Capítulo 140

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Mary se movía con una precisión inusual para su corta edad. Sus ojos, llenos de concentración, estaban fijos en la jeringa que sostenía, cargada con el antídoto que ya había demostrado ser tan poderoso. Frente a ella, Esmeralda, Lapis y Bismuto esperaban su turno, con Bismuto notablemente inquieta. Aunque no podía expresar su miedo con palabras, su postura rígida y las ligeras sacudidas de sus manos delataban su ansiedad. Jasmin, que podía escuchar sus pensamientos, sabía que Bismuto estaba aterrorizada de lo que podría sucederle si algo salía mal.

Nagisa observaba la escena, el peso de su preocupación por Sarah aún sobre sus hombros, pero no podía evitar sentir una enorme gratitud y orgullo por su hermana pequeña. Mary, con apenas siete años, había hecho lo imposible, y lo estaba haciendo de nuevo.

Karla, siempre protectora de sus hermanas menores, rodeó a Mary con un fuerte abrazo antes de que comenzara el procedimiento. —Eres increíble, Mary, nunca dejas de sorprendernos —le susurró Karla, intentando ofrecerle fuerzas a su hermana.

—Gracias —dijo Mary, un destello de orgullo asomando en su rostro, pero rápidamente volvió a concentrarse en la tarea.

Comenzó con Esmeralda, quien esperaba con calma, casi inmutable, como si comprendiera la importancia de lo que estaba sucediendo. Mary levantó la jeringa y, sin dudarlo, la insertó con precisión en la gema en la frente de Esmeralda. El líquido comenzó a fluir, y todas las presentes contuvieron el aliento. Un brillo suave envolvió el cuerpo de Esmeralda, y poco a poco sus fuerzas parecieron regresar. Jasmin sintió una sensación de alivio profundo de parte de Esmeralda.

—Esto va a tomar tiempo para que funcione completamente —explicó Mary—. Pero está funcionando.

Siguió Lapis, quien se dio la vuelta con elegancia para que Mary pudiera acceder a su gema en la espalda. El proceso fue rápido, y el mismo brillo rodeó a Lapis, iluminando el lugar con una energía serena. Aunque el antídoto les devolvía algo de vitalidad, sus poderes y voces seguían bloqueados, tal como Mary había anticipado.

Cuando llegó el turno de Bismuto, la tensión en el ambiente aumentó. Bismuto estaba claramente asustada. Temblaba ligeramente, y Jasmin escuchaba las palabras de duda y miedo que resonaban en su mente. Se sentía vulnerable, expuesta. Después de todo, Bismuto siempre había sido la más fuerte, la protectora. Ahora, la idea de someterse a algo fuera de su control la aterraba.

—Tranquila —murmuró Mary suavemente, colocando una mano pequeña pero reconfortante en el brazo de Bismuto—. Todo va a estar bien, lo prometo.

Bismuto asintió con un gesto torpe, intentando calmarse. Mary se acercó despacio, inyectando el antídoto en la gema en su pecho. Al instante, el cuerpo de Bismuto comenzó a brillar también, y sus músculos, antes tensos y fatigados, se relajaron. Aunque no pudo expresar su alivio con palabras, Jasmin escuchó en su mente un suspiro profundo de gratitud.

—Eso es todo —dijo Mary, sonriendo levemente—. El antídoto está funcionando, pero el proceso de curación tardará bastante en hacer efecto por completo.

Nagisa, aún con la preocupación por Sarah en su mente, no pudo evitar sentir una ola de orgullo. Se acercó a Mary, acariciando su cabello con suavidad. —Lo hiciste genial, Mary. Estoy muy orgullosa de ti.

Karla no perdió tiempo y envolvió a Mary en un fuerte abrazo, casi levantándola del suelo. —¡Lo hiciste increíble! ¡Sabía que podías hacerlo!

Las tres hermanas compartieron un momento cálido, una burbuja de calma en medio del caos y la incertidumbre que las rodeaba. Pero, aunque Nagisa sonreía, sus ojos reflejaban la profunda preocupación por Sarah, que aún seguía perdida.

Mientras tanto, Ashley se acercó lentamente hacia Peridot, quien seguía recostada, claramente agotada por los efectos del antídoto. Aunque su cuerpo había sanado notablemente, la gema aún estaba debilitada, y sus ojos apenas podían mantenerse abiertos. Ashley se agachó junto a ella, acunándola suavemente entre sus brazos.

—Ya estás bien —susurró Ashley, su voz suave, llena de cariño—. Todo estará bien ahora.

Con ternura, le dio un beso en la frente, lo que hizo que Peridot abriera ligeramente los ojos, sorprendida por el gesto. Aún no podía hablar, pero sus ojos, aunque cansados, transmitieron una mezcla de gratitud y sorpresa. Ashley, dándose cuenta de lo que acababa de hacer, se sonrojó de inmediato, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho.

—Solo... solo descansa —dijo Ashley con timidez, abrazando a Peridot un poco más fuerte—. Yo estaré aquí.

Peridot, aunque débil, dejó que el cansancio la venciera, apoyando su cabeza contra el hombro de Ashley mientras se dejaba llevar por el sueño. Las demás observaron el tierno momento en silencio, sabiendo lo importante que era para ambas.

Mientras tanto, Jasmin seguía inquieta. Aunque el antídoto había funcionado con Peridot, y las tres gemas a las que se les había inyectado comenzaban a recuperar algo de su vitalidad, su mente no podía evitar pensar en Perla. ¿Sería posible que el antídoto también funcionara con ella, a pesar de que su energía vital había sido drenada casi por completo?

**Continuará...**

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora