El salón principal estaba sumido en una pesada atmósfera de tensión, solo interrumpida por el leve sonido de la respiración de Ray, aún inconsciente en la cama improvisada. Nagisa mantenía a sus hermanas cerca, sus brazos alrededor de Mary y Sarah mientras intentaba tranquilizarlas. Ambas pequeñas temblaban, aunque por diferentes razones: Sarah, aún asustada por la pelea, no se despegaba de su hermana mayor, mientras que Mary, con su brazo robótico, miraba a su alrededor con una preocupación palpable en su único brazo, tocando su brazo artificial como si buscara consuelo en algo tangible.
Nagisa susurraba palabras suaves en sus oídos, tratando de calmar sus mentes con la misma serenidad que, en ese momento, le costaba a ella mantener. Karla, sin embargo, permanecía distante, aún con esa chispa de rabia en los ojos. Había visto demasiadas cosas que no entendía, y la impotencia la quemaba por dentro.
En el otro lado de la habitación, Jasmin se sentó junto a Perla, limpiando cuidadosamente los restos de sangre que aún quedaban en su rostro. Perla, aunque no podía hablar, la miraba con una mezcla de gratitud y culpa. —"Lo siento, Jasmin..."— fue todo lo que Jasmin escuchó en la mente, la voz quebrada de Perla transmitiendo un dolor profundo. Jasmin no dijo nada en respuesta, pero el simple hecho de estar ahí, a su lado, era suficiente. Los ojos de Perla, hinchados y magullados, apenas podían mantenerse abiertos, y su respiración era irregular, pero la presencia de Jasmin le daba una sensación de consuelo en medio de todo el caos.
Las demás gemas se mantenían cerca, todas visiblemente afectadas por lo que acababa de suceder. Bismuto, aún nerviosa, permanecía de pie, observando a todas a su alrededor con una mirada de preocupación constante. No podía dejar de pensar en Amatista, en lo que había pasado. El conflicto entre ellas dos, la violencia, la tensión... era demasiado. —"No debía haber llegado tan lejos,"—pensaba, aunque no dijo nada en voz alta.
Lapis, Rubí y Zafiro intercambiaban miradas incómodas. La situación era demasiado tensa para ellas también, pero la presencia de Amatista atada en otra habitación les pesaba en el corazón. No podían ignorar lo que había hecho, pero ¿realmente merecía estar ahí, sola, como si fuera un peligro para todas? Lapis se mantenía en silencio, recordando los días en que ella misma había sentido ese mismo nivel de desesperación.
—"No podemos liberar a Amatista,"— dijo Zafiro finalmente, su voz mental dirigida a Jasmin, quien la escuchó claramente. —"Es demasiado inestable ahora. Podría hacer más daño."
Rubí asintió en acuerdo, aunque su rostro estaba lleno de incertidumbre. No les gustaba la idea, pero después de lo que acababa de pasar, parecía ser lo más sensato.
—"¿Y qué sugieren? ¿Que la mantengamos atada como si fuera un animal?"— Lapis intervino, su mirada se oscureció, sintiendo el peso del dilema. —"Ella es nuestra amiga. No es un monstruo."
Pero antes de que pudieran discutir más, Peridot, que había estado observando en silencio hasta ese momento, levantó la voz, su mirada fija en las gemas y las chicas. —"Esto no está bien,"— pensaba intensamente, sabiendo que solo Jasmin la entendería. —"¡Amatista no es una bestia! No es un animal que puedan controlar solo porque cometió un error."
Jasmin escuchó sus palabras claramente, y su corazón se encogió. Sabía que Peridot estaba profundamente afectada por todo esto, pero su tono transmitía una mezcla de frustración y angustia. Las demás gemas miraron a Peridot, comprendiendo su dolor, pero intentaron razonar con ella.
—"Lo sabemos,"— respondió Bismuto, aunque su tono temblaba. —"Pero... ¿y si lo vuelve a hacer? ¿Y si alguien más sale herido? No podemos correr ese riesgo."— La inseguridad en su voz era evidente. Bismuto, aunque físicamente fuerte, siempre había tenido miedo de tomar decisiones como esta, decisiones que involucraban a las personas que amaba.
Peridot no podía soportarlo más. Sus manos temblaban mientras su mirada se endurecía. —"¡No la entienden! Amatista no es el problema. ¡El problema es que no la están ayudando! Solo la están castigando."— Y antes de que alguna pudiera decir algo más, Peridot dio media vuelta y se alejó, su frustración palpable en cada paso.
Ashley, que había estado observando la escena en silencio, sintió un nudo formarse en su garganta. —Peridot...— murmuró en voz baja, viendo cómo su amiga se alejaba. No podía dejar que se fuera así. —¡Peridot, espera!— Ashley corrió tras ella, su preocupación creciendo con cada segundo.
La tensión en el salón era casi insoportable. Nadie sabía qué hacer, ni cómo seguir adelante después de lo que había sucedido. El sonido de la respiración de Ray era el único indicio de vida en el ambiente denso, mientras las chicas y las gemas se quedaban en silencio, procesando todo lo que acababa de pasar.
Mientras tanto, en la habitación oscura donde habían dejado a Amatista, la figura atada comenzó a moverse. Amatista forcejeaba con las cuerdas que la mantenían prisionera, luchando por liberarse, su cuerpo retorciéndose en un intento desesperado de escapar. Pero tras unos minutos, su fuerza la abandonó. Con un gemido sordo, dejó caer su cabeza hacia adelante, sus hombros encorvándose bajo el peso de la tristeza.
Las cuerdas que la mantenían atada ya no eran su mayor preocupación. Lo que realmente la estaba desgarrando por dentro era la sensación de traición, de ser dejada de lado por las personas que una vez consideró su familia. Sus ojos se llenaron de una tristeza abrumadora mientras su respiración se volvía irregular, pero esta vez no era por el esfuerzo físico, sino por el dolor emocional.
En el silencio de la habitación, Amatista cerró los ojos, dejando que las lágrimas invisibles cayeran en la oscuridad. No había más lucha, solo el peso del remordimiento, la culpa y el aislamiento que ahora la rodeaban.
**Continuará...**

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Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1
FanfictionHan pasado más de 20 años desde que Ciudad Playa fue atacada por las personas y gobiernos más letales del mundo. Nadie sabe que pasó con las gemas que habitaban allí. Jasmin es una niña que creció en un mundo completamente aterrorizado por las gemas...