Capítulo 131

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El ambiente en las ruinas del laboratorio era sombrío y denso. Los escombros yacen a su alrededor, pero dentro del pequeño rincón donde Mary, de solo 7 años, trabajaba con una concentración impresionante, la atmósfera estaba llena de tensión. Los murmullos bajos y preocupados de Jasmin y Ray no dejaban de llenar el aire, mientras observaban con asombro cómo la pequeña continuaba manipulando herramientas y fragmentos de metal, una muestra de ácido peligroso y su propio brazo robótico.

Bismuto, arrodillada en un rincón, mantenía el cuerpo inerte de Perla entre sus brazos. Aunque no podía hablar, sus ojos estaban llenos de lágrimas, y Jasmin, siendo la única que podía escuchar sus pensamientos, era testigo de los silenciosos lamentos de la gran gema.

—"Lo siento tanto, Perla..." —decía Bismuto en su mente, con una voz temblorosa, mientras sus lágrimas caían sobre el cuerpo gris y casi petrificado de su amiga. —"Si tan solo hubiera sido más fuerte, si tan solo hubiera estado más atenta... no habría permitido que esto te pasara. No quería perderte, no de nuevo. Prometí protegerte, y fallé."

Jasmin, observando esta escena, sintió su corazón apretarse. Podía sentir la culpa abrumadora de Bismuto, su dolor tan palpable que era casi difícil de soportar. Pero no podía decir nada, solo podía observar en silencio mientras Bismuto continuaba abrazando el cuerpo frío de Perla, buscando consuelo en medio de su desesperación.

Mientras tanto, Ray no podía dejar de moverse. La tensión de la situación le estaba causando ansiedad. Sus manos temblaban y su mente no paraba de dar vueltas en círculos. A cada rato, le lanzaba una mirada de preocupación a Jasmin, como esperando respuestas que ninguna de las dos tenía.

—¿Crees que funcionará? —preguntó Ray, rompiendo el silencio con una voz nerviosa. —¿Crees que Mary podrá salvarlas a todas?

Jasmin apretó los labios, sintiendo el peso de la pregunta. No sabía la respuesta. Mary, a pesar de ser una niña pequeña, estaba mostrando una habilidad y conocimiento increíble para su edad, pero... ¿sería suficiente?

—No lo sé, Ray —respondió finalmente, con sinceridad. —Mary está haciendo todo lo posible. Debemos confiar en ella.

Mary, completamente enfocada en su trabajo, levantó la vista momentáneamente, consciente de las miradas sobre ella, pero volvió rápidamente a lo que estaba haciendo. Sus pequeñas manos, aunque torpes en comparación con las de un adulto, manejaban las herramientas y los componentes del laboratorio con una precisión inesperada.

—Esto va a tomar tiempo —dijo la niña con voz seria, mientras ajustaba los cables que conectaban su brazo robótico al equipo dañado del laboratorio. Jasmin y Ray intercambiaron miradas de sorpresa; Mary no solía hablar con tanta seguridad, pero en ese momento, parecía otra persona, como si el peso de la responsabilidad la hubiera transformado.

—Estoy usando el ácido que Karla extrajo del cuerpo de Jaspe copia —continuó, sin detenerse—, y lo estoy mezclando con la energía residual que puedo extraer de mi brazo. La idea es que el ácido, aunque tóxico, contiene compuestos capaces de interactuar con la estructura molecular de las gemas. Si puedo descomponer esos compuestos y alterarlos, tal vez pueda generar una sustancia que reactive los núcleos de las gemas.

Jasmin se inclinó, intrigada, mientras Ray fruncía el ceño, claramente no entendiendo todo lo que decía la niña.

—¿Cómo vas a cambiar algo que es tóxico en algo que las cure? —preguntó Ray, incapaz de contener su curiosidad.

Mary, mientras ajustaba uno de los tubos que llevaba la mezcla a un frasco de cristal, respondió sin dudarlo:

—Es complicado, pero en teoría, las gemas tienen la capacidad de regenerarse. Lo que les está impidiendo hacerlo es la exposición prolongada a este ácido que ataca sus estructuras principales. Si puedo crear una sustancia que neutralice el ácido y, al mismo tiempo, les dé la energía necesaria para comenzar su regeneración, entonces podrían recuperar sus fuerzas.

Ray seguía sin entender del todo, pero asintió lentamente, tratando de seguir el razonamiento de la pequeña. Jasmin, en cambio, estaba más concentrada en el rostro de Bismuto, viendo cómo el dolor la consumía a medida que escuchaba las palabras de Mary.

—¿Funcionará con Perla? —preguntó Jasmin suavemente, mirando a Mary. —Ella perdió su energía vital... no solo sus poderes.

Mary dejó de trabajar por un segundo, y sus ojos se nublaron por la duda.

—No lo sé al cien por ciento —admitió la niña, frotándose los ojos cansados. —Lo que le quitaron a Perla es diferente. Le robaron la energía que la mantenía viva. Si mi antídoto puede ayudarla a restaurar eso, es algo que aún no sé con certeza. Pero estoy haciendo todo lo posible. Necesitará más que este antídoto para recuperarse por completo.

Bismuto, escuchando las palabras de Mary a través de los oídos de Jasmin, rompió en un llanto silencioso mientras seguía sosteniendo a Perla. Sus lágrimas caían como una lluvia suave, manchando el rostro gris de la gema que tanto había amado durante tantos años.

"Perla, por favor..." —pensaba Bismuto, sin poder contener su angustia. —"No me dejes ahora... no después de todo lo que hemos pasado."

El ambiente en el laboratorio estaba cargado de una tensión palpable. Jasmin podía sentir la angustia de Bismuto, el estrés de Ray, y la presión que pesaba sobre los hombros de Mary.

—Si consigo crear una fórmula que funcione... —continuó Mary, más para sí misma que para las demás—, las gemas deberían poder regenerarse lentamente. No recuperarán su máximo poder de inmediato, pero podrán volver a ser ellas mismas con el tiempo. Sin embargo, necesitaré algo más potente para Perla. Necesitaré la gema de Steven y su capacidad de curación... su energía podría ser clave para restaurar lo que le quitaron.

Ray se cruzó de brazos, mirando a Mary con una mezcla de asombro e incredulidad.

—¿Tienes solo 7 años, verdad? —preguntó finalmente, sin poder evitar sonreír ligeramente ante la seriedad de la niña.

Mary no se inmutó y continuó con su trabajo, concentrada en su misión. Sabía que no había margen de error, no cuando la vida de las gemas, especialmente Perla, estaba en juego.

—Tengo todo listo, pero no sé cuánto tiempo llevará ver resultados —dijo Mary después de un rato. —Si esto funciona, lo sabremos pronto. Si no... tendremos que encontrar otra solución.

El sonido de los suspiros de Ray y Jasmin llenó el aire, mientras Bismuto seguía en silencio, sosteniendo a Perla con delicadeza, como si aún hubiera esperanza. El tiempo parecía detenerse mientras Mary continuaba trabajando en su antídoto, su mente infantil llena de cálculos e ideas, luchando por encontrar la respuesta correcta.

**Continuará...**

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora