El viaje hacia Ocean City comenzó con una calma engañosa, mientras las chicas y las gemas se adentraban cada vez más en lo desconocido. El cielo, aún teñido de los últimos rayos del atardecer, pronto se cubrió de nubes ominosas, presagiando la tormenta que se avecinaba. Spinel, a través del comunicador, les había advertido que el camino no sería fácil, pero ninguna de ellas estaba completamente preparada para los desafíos que estaban a punto de enfrentar.
El primer obstáculo se presentó en forma de un río furioso. El agua corría con una velocidad aterradora, arremolinándose en remolinos que parecían capaces de arrastrar cualquier cosa a su paso. Las chicas se detuvieron en la orilla, observando la corriente con una mezcla de temor y determinación.
—¿Cómo vamos a cruzar esto? —preguntó Ray, su voz traicionando la preocupación que trataba de ocultar.
Nagisa frunció el ceño, examinando el río. No había ningún puente a la vista, y nadar era demasiado peligroso. Pero antes de que pudiera responder, Perla dio un paso adelante, su postura firme y decidida. Aunque había perdido su habilidad para hablar y muchos de sus poderes, su instinto de protección seguía intacto.
Perla miró a Peridot, y ambas compartieron un entendimiento silencioso. Con un gesto firme, Peridot se acercó a un grupo de árboles cercanos, buscando algo que pudiera ayudar. Aunque sus habilidades psíquicas estaban mermadas, su ingenio no. Después de unos momentos de observación, Peridot comenzó a trabajar, utilizando ramas caídas y lianas para crear una improvisada pasarela sobre el río.
Ashley observaba a Peridot con admiración, sintiendo un calor en su pecho mientras la gema trabajaba. Había algo en la manera meticulosa y cuidadosa de Peridot que siempre la había impresionado. Incluso en medio del peligro, Peridot se mantenía concentrada, decidida a encontrar una solución.
Una vez que la pasarela estuvo lista, Perla fue la primera en probarla, caminando lentamente sobre las ramas para asegurarse de que fueran lo suficientemente seguras. Aunque la estructura se tambaleaba bajo su peso, logró cruzar al otro lado del río sin incidentes. Con un gesto firme, instó a las chicas a seguirla.
Nagisa fue la primera en cruzar, avanzando con cautela mientras mantenía su mirada fija en el otro lado. A cada paso, las ramas crujían, y el agua rugía bajo sus pies, pero con cada paso se acercaba más a la seguridad. Ray la siguió, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras luchaba por mantener el equilibrio.
Cuando fue el turno de Ashley, sintió cómo sus piernas temblaban ligeramente. Peridot se quedó a su lado, ofreciendo su presencia tranquilizadora. Aunque no podía hablar, la cercanía de Peridot le daba a Ashley la confianza que necesitaba para continuar. Finalmente, Jasmin cruzó, sintiendo un nudo en el estómago con cada paso, pero sabiendo que no podía fallarles a las demás.
Con el río detrás de ellas, el grupo siguió avanzando, pero no hubo tiempo para descansar. Las nubes que antes cubrían el cielo ahora se habían convertido en una tormenta furiosa. El viento aullaba, sacudiendo los árboles a su alrededor, y la lluvia caía en cortinas, empapándolas en segundos.
Peridot se mantuvo cerca de Ashley, protegiéndola del viento y la lluvia con su propio cuerpo. Perla, por su parte, avanzaba al frente, su figura imponente cortando a través de la tormenta como un faro de esperanza. Nagisa y las demás luchaban por seguirle el ritmo, el barro dificultando cada paso y la visibilidad reducida a apenas unos metros.
De repente, el terreno comenzó a inclinarse hacia arriba, y las chicas se dieron cuenta de que estaban ascendiendo por una pendiente rocosa. El camino era traicionero, con rocas sueltas y barro resbaladizo que amenazaban con hacerlas caer en cualquier momento.
Ray resbaló, sus pies perdiendo el equilibrio en el barro. Perla reaccionó instantáneamente, agarrándola antes de que pudiera caer. Aunque Perla no podía hablar, su mirada le transmitió a Ray una determinación silenciosa: no dejaría que nada le pasara.
La tormenta se intensificó, y con ella, las dificultades aumentaron. El ascenso se volvió cada vez más difícil, y cada una de las chicas tuvo que luchar no solo contra el terreno, sino contra el agotamiento que comenzaba a hacer mella en ellas.
Cuando finalmente alcanzaron la cima, se encontraron con otro desafío: un acantilado que se extendía ante ellas, con el camino continuando al otro lado. El abismo que se abría bajo ellas era profundo, y las ráfagas de viento que lo atravesaban solo aumentaban el peligro.
—¿Cómo vamos a cruzar esto? —preguntó Jasmin, mirando el acantilado con preocupación.
Spinel, a través del comunicador, ofreció una solución, pero su voz estaba teñida de advertencia. —Hay un camino alrededor del acantilado, pero es largo y peligroso. Si deciden cruzar por aquí, deberán ser extremadamente cuidadosas.
Peridot, sin dudarlo, comenzó a buscar una manera de cruzar. Aunque la tormenta seguía rugiendo a su alrededor, su enfoque estaba en encontrar una solución. Perla se unió a ella, y juntas, después de examinar el terreno, encontraron una serie de salientes en la roca que podrían usarse para cruzar.
Nagisa, con el corazón en la garganta, fue la primera en intentarlo. Avanzando lentamente, se aferró a las rocas mientras el viento la azotaba. Cada paso era un desafío, pero finalmente logró cruzar al otro lado. Ray y Jasmin la siguieron, ambas luchando contra el miedo y el viento, pero sabiendo que no podían detenerse.
Cuando fue el turno de Ashley, el viento pareció intensificarse. Peridot, consciente del peligro, se colocó detrás de ella, lista para intervenir si algo salía mal. Aunque el viento amenazaba con hacerla caer, Ashley logró llegar al otro lado, gracias a la presencia tranquilizadora de Peridot.
Perla fue la última en cruzar, usando su fuerza para estabilizarse contra el viento. Aunque el acantilado era peligroso, su determinación y su deseo de proteger a las chicas la impulsaron hacia adelante.
Cuando finalmente lograron cruzar, la tormenta comenzó a amainar, pero el peligro no había pasado. Spinel les informó que su destino final era Ocean City, pero también les advirtió que el camino no sería fácil.
—Están cerca, pero aún les quedan desafíos por enfrentar. —La voz de Spinel era firme, pero la preocupación se podía sentir en su tono—. Las gemas copia no se detendrán, y cuanto más se acerquen a su destino, más difícil será.
A pesar de las advertencias, las chicas estaban decididas a continuar. Habían superado ríos furiosos, acantilados y tormentas, y aunque estaban agotadas, el deseo de protegerse mutuamente y salvar a las gemas las impulsaba hacia adelante.
Mientras el grupo reanudaba su marcha, la tensión en el aire era palpable. Perla y Peridot permanecieron en guardia, sabiendo que los próximos desafíos podrían ser aún más peligrosos.
El camino hacia Ocean City estaba lleno de incertidumbre, pero el grupo avanzaba con una determinación renovada, listas para enfrentar lo que viniera.
**Continuará...**

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Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1
FanfictionHan pasado más de 20 años desde que Ciudad Playa fue atacada por las personas y gobiernos más letales del mundo. Nadie sabe que pasó con las gemas que habitaban allí. Jasmin es una niña que creció en un mundo completamente aterrorizado por las gemas...