El laboratorio quedó en silencio después de que el coronel se alejara, y las chicas supieron que aquel era el único momento que tendrían para liberar a Peridot. La tensión en el aire era tan densa que parecía imposible respirar, pero la determinación en sus corazones superaba cualquier miedo que pudieran sentir. Sabían que no podían desperdiciar esta oportunidad.
-Ahora,- susurró Jasmin, moviéndose con sigilo mientras las demás la seguían. Se deslizaron fuera de su escondite, sus pasos ligeros y rápidos sobre el frío suelo del laboratorio. El corazón de Ashley latía con fuerza mientras sus ojos se fijaban en Peridot, quien yacía dentro de la jaula de contención, encorvada y temblorosa.
Cuando Peridot las vio, su mirada se fijó en Ashley, y durante un breve segundo, la esperanza pareció iluminar sus ojos cansados. Pero esa esperanza se desvaneció rápidamente al notar a las otras chicas. Peridot se echó hacia atrás, apretándose contra las paredes de la jaula, su miedo palpable en sus movimientos. Aunque no podía hablar, sus gestos lo decían todo: desconfianza, temor, desesperación. Ashley sintió una punzada en el corazón al verla tan vulnerable.
-Peridot, soy yo,- dijo Ashley con voz suave, acercándose a la jaula. -Está bien, no te haremos daño. Estas son mis amigas, estamos aquí para ayudarte.- Hablaba con una calidez que intentaba calmar los temores de la gema. Sabía que, después de lo que había sufrido, era natural que Peridot se sintiera recelosa, pero necesitaban que confiara en ellas.
Peridot la miró con ojos llenos de incertidumbre, pero la familiaridad de la cicatriz en la mejilla de Ashley, esa marca en forma de rayo que ambas compartían, pareció tranquilizarla un poco. Lentamente, se relajó un poco, aunque su mirada seguía posada en las otras chicas con desconfianza.
-Vamos a sacarte de aquí,- prometió Ashley mientras se giraba hacia las demás. -Jasmin, Ray, ¿pueden ayudarme a manipular estos controles?-
Jasmin y Ray se acercaron a los paneles de control, revisando los botones y pantallas que parecían operar la jaula de contención. Había una complejidad en los controles que les hacía dudar de sus habilidades, pero sabían que no tenían otra opción. -Podemos hacerlo,- dijo Jasmin, su voz firme pero con un toque de nerviosismo.
Nagisa, mientras tanto, se quedó cerca de Ashley y Peridot, observando a la gema con cuidado. Aunque la situación era tensa, ella podía ver el dolor en los ojos de Peridot, las cicatrices en su cuerpo que no eran solo físicas, sino también emocionales. Sabía que la situación era delicada y que cualquier movimiento en falso podría romper la frágil confianza que Ashley estaba tratando de construir.
Ray, con manos temblorosas, comenzó a manipular los controles, mientras Jasmin leía las instrucciones en las pantallas. Los minutos pasaron como si fueran horas, y cada error o sonido que hicieran parecía una sentencia de muerte. Sin embargo, con cada movimiento, se acercaban más a liberar a Peridot.
Finalmente, tras lo que pareció una eternidad, un clic resonó en la sala y la jaula comenzó a abrirse lentamente. El corazón de Ashley dio un vuelco cuando vio que Peridot se mantenía en su lugar, tensa, como si esperara algún truco o traición.
-Está bien,- susurró Ashley, avanzando un paso para acercarse a la gema. -Ya eres libre.-
Peridot salió de la jaula, pero su cuerpo mostraba signos de lo que había sufrido. Su piel verde estaba marcada con quemaduras que parecían frescas, cicatrices que relucían de un modo perturbador bajo la luz fría del laboratorio. Jasmin, que tenía la habilidad de escuchar lo que otras no podían, percibió las palabras de Peridot, llenas de miedo y confusión, aunque ninguna de las demás pudo escuchar.
-Me atacaron... con ácido... duele tanto... no quiero que me hagan daño otra vez...- El pánico en la voz de Peridot era evidente, incluso en sus gestos temblorosos.
Ashley dio un paso más hacia adelante, manteniendo sus manos visibles y su voz suave. -Nadie te va a lastimar, te lo prometo,- dijo, luchando contra las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. -Estamos aquí para ayudarte. Saldremos de este lugar juntas.-
Peridot, aunque todavía cautelosa, permitió que Ashley se acercara y la abrazara. Aunque seguía temblando, la cercanía de Ashley parecía darle un mínimo de consuelo. Ashley acarició su espalda con ternura, intentando calmar los temblores que sacudían a la gema.
-No podemos quedarnos aquí,- dijo Ray en voz baja, rompiendo el momento mientras sus ojos vigilaban la puerta del laboratorio. -Tenemos que salir antes de que alguien regrese.-
Sin embargo, antes de que pudieran hacer algún movimiento, un sonido agudo llenó el aire. La alarma del laboratorio se activó, resonando con fuerza por todo el lugar. La sangre de las chicas se congeló al instante.
-¡No, no, no!- gritó Ashley, su corazón latiendo con fuerza mientras veía cómo las luces rojas de la alarma iluminaban el laboratorio. El miedo se apoderó de Peridot, quien se apartó bruscamente de Ashley, sus ojos mostrando puro terror.
-¡Tenemos que irnos, ahora!- gritó Jasmin, su mente acelerada buscando una salida rápida. Sabían que la alarma no solo llamaría a los soldados, sino también al coronel, y no podían arriesgarse a ser atrapadas ahora que habían liberado a Peridot.
Nagisa tomó la mano de Peridot, intentando calmarla mientras la urgencia del momento las empujaba a actuar. -¡Vamos, no podemos detenernos ahora!-
La tensión en el aire era insoportable, y mientras se preparaban para moverse, todas sabían que lo que vendría a continuación sería una verdadera prueba de su valentía y habilidades.
**Continuará...**

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Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1
FanfictionHan pasado más de 20 años desde que Ciudad Playa fue atacada por las personas y gobiernos más letales del mundo. Nadie sabe que pasó con las gemas que habitaban allí. Jasmin es una niña que creció en un mundo completamente aterrorizado por las gemas...