aria continuaba ladrando, más fuerte ahora, como si quisiera advertirles de algo. Jasmin, centrada en Ray, no se dio cuenta de inmediato del peligro, pero Perla sí. Giró la cabeza hacia la oscuridad más profunda del callejón, su cuerpo tenso, lista para lo que pudiera ocurrir. Algo estaba allí, algo que no podía ver del todo pero que podía sentir.

Fue entonces cuando una voz se escuchó. Era baja, apenas un susurro, pero clara. Solo Jasmin y Perla podían oírla, resonando en sus mentes de una manera perturbadora.

"Aléjense de ella..."

La voz era fría, casi como un eco que venía de todas partes y ninguna a la vez. Jasmin se congeló, sus ojos se abrieron de par en par mientras buscaba el origen de esa voz. Perla también la había escuchado, y sus ojos ahora brillaban con una mezcla de alerta y protección. Estaba dispuesta a defender a Jasmin y Ray si era necesario, aunque su cuerpo no tuviera las fuerzas para hacerlo.

—¿Quién está ahí?— pensó Jasmin, su corazón latiendo con fuerza. Pero no hubo respuesta.

Ray seguía en el suelo, atrapada en su propio terror, mientras Perla y Jasmin permanecían inmóviles, enfrentándose a una amenaza invisible. La oscuridad del callejón parecía cobrar vida, como si algo o alguien las estuviera observando desde las sombras más profundas.

Aria, incapaz de calmarse, ladraba más desesperadamente, como si también sintiera el peligro inminente.

**Continuará...**

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora