Lapis dormía, pero su mente se encontraba en un lugar completamente diferente, atrapada en los abismos de su propio sufrimiento. El sueño, que al principio parecía sereno, pronto se transformó en una pesadilla que la arrastró sin piedad. Todo comenzó con un dolor en su pecho, un vacío que hacía eco de los recuerdos más oscuros que guardaba dentro de ella.
Lo primero que vio fue la batalla. Estaba de nuevo en Beach City, veinte años atrás, cuando todo se desmoronó. Los gritos de las gemas resonaban a su alrededor, y las luces de los ataques iluminaban el cielo con destellos de caos y destrucción. Lapis miraba a su alrededor, buscando una forma de ayudar, pero algo estaba terriblemente mal. No podía sentir sus poderes, las alas de agua que siempre la habían acompañado ya no estaban. Sus manos, antes capaces de controlar los océanos, ahora estaban vacías, inútiles.
Intentó alzar sus brazos, concentrarse, pero nada sucedió. El horror de la impotencia la abrumó. Gritaba, pero ningún sonido salía de su boca. No podía ayudar a nadie. No podía salvar a nadie. Y entonces, lo vio.
Steven, su amigo, su líder, caía frente a ella. El brillo de su escudo se desvanecía mientras recibía el golpe fatal. Lapis intentó correr hacia él, pero sus piernas no respondían. Estaba congelada, incapaz de moverse, de gritar, de hacer algo para detener lo inevitable. El tiempo se ralentizó, y todo lo que podía hacer era observar cómo la luz en los ojos de Steven se apagaba para siempre.
La culpa la devoró desde adentro. No había podido salvarlo. Ella, que siempre había sido fuerte, que podía controlar el agua misma, ahora era incapaz de hacer nada. Se sentía rota, como si todo lo que había sido se hubiera esfumado en ese instante.
El dolor no terminó ahí. La escena cambió rápidamente, llevándola a un momento que la destrozó aún más. Se encontró en medio de una discusión, la más feroz que jamás había tenido. Frente a ella estaba Esmeralda, su gran amor, la gema que había sido su refugio en medio de tanto caos.
Lapis podía sentir el enojo en su pecho, la frustración, el agotamiento emocional. Después de la batalla, todo había colapsado dentro de ella. No solo había perdido sus poderes, había perdido la fe en sí misma. Y en ese estado vulnerable, arremetió contra Esmeralda, quien también estaba herida, tanto física como emocionalmente.
—"¡Eres una inútil!" —escuchó su propia voz gritar en el sueño, las palabras saliendo como cuchillas venenosas.
Esmeralda, con lágrimas en los ojos, retrocedió, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo. Lapis pudo ver el dolor en su mirada, un dolor que sabía que ella misma había causado. El momento en que esas palabras salieron de su boca, lo supo. Era el final. Todo terminó en ese instante. Las dos se separaron, sus caminos tomaron rumbos diferentes, y por veinte años, Lapis había cargado con la culpa de haber destruido lo único que le quedaba.
El sueño la atormentaba sin piedad, forzándola a revivir esos momentos una y otra vez. No había escapatoria. El peso de sus errores, la pérdida de Steven, la ruptura con Esmeralda, todo volvía a golpearla con fuerza. Su pecho se oprimía con cada segundo que pasaba, su respiración se hacía más agitada. Sentía que se estaba ahogando en su propio sufrimiento.
Lapis intentaba despertar, pero no podía. Estaba atrapada en su propia mente, reviviendo cada detalle doloroso, cada lágrima, cada grito. El mundo que la rodeaba se desmoronaba, y ella se sentía completamente sola.
De repente, algo la sacudió.
Abrió los ojos de golpe, su cuerpo temblando y cubierto de sudor frío. Su respiración era irregular, sus manos se aferraban a las sábanas con fuerza. Por un momento, no supo dónde estaba, perdida entre el sueño y la realidad. Sus ojos vagaron por el lugar, intentando ubicarse.
Vio a Bismuto a poca distancia, aún abrazando el cuerpo de Perla, pero algo había cambiado. Perla estaba despierta, y ambas se estaban besando, un gesto lleno de amor y alivio. Lapis frunció el ceño, sorprendida. Parecía que Bismuto también había pasado por algo terrible, sus ojos aún reflejaban un rastro de miedo.
Luego, sus ojos se posaron en Esmeralda, quien estaba acurrucada junto a Nagisa. El rostro de Esmeralda aún mostraba los rastros de las lágrimas, su expresión era vulnerable. Lapis pudo ver en ella los signos de una pesadilla similar, y su corazón se apretó al darse cuenta de que no era la única que había sufrido esa noche.
Pero entonces, sintió algo más. Un peso suave rodeaba su cintura, un par de pequeños brazos la envolvían. Lapis giró la cabeza lentamente y vio a Karla, dormida profundamente a su lado, abrazándola como si fuera su protección. La pequeña respiraba con tranquilidad, completamente ajena a los demonios que atormentaban a Lapis.
Por un momento, Lapis simplemente observó a Karla. La calidez del abrazo de la niña la sorprendió. No había esperado algo así, y mucho menos en ese momento de vulnerabilidad. Era una sensación extraña, algo que no había experimentado en mucho tiempo. El dolor de su pesadilla seguía presente, pero de alguna manera, el simple acto de ser abrazada por Karla la hizo sentir un poco menos sola.
Lapis levantó una mano temblorosa y la colocó suavemente sobre la cabeza de Karla, acariciando su cabello con cuidado. Observó a la niña, completamente despreocupada y en paz. Había algo maternal en la forma en que Lapis la miraba, un sentimiento que la sorprendió. A lo largo de su vida, había sido fuerte, una guerrera. Pero en este momento, con Karla a su lado, algo en su interior se suavizó.
El contraste entre la oscuridad de su pesadilla y la tranquilidad de ese instante era abrumador. Lapis no sabía cómo procesar lo que estaba sintiendo. No podía hablar, no podía expresar lo que pasaba por su mente, pero en su interior, algo cambió. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que tal vez, solo tal vez, no estaba tan sola como había pensado.
El viento susurraba suavemente entre los árboles, y el ambiente se llenó de una calma inesperada. Lapis, aún abrazada por Karla, dejó escapar un suspiro, cerrando los ojos por un momento, permitiéndose sentir ese pequeño consuelo.
**Continuará...**

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Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1
FanfictionHan pasado más de 20 años desde que Ciudad Playa fue atacada por las personas y gobiernos más letales del mundo. Nadie sabe que pasó con las gemas que habitaban allí. Jasmin es una niña que creció en un mundo completamente aterrorizado por las gemas...