Capítulo 114

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Después de la agotadora travesía por el río furioso y el huracán que había amenazado con separarlas, las chicas y las gemas avanzaron lentamente por el bosque, buscando un lugar donde pudieran descansar. Cada paso se sentía pesado, sus cuerpos exhaustos tanto física como emocionalmente. Finalmente, llegaron a un claro donde encontraron un campamento abandonado. Las tiendas de campaña estaban deterioradas por el tiempo, pero aún eran funcionales. Parecía que nadie había estado allí en años, y el silencio que los rodeaba era reconfortante.

Jasmin fue la primera en inspeccionar las tiendas. A pesar del desgaste, el campamento era seguro. Se giró hacia las demás y, con una ligera sonrisa, hizo un gesto de aprobación. Al ver esto, las chicas comenzaron a acomodarse. Perla ayudó a Jasmin a levantar una de las tiendas, su tamaño y fuerza haciendo que la tarea fuera rápida y eficiente. Bismuto, aún un poco nerviosa, pero determinada a ser útil, se unió a Mary para preparar un área donde pudieran encender una pequeña fogata.

Nagisa, aunque todavía dolorida, se apoyó en Esmeralda para caminar. La gran gema, con Sarah ya dormida en sus brazos, ayudó a su amiga a sentarse en un tronco caído. Nagisa le susurró un agradecimiento a Esmeralda, que respondió con una sonrisa cálida, antes de concentrarse en acomodar a Sarah para que pudiera dormir cómodamente. Nagisa observó a Esmeralda con gratitud en sus ojos, sintiendo un profundo alivio de estar a salvo, al menos por ahora.

Mientras las demás se acomodaban, Peridot se mantuvo en silencio, sus pensamientos volviendo una y otra vez a Ashley, quien estaba visiblemente exhausta. Sin decir una palabra, se acercó a ella y la ayudó a sentarse junto a un árbol. Ashley, sin pensarlo, se acurrucó en el regazo de Peridot, buscando consuelo en su presencia. Peridot se quedó inmóvil por un momento, sorprendida por el gesto, pero luego, con un cuidado casi instintivo, pasó sus brazos alrededor de la joven, sosteniéndola con suavidad.

El fuego que Bismuto y Mary encendieron crepitaba suavemente, arrojando una luz cálida que apenas alcanzaba a iluminar el campamento. Una a una, las chicas se fueron quedando dormidas, sus cuerpos finalmente cediendo al agotamiento. Jasmin, acurrucada al lado de Perla, cerró los ojos, sintiendo una extraña paz en la cercanía de la gema. Karla, que había encontrado su lugar junto a Lapis, se durmió abrazada a Aria, quien descansaba tranquilamente en su regazo.

Mientras todas dormían, Peridot permaneció despierta, sus ojos verdes mirando el fuego. Su mente estaba llena de preguntas, todas girando en torno a la misma idea: "¿Está bien que la ame?" Miró a Ashley, quien dormía profundamente en su regazo, su rostro relajado y pacífico. Peridot levantó una mano y suavemente apartó un mechón de cabello de la frente de Ashley. Sus dedos, aunque firmes y fuertes, temblaron ligeramente con el contacto.

La duda la carcomía por dentro. ¿Podía una gema como ella realmente amar a una humana? ¿Y qué significaba esto para su futuro? ¿Podría quedarse con Ashley cuando todo esto terminara? La idea de separarse de ella era insoportable, pero al mismo tiempo, Peridot no podía evitar preguntarse si era egoísta al desearlo. "¿Qué soy yo para ella?" Se preguntó en silencio, mientras sus ojos se llenaban de emociones contradictorias.

En ese momento, Esmeralda, quien había estado observando a Peridot en silencio, se acercó y se sentó junto a ella. Peridot la miró, y aunque no podían hablar, sus miradas se encontraron, llenas de comprensión. Esmeralda, que sostenía a Sarah en su regazo, sonrió suavemente y le dio un pequeño asentimiento a Peridot. Era como si le estuviera diciendo que estaba bien, que lo que sentía no era incorrecto.

Peridot suspiró, sintiendo una mezcla de alivio y miedo. Sabía que el amor no era algo simple, especialmente para una gema. Pero mirando a Ashley, su resolución comenzó a fortalecerse. No sabía lo que el futuro les depararía, pero en ese momento, decidió que no dejaría que nada ni nadie las separara. No mientras ella pudiera hacer algo al respecto.

Esmeralda, satisfecha con el cambio en la expresión de Peridot, se levantó lentamente, asegurándose de que Sarah estuviera cómoda antes de regresar a donde estaba Nagisa. Peridot la observó irse, agradecida por el apoyo silencioso de su amiga.

Finalmente, Peridot decidió que era hora de dormir. Lentamente, se recostó, asegurándose de que Ashley estuviera cómoda antes de acostarse a su lado. Ashley, sintiendo el movimiento, se acurrucó aún más cerca, su cabeza reposando sobre el pecho de Peridot. La gema, con su corazón latiendo rápido pero con determinación, bajó la cabeza y depositó un suave beso en la frente de Ashley, un gesto lleno de amor y promesas no dichas.

Con un suspiro de alivio, cerró los ojos, abrazando a Ashley con ternura. Por primera vez en mucho tiempo, Peridot sintió que, a pesar de las dificultades, tal vez podría haber un futuro donde podrían estar juntas. Y con ese pensamiento, se permitió caer en un sueño tranquilo, el campamento sumido en la calma de la noche.

**Continuará...**

Guerra de Cristal - Steven Universe AU Volúmen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora