Capítulo 165

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El grupo caminaba en silencio mientras se dirigían hacia Green City. El aire estaba tenso, y a pesar de que las gemas no podían hablar, la sensación de preocupación era palpable entre todas. El sol apenas se levantaba sobre el horizonte, bañando el paisaje en tonos dorados y anaranjados, pero esa belleza natural apenas aliviaba el peso que sentían en sus corazones.

Jasmin, con una expresión decidida, caminaba al lado de Perla, sosteniéndola firmemente por la mano. La gema seguía demasiado débil para caminar sola, y aunque Jasmin la apoyaba físicamente, podía sentir el agotamiento mental y emocional que consumía a Perla. A pesar de las heridas que compartían, había una conexión entre ambas, una especie de entendimiento silencioso que las mantenía unidas en ese momento tan crítico.

Detrás de ellas, Ray caminaba en silencio, su mirada fija en el camino. No había dicho mucho desde que Spinel mencionó Green City. Todas sabían que algo la estaba carcomiendo por dentro, pero hasta ese momento, ella no había compartido lo que realmente significaba ese lugar para ella. Las demás chicas miraban de reojo a Ray, sabiendo que algo no andaba bien.

Después de un largo tramo de silencio, Ray finalmente habló, su voz baja y temblorosa al principio, pero ganando firmeza con cada palabra que decía.

—Green City... —empezó, casi susurrando—. No es solo una ciudad para mí. Es el lugar donde... donde todo cambió para mí.

Jasmin, que iba un poco más adelante con Perla, volteó a mirarla. Incluso Karla, quien normalmente no podía mantenerse callada por mucho tiempo, se quedó en silencio, esperando escuchar lo que Ray tenía que decir.

—Tenía seis años cuando mis padres me abandonaron allí —continuó Ray, su voz cargada de una mezcla de dolor y rabia—. Todavía puedo recordar la última vez que los vi... Fue el bosque. Me dijeron que me quedara quieta, que volverían enseguida... Pero nunca lo hicieron. Esperé... —Ray hizo una pausa, sus ojos clavados en el suelo—. Esperé horas, tal vez días. No lo sé. Pero lo que más recuerdo no es la espera, sino lo que vino después.

Ray cerró los ojos un momento, como si tratara de reunir valor para seguir hablando.

—Había una manada de lobos cerca... —Su voz se volvió más baja—. Estaba completamente sola, sin nadie que me protegiera. Los lobos me rodearon, y pensé... pensé que sería mi fin.

Mary apretó los puños mientras escuchaba. Incluso a su corta edad, entendía el tipo de miedo y desesperación que Ray estaba describiendo. Sarah, quien normalmente no entendía del todo las historias de terror, se mantuvo cerca de Mary, temblando levemente ante la tensión en el aire.

—No sé cómo, pero una gema apareció de repente —continuó Ray, su mirada volviéndose un poco más distante, como si estuviera reviviendo cada momento en su mente—. No era una gema de las que vemos normalmente. No sé quién era, pero me salvó. Los lobos desaparecieron, y me llevó a un lugar seguro... Me cuidó hasta que estuve a salvo. Luego, simplemente... se fue.

Ray se detuvo, y por un momento, todo el grupo permaneció en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. Las palabras de Ray, aunque dichas en un tono bajo, eran poderosas y llenas de emoción.

—Es por eso que nunca odié a las gemas como el resto en la escuela —dijo Ray, su voz quebrándose ligeramente al recordar esos tiempos—. No podía. Esa gema me salvó, y nunca supe quién era o qué le pasó. Green City me dejó ese trauma... Pero también me dejó la esperanza de que las gemas no son malas.

Jasmin la miró, con una expresión de comprensión y respeto. Aunque nunca había conocido ese lado de Ray, podía entender por qué ese lugar significaba tanto para ella, y también por qué era tan difícil regresar.

Perla, al lado de Jasmin, parecía comprender también lo que Ray estaba diciendo, aunque no podía expresar sus pensamientos. Jasmin, sin embargo, sentía la reacción de Perla a través de la energía que la rodeaba, una especie de empatía silenciosa que unía a todas las gemas en ese momento.

El grupo continuó caminando, pero ahora con una nueva sensación de propósito. Sabían que Green City no solo sería un lugar de batalla, sino también un lugar donde tendrían que enfrentarse a los recuerdos más oscuros de su pasado. Para Ray, era un regreso a los miedos más profundos de su infancia, pero también una oportunidad para cerrar ese capítulo de su vida.

De repente, Karla, quien había estado escuchando atentamente, hizo una mueca de fastidio.

—Ugh, ¿otra vez? —se quejó, cruzándose de brazos—. ¿Es solo mi imaginación, o es como la cuarta vez que nos emboscan en este maldito viaje?

El sonido de pisadas acercándose desde algún lugar cercano confirmó sus palabras, y el grupo se detuvo de inmediato, alerta. Nagisa levantó una mano, indicando a todas que se mantuvieran en guardia.

—Shh... —murmuró Nagisa, sus ojos recorriendo el área, buscando señales de movimiento.

El sonido de las pisadas se hacía cada vez más fuerte, y todas sabían que no estaban solas. Las sombras de los árboles se movían con una inquietante velocidad, y el ambiente se volvió denso, cargado de una nueva amenaza.

—No es nuestra imaginación... —susurró Jasmin, su voz baja pero llena de tensión.

Las gemas se prepararon para lo que estaba por venir, sabiendo que la emboscada era inminente. El aire alrededor del grupo pareció volverse más pesado, como si el peligro estuviera acercándose desde todas las direcciones.

**Continuará...**

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora