Jasmin dormía profundamente en el campamento abandonado, su cuerpo agotado por la ardua jornada. A su alrededor, el fuego había disminuido hasta convertirse en brasas, dejando una luz tenue que apenas iluminaba los rostros de sus amigas y las gemas que dormían cerca. Pero en su mente, una tormenta de imágenes y emociones comenzaba a formarse, sumiéndola en un sueño inquietante y vívido.
De repente, Jasmin se encontró en un lugar que no reconocía. Estaba en medio de una habitación grande y oscura, casi como un vasto salón que parecía no tener fin. Las paredes eran de un tono opaco, y una sensación de soledad y desesperanza impregnaba el aire. Su corazón latía con fuerza mientras miraba a su alrededor, intentando comprender dónde estaba. Pero antes de que pudiera procesar sus pensamientos, las sombras comenzaron a tomar forma, revelando escenas del pasado.
Primero, vio a Perla. Estaba en una especie de sala de mando, con pantallas que mostraban imágenes de la Tierra, pero todo parecía fuera de lugar. Las luces parpadeaban y el lugar estaba en ruinas. Perla estaba de pie, inmóvil, con su mirada fija en una pantalla en particular. Jasmin intentó acercarse, pero fue como si una barrera invisible la detuviera. Fue entonces cuando lo vio: la pantalla mostraba la imagen de Steven, pero no como ella lo había conocido en los libros o las historias que había escuchado. Este Steven estaba inmóvil, su cuerpo sin vida. Jasmin sintió un nudo en el estómago mientras observaba cómo la expresión de Perla se transformaba en una mezcla de dolor, incredulidad y desesperación.
Perla cayó de rodillas, sus manos temblando mientras tocaba la pantalla, como si al hacerlo pudiera traerlo de vuelta. Las lágrimas caían de sus ojos, pero su rostro no mostraba el consuelo que las lágrimas normalmente traen. Era como si cada lágrima aumentara su sufrimiento. Jasmin pudo sentir el dolor de Perla, un dolor tan profundo que era casi tangible, como si cada fibra de su ser estuviera desgarrada. El silencio era ensordecedor, y Jasmin pudo entender en ese momento por qué Perla se había vuelto tan distante, tan perdida. La muerte de Steven había destrozado su mundo, y nada volvería a ser igual.
De repente, la escena cambió, y ahora Jasmin se encontraba en un desierto solitario, las dunas de arena se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Vio una figura que caminaba sola, encorvada y con los pies arrastrando en la arena. Era Bismuto, pero no la Bismuto que Jasmin conocía. Esta Bismuto tenía los ojos llenos de una angustia palpable, sus hombros estaban encorvados como si llevara el peso del mundo sobre ellos.
Bismuto se movía como un autómata, con la mirada perdida en el horizonte. Jasmin la siguió, observando cómo Bismuto se detenía frente a una formación rocosa. Con manos temblorosas, Bismuto comenzó a construir algo, pero sus manos, tan firmes y fuertes, ahora se tambaleaban. Cada golpe de su martillo resonaba con una desesperación creciente. A medida que la construcción avanzaba, Jasmin se dio cuenta de lo que estaba haciendo: Bismuto estaba intentando recrear las viejas armas de la rebelión, pero con cada intento fallido, su frustración crecía. Jasmin sintió un escalofrío al ver cómo Bismuto empezaba a hablar sola, murmurando palabras de paranoia y miedo. Cada ruido, cada sombra parecía ser una amenaza para ella, y pronto se hizo evidente que el aislamiento había roto su espíritu. Había construido un refugio, pero en realidad, se había enterrado en su propio miedo.
La escena se desvaneció, y ahora Jasmin estaba en una playa, las olas chocaban suavemente contra la orilla. A lo lejos, vio a dos figuras: Esmeralda y Lapis. Estaban de pie una frente a la otra, pero la tensión entre ellas era evidente. Lapis tenía los puños apretados y su expresión era de ira contenida. Esmeralda, en cambio, parecía desesperada, como si intentara mantener algo unido que estaba a punto de romperse.
Jasmin se acercó lo suficiente para escuchar lo que decían, aunque sus voces eran como susurros en el viento. Lapis, con la voz cargada de resentimiento, acusó a Esmeralda de ser inútil, de no haber hecho nada cuando Steven murió. Jasmin vio cómo las palabras golpeaban a Esmeralda como cuchillos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero en lugar de responder con ira, Esmeralda intentó explicarse, decirle a Lapis que ella solo quería protegerlas, que no sabía qué más hacer. Pero Lapis no quería escuchar. Con un gesto de frustración, se alejó, dejando a Esmeralda sola en la playa, llorando amargamente.
La ruptura entre ellas fue un golpe devastador, no solo para ellas, sino para el equipo entero. Jasmin pudo sentir cómo ese momento rompió algo fundamental en el corazón de ambas, algo que nunca se había curado del todo.
Entonces, el paisaje cambió nuevamente, llevándola a un lugar oscuro y cerrado, casi como una prisión. Allí, en medio de la penumbra, Jasmin vio a Peridot. Estaba sola, encogida en una esquina, con los ojos abiertos de par en par, mirando hacia la nada. Peridot había logrado escapar del cautiverio, pero el precio había sido alto. Su soledad era palpable, y Jasmin pudo ver cómo Peridot luchaba por mantener su cordura. La desesperación la había invadido, y aunque estaba libre físicamente, estaba atrapada en su propia mente. Los días pasaban, y Peridot, sin compañía alguna, se fue hundiendo cada vez más en un estado de desesperanza.
Finalmente, Jasmin observó cómo las gemas, una por una, perdían sus voces. No había ninguna explicación clara, solo el dolor que todas compartían. La impotencia de no poder comunicarse, de no poder expresar lo que sentían, las hundió aún más en la desesperación. Fue como si la pérdida de Steven hubiera arrancado una parte esencial de ellas, dejándolas incompletas, rotas.
Jasmin quería gritar, quería hacer algo para detener todo esto, pero era solo una observadora, atrapada en este torbellino de recuerdos y emociones. Cada imagen que veía se grababa en su mente, cada dolor y sufrimiento se sentía como propio. Y cuando pensó que no podía soportar más, vio una última imagen: las gemas, derrotadas y sin esperanzas, separadas y rotas por dentro, luchando por encontrar una razón para seguir adelante.
Finalmente, la escena se desvaneció, y Jasmin se despertó con un sobresalto, su respiración agitada y su corazón latiendo con fuerza. Estaba de vuelta en el campamento, el fuego casi apagado y las sombras de sus amigas y las gemas alrededor. Todo parecía tan tranquilo, tan en paz, pero lo que había visto en sus sueños seguía resonando en su mente.
Se llevó una mano al pecho, intentando calmar su respiración. Las imágenes del pasado de las gemas seguían frescas en su mente, y aunque sabía que no podía cambiar lo que había sucedido, una nueva determinación comenzó a formarse en su corazón. No dejaría que ese dolor se perpetuara. Haría todo lo posible por ayudar a sus amigas, tanto humanas como gemas, a encontrar la paz que tanto merecían.
**Continuará...**

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Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1
FanfictionHan pasado más de 20 años desde que Ciudad Playa fue atacada por las personas y gobiernos más letales del mundo. Nadie sabe que pasó con las gemas que habitaban allí. Jasmin es una niña que creció en un mundo completamente aterrorizado por las gemas...