Capítulo 124

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El aire estaba cargado de incertidumbre, pero Mary permanecía sorprendentemente tranquila, como si su mente estuviera funcionando a una velocidad que ninguna de las demás lograba entender. Con solo siete años, había enfrentado muchas cosas que la mayoría de las niñas de su edad no podrían ni imaginar, y aunque su cuerpo era pequeño, su cerebro parecía inmenso en ese momento.

Se levantó con determinación, sacudiendo los escombros de su ropa y observando a Perla, que seguía inerte y sin color. Jasmin estaba junto a ella, vigilante, mientras Bismuto seguía observando con ansiedad. Las lágrimas todavía manchaban su rostro, pero algo en la actitud de Mary la mantuvo en silencio. Era como si estuviera esperando, con una pequeña chispa de esperanza, que la pequeña niña supiera lo que estaba haciendo.

Mary, sin titubeos, sacó de su bolsillo el pedazo de metal que Karla había usado para atacar a Jaspe copia. Lo sostuvo en alto, su brazo robótico haciendo pequeños ajustes mientras hablaba. —Esto es lo que vamos a usar para ayudar a Perla... y a todas las gemas, —declaró con una seriedad impropia de su edad—, pero necesitamos hacer las cosas bien.

Jasmin la observaba con atención, pero había una expresión de desconcierto en su rostro. —¿El metal que Karla usó? ¿Cómo podría ayudar esto? —preguntó, curiosa y, al mismo tiempo, preocupada.

Mary, que hasta ahora no había dicho mucho, comenzó a explicar como si fuera una pequeña científica, una que había pasado años desarrollando teorías complejas en su cabeza. —Este metal está lleno de ácido, —dijo, girando el pedazo con sus dedos—, pero no es cualquier ácido. Es el tipo que lastima a las gemas.

Bismuto, que había estado abrazando a Perla, levantó la cabeza lentamente. Su respiración era pesada y llena de angustia, pero Mary había captado su atención. Ray, que hasta ahora había estado en silencio, también se acercó, claramente interesada en lo que Mary estaba diciendo.

—¿Y cómo puede eso ayudarnos? —preguntó Ray, con una mano sosteniendo su costado, donde tenía un corte que todavía sangraba un poco—. Si es un ácido que las daña, no entiendo cómo...

Mary la interrumpió suavemente, sin perder la paciencia. —Exactamente porque las daña. Si podemos neutralizar este ácido, podríamos crear una especie de medicina. Algo que, en lugar de destruirlas, las restaure. Piénsalo, este ácido tiene un efecto directo sobre las gemas. Si modificamos su estructura lo suficiente, tal vez podríamos revertir el daño que les ha causado.

El pequeño rostro de Mary estaba lleno de concentración. —Mi brazo robótico, —señaló su brazo mientras lo movía de manera mecánica—, puede generar la energía que necesitamos para activar el proceso. Tiene un sistema interno que convierte la energía en impulsos eléctricos. No solo lo uso para mover el brazo, también tiene la capacidad de proporcionar energía a sistemas externos. Lo que necesitamos es usar esa energía para crear una reacción con el ácido y transformarlo en una sustancia curativa.

Jasmin, Ray y Bismuto la miraban con los ojos muy abiertos. Jasmin, a pesar de todo lo que había vivido, no podía creer que una niña de solo siete años estuviera pensando en términos tan avanzados. —¿Cómo sabes todo esto, Mary? —preguntó, casi incrédula.

Mary sonrió suavemente, una sonrisa que revelaba más sabiduría de la que uno esperaría de alguien tan joven. —He leído muchos libros. Y cuando tienes un brazo robótico, tienes que aprender cómo funciona la tecnología que lo hace posible. Aprendí a entender cómo funcionan las energías y las reacciones. Y si algo he aprendido, es que todo en el mundo es cuestión de equilibrio. Si el ácido puede destruir a las gemas, entonces podemos convertirlo en algo que las cure.

Bismuto seguía llorando en silencio, pero ahora observaba a Mary con una mezcla de asombro y esperanza. Sabía que estaban contra el tiempo, pero también entendía que esa pequeña niña podía ser su última oportunidad.

Mary continuó hablando, sus ojos iluminándose mientras explicaba su plan. —Pero necesitamos algo más. La gema de Steven. Sabemos que su gema tenía poderes curativos, y aunque está agrietada, su capacidad sigue ahí. Es la única forma de potenciar esta mezcla. Si logramos combinar el poder curativo de la gema de Steven con el ácido neutralizado, podríamos no solo salvar a Perla, sino también restaurar los poderes y la voz de todas las gemas.

Ray se acercó, tocando el hombro de Mary. —¿Estás segura de que esto funcionará?

Mary asintió con determinación. —No lo sé al cien por ciento, pero es nuestra mejor opción. Solo necesitamos un lugar para trabajar.

Jasmin miró a su alrededor, intentando pensar en algún lugar seguro donde pudieran llevar a cabo este plan. Sus ojos se posaron en las ruinas del laboratorio. Entre los escombros, algunos equipos parecían haber sobrevivido a la explosión. Lo que antes había sido un lugar de horror ahora podría ser su única esperanza.

—Ahí, —dijo Ray, señalando los restos del laboratorio—. Parece que algunas cosas no se destruyeron por completo. Quizás podamos usar lo que quede.

Bismuto se levantó lentamente, con Perla todavía en brazos. Aunque su rostro estaba lleno de miedo, asintió. "Si hay alguna posibilidad de salvarla... lo intentaré". Su voz temblaba, y aunque no podía hablar en voz alta, Jasmin podía escuchar sus pensamientos, rotos por el dolor y la duda.

Mary, con su pequeña figura, lideraba el camino. Ray y Jasmin la siguieron de cerca, mientras Bismuto, herida y exhausta, cargaba a Perla como si su vida dependiera de ello. El grupo se movió con cautela hacia las ruinas, esperando encontrar pronto a las demás y, con suerte, tener tiempo suficiente para que el plan de Mary funcionara.

**Continuará...**

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora