Sarah, todavía sintiendo la calidez del abrazo de Rubí, decidió explorar más a fondo el refugio. Su pequeña figura deambulaba por la habitación con pasos cortos y curiosos. Aunque el lugar era oscuro y rudimentario, había detalles que capturaban su atención. Mientras caminaba, sus ojos se posaron en una pequeña mesa de madera, llena de objetos. Entre ellos, un grupo de fotos descoloridas por el tiempo.
Con inocencia y curiosidad, Sarah se acercó a las fotos, inclinando su cabeza para verlas mejor. Había una en particular que le llamó la atención. Mostraba a un chico joven, con una gran sonrisa, junto a varias gemas. Él lucía feliz, rodeado de lo que parecían ser amigas muy queridas. "Steven", decía un pequeño escrito bajo la foto, con una frase que rezaba: "Te extraño cada día, más de lo que las palabras pueden decir". Sarah parpadeó, sintiendo algo en su pecho que no entendía del todo, pero sabía que la persona que había escrito eso había perdido a alguien muy importante.
A su lado, otra imagen mostraba varias estrellas y símbolos extraños que no entendía del todo, pero la conexión era clara para ella. Las estrellas eran importantes para Rubí y su grupo. Sarah miró hacia la Rubí que estaba cuidándola y luego de vuelta a las fotos. Poco a poco, una revelación comenzaba a formarse en su pequeña mente. Rubí... esa Rubí que la había salvado... era la misma Rubí de las Crystal Gems. Rubí y Steven debieron haber sido amigos, pensó.
Entonces, una tercera foto llamó su atención de inmediato. Mostraba a una gema Zafiro, sus ojos tranquilos y serenos. Sin embargo, lo que más destacaba eran los pequeños corazones dibujados alrededor de su imagen, junto con frases de amor: "Mi Zafiro, mi todo", "Siempre te encontraré", y otras pequeñas notas que reflejaban una devoción absoluta. Sarah no pudo evitar sonreír, comprendiendo con su mente inocente que esa Zafiro debía ser alguien muy especial para Ruby.
Con la foto de Zafiro en mente, Sarah se dio la vuelta y caminó de regreso hacia Ruby, quien estaba sentada en un rincón, observándola con sus ojos calmados pero llenos de historia. Sarah se sentó frente a ella, todavía aferrando las fotos con delicadeza entre sus manitas.
—¿Estas son tus fotos? —preguntó, su voz suave pero llena de curiosidad. Rubí asintió con la cabeza, sonriendo ligeramente con su única mitad de cara intacta.
Sarah, con esa curiosidad infantil que no conocía límites, señaló la foto de Zafiro con un dedo pequeño.
—¿Quién es ella? ¿Es tu amiga? —preguntó, su inocencia brillando en sus ojos grandes.
Rubí miró la foto por un momento, luego hizo un gesto con sus manos. Primero, señaló su propio pecho, luego la foto de Zafiro, y después, colocó su mano sobre su corazón, realizando pequeños gestos como latidos. Sarah la miraba, sus cejas fruncidas mientras intentaba descifrar el lenguaje de señas. Era como un pequeño rompecabezas, pero algo dentro de ella lo entendía.
—¿La amas? —preguntó con simpleza, y cuando Rubí asintió con un gesto suave y triste, los ojos de Sarah se iluminaron.
—¡Como Nagisa, Karla y Mary! Yo las amo mucho también! —exclamó con orgullo, pensando en su propio amor por sus hermanas. Rubí la observó, asintiendo nuevamente, apreciando la dulzura de esa respuesta.
Sin embargo, la mente de Sarah no dejaba de procesar todo lo que había descubierto. Recordaba a sus amigas, a las gemas con las que estaba antes de todo esto, y de repente tuvo una idea brillante. Su rostro se iluminó mientras se levantaba de un salto.
—¡Deberías venir con nosotras! —dijo alegremente, como si fuera la solución más obvia. Rubí levantó una ceja, claramente intrigada, mientras Sarah continuaba emocionada. —Mis amigas gemas están conmigo. Puedes venir con nosotras y estarás a salvo. Todas estamos buscando unos fragmentos de las diamantes, y estamos reuniendo a todas las Crystal Gems. Podrás estar con ellas, y yo puedo ayudarte a encontrar a Zafiro —añadió, con toda la seguridad del mundo, como si fuera un plan perfecto.
Rubí la observó por un largo momento, sus ojos brillando con emoción contenida. Pero luego, su expresión se suavizó y, con un gesto lento pero firme, negó con la cabeza. Sarah frunció el ceño, claramente confundida.
—¿No puedes venir? —preguntó, algo decepcionada.
Rubí se inclinó hacia adelante y, con paciencia, comenzó a explicarse mediante signos. Hizo un gesto que indicaba distancia, moviendo sus manos como si estuviera alejando algo. Luego señaló su propio rostro, haciendo un gesto hacia sus cicatrices, y finalmente señaló la foto de Zafiro, apretando su puño junto a su corazón una vez más.
Sarah se quedó en silencio por unos momentos, mirando atentamente los gestos de Rubí. Y entonces, como si algo encajara en su pequeña mente, lo entendió.
—Oh... No puedes venir porque... porque tienes que encontrar a Zafiro, ¿verdad? —dijo, su voz suave mientras trataba de procesar lo que significaba. Rubí asintió lentamente, con una tristeza evidente en su única expresión visible.
—¿Y... no puedes volver a ver a las otras gemas hasta que la encuentres? —preguntó Sarah, sus ojos llenándose de preocupación. Rubí asintió de nuevo, con una tristeza más profunda, y Sarah sintió que una lágrima solitaria rodaba por su mejilla al comprender el peso de la misión de Rubí.
La pequeña niña tomó la mano de Rubí, sus dedos tan pequeños que apenas abarcaban una parte de la mano más grande de la gema. Rubí, conmovida por el gesto, la apretó con suavidad.
—Entonces... ¿prometes que la encontrarás? —preguntó Sarah, con una determinación que solo un niño podía tener.
Rubí asintió con firmeza esta vez, sus ojos llenos de una resolución silenciosa. No podía hablar, pero sus gestos decían más de lo que las palabras podían transmitir.
Sarah, aún abrazando la mano de Rubí, sonrió con ternura, sintiendo que, a pesar de todo, Rubí estaría bien. No entendía todo lo que esa gema había vivido, pero sabía que su misión era importante. Y de alguna manera, estaba segura de que Rubí encontraría a su Zafiro, de la misma forma en que ella estaba segura de que encontraría a sus hermanas.
**Continuará...**
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Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1
FanficHan pasado más de 20 años desde que Ciudad Playa fue atacada por las personas y gobiernos más letales del mundo. Nadie sabe que pasó con las gemas que habitaban allí. Jasmin es una niña que creció en un mundo completamente aterrorizado por las gemas...