Esmeralda caminó de regreso al centro del campamento militar, su mente un torbellino de emociones y pensamientos contradictorios. Cada paso que daba la alejaba más de la pequeña celda donde Nagisa estaba prisionera, pero no podía sacarse de la cabeza las palabras que la humana le había dicho. "Podríamos escapar de este lugar... ser una Crystal Gem de nuevo." Las palabras resonaban en su mente como un eco interminable, removiendo viejas heridas y trayendo consigo recuerdos que había intentado enterrar.
El campamento estaba casi en completo silencio. Las esmeraldas que no estaban de guardia descansaban en sus respectivas posiciones, sus ojos cerrados, aunque sus sentidos siempre alertas. Ninguna de ellas notó la inquietud que se apoderaba de Esmeralda mientras se dirigía a su próximo destino, o si lo hicieron, no se atrevieron a mencionarlo. Sabían mejor que cuestionar a una de las líderes más poderosas entre ellas, especialmente cuando estaba tan claramente perturbada.
Finalmente, Esmeralda se detuvo frente a una gran tienda en el corazón del campamento, la cual estaba fuertemente custodiada por varias de sus compañeras. La estructura no era impresionante a simple vista, pero lo que la hacía diferente era la presencia de la gema copia principal, la Esmeralda Madre, que residía en su interior. Esta tienda era el verdadero centro de comando, donde todas las decisiones estratégicas eran tomadas, y donde Esmeralda ahora se dirigía para una confrontación que sabía que no podría evitar.
Tomó una respiración profunda, tratando de calmarse antes de entrar. Sabía que lo que estaba a punto de hacer era extremadamente peligroso. La Esmeralda Madre no era conocida por su paciencia ni por su compasión, y cualquier señal de deslealtad sería castigada sin piedad. Pero había llegado a un punto en el que ya no podía ignorar lo que sentía, lo que sabía que era lo correcto.
Empujó la cortina que cubría la entrada y entró. La tienda estaba oscura, iluminada solo por el tenue resplandor de varias gemas incrustadas en las paredes. En el centro, sobre un pedestal, se encontraba la figura imponente de la Esmeralda Madre. Su presencia dominaba el espacio, irradiando una autoridad que se sentía como un peso tangible en el aire. La mirada de la Esmeralda Madre era fría y calculadora, y se posó en Esmeralda tan pronto como esta entró.
-¿Qué sucede?- preguntó la Esmeralda Madre, su voz suave pero cargada de peligro. Aunque sabía que Esmeralda no podía hablar, no necesitaba palabras para comunicarse con ella. Sus pensamientos podían transmitirse con una precisión aterradora, una conexión mental que la Esmeralda Madre había perfeccionado a lo largo de los años.
Esmeralda se irguió lo mejor que pudo, su rostro decidido pero lleno de una tensión que no pudo ocultar. Cerró los ojos un momento, reuniendo sus pensamientos, antes de enviar su mensaje a la Esmeralda Madre. "No podemos continuar así. Hemos capturado a una niña, una humana que no representa ninguna amenaza para nosotras. Es incorrecto. No podemos simplemente cobrar una vida inocente."
La reacción de la Esmeralda Madre fue inmediata. Sus ojos brillaron con un destello de ira, y su presencia mental se hizo más pesada, opresiva, como si intentara intimidar a Esmeralda para que se retractara. -¿Osas cuestionar mis decisiones? ¿Después de todo lo que hemos pasado, después de todo lo que hemos perdido?-
Esmeralda se mantuvo firme, aunque sentía que el peso de la furia de la Esmeralda Madre la aplastaba. "Estoy cuestionando esta decisión porque es la correcta. No podemos seguir destruyendo a quienes no tienen la culpa de nuestras pérdidas. Esa niña... ella es solo una niña."
La Esmeralda Madre se levantó de su pedestal, avanzando lentamente hacia Esmeralda, sus ojos brillando con una ira fría y controlada. -¿Y qué me dices de todas las vidas que hemos perdido? ¿De todas las esmeraldas que han caído por culpa de los humanos y sus aliadas, las Crystal Gems? ¿Acaso sus vidas no importan?-
Esmeralda no retrocedió, aunque sentía la amenaza creciente en el aire. "Sí, han importado. Pero esta guerra, esta venganza ciega, no las traerá de vuelta. Continuar con esta violencia solo nos destruye a nosotras mismas. Yo... yo lo sé porque lo he visto. He perdido tanto como tú. Pero... esto no está bien."
La Esmeralda Madre dejó escapar una risa seca, sin rastro de humor en ella. -¿Desde cuándo te has vuelto tan sentimental, Esmeralda? ¿Acaso olvidaste lo que significa ser una de nosotras? No hay lugar para la debilidad entre las esmeraldas. ¿O es que las palabras de esa humana han envenenado tu mente?-
Esmeralda apretó los puños, su mirada sin titubear. "No es debilidad. Es humanidad. Es lo que perdí cuando Lapis se fue, y lo que intenté recuperar desde entonces. Sé que me miras con desdén por no haber sido lo que esperabas, pero yo no soy tú. Y esta no es la manera de honrar lo que perdimos."
El rostro de la Esmeralda Madre se endureció, su ira apenas contenida. -Tú no tienes derecho a cuestionarme. No después de lo que ocurrió con Steven. No después de lo que hiciste. Tienes la audacia de hablarme de humanidad cuando ni siquiera pudiste proteger a las que más amabas.-
Esmeralda sintió que las palabras de la Esmeralda Madre la atravesaban como dagas. Recordar a Steven, recordar su fracaso... era algo que la desgarraba internamente. Pero no dejó que eso la detuviera. "Lo sé. Sé que fallé. Pero fallaré aún más si permito que esto continúe. No somos monstruos, no podemos serlo."
La Esmeralda Madre se detuvo justo frente a Esmeralda, su figura imponente cubriéndola como una sombra amenazante. -No eres más que una sombra de lo que alguna vez fuiste, Esmeralda. Y si no puedes cumplir con tu deber, entonces no tienes lugar aquí.-
"No puedes obligarme a cruzar esa línea," replicó Esmeralda mentalmente, su resolución firme. "No mataré a una niña por una guerra que ella no comenzó."
La Esmeralda Madre la miró fijamente, y el silencio que siguió fue insoportable. Finalmente, habló, sus palabras llenas de desprecio. -Entonces, eres más inútil de lo que pensaba. Pero ten por seguro, Esmeralda, que si sigues por este camino, no habrá lugar para ti entre nosotras. Y cuando llegue el momento de actuar, no dudaré en eliminar cualquier amenaza... incluso si esa amenaza eres tú.-
Esmeralda sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ante la amenaza directa. Sabía que la Esmeralda Madre no mentía, y que su vida estaba en peligro si seguía desafiándola. Pero, aunque el miedo era palpable, también lo era su determinación.
"No dejaré que mates a una inocente," dijo finalmente, antes de girarse para salir de la tienda.
La Esmeralda Madre no la detuvo, pero su mirada ardía con una furia silenciosa, una promesa de consecuencias terribles si Esmeralda continuaba por ese camino.
-Tendrás que enfrentarte a lo que has provocado, Esmeralda,- fue lo último que le dijo, su voz resonando en la mente de Esmeralda como una advertencia final.
La amenaza estaba clara. Pero por primera vez en mucho tiempo, Esmeralda no sintió el peso de la duda. Sabía que estaba tomando un riesgo enorme, pero también sabía que no podía permitir que la Esmeralda Madre la convirtiera en un monstruo.
**Continuará...**

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Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1
FanfictionHan pasado más de 20 años desde que Ciudad Playa fue atacada por las personas y gobiernos más letales del mundo. Nadie sabe que pasó con las gemas que habitaban allí. Jasmin es una niña que creció en un mundo completamente aterrorizado por las gemas...