POV. Jennifer
"Ten cuidado de quien sabe escribir, porque podría enamorarte sin siquiera tocarte".
-¡imposible!- golpeé el teclado con las palmas de mis manos -es imposible enamorarse de alguien solo por como escribe- cerré ese muro de información y continúe con mis deberes.No soy la típica chica que se enamora a "primera vista", tampoco soy a la que compras con lujos y detalles, me atraen las chicas de un coeficiente intelectual alto, porque tienen mejores temas de conservación, es lo que puede enamorarme, una buena plática, un gran debate, diferentes puntos de vista, sí, soy lesbiana, hace más de dos años que les conté a mis padres, los cuales lo tomaron de una forma muy natural, la única regla que tenía, era "jamás dejar perder mis estudios por cosas comunes", y una cosa común era "enamorarse", un riesgo al cual me sería muy difícil caer, no porque no me gustaran chicas, al contrario, había un sin fin de mujeres realmente ingresadas en mí, el problema, yo no estaba interesada en ellas, la mayoría eran bastante superficiales, otras materialistas, y las que más detesto, las que fingen ser algo que no son solo para llamar tu atención.
Cerré el archivo en Word, y me empuje hacia atrás del respaldo de la silla, estiré mis brazos y me levanté, busqué la mochila en el suelo y saqué un horario de clases, estaba en el último año de preparatoria, un mes más y saldría de esa prisión educativa que llaman escuela, amaba los estudios, pero los últimos días en las escuelas, eran más preparaciones de fin de curso, fiestas por cualquier pavada y el que más detestaba, "escribe una carta a quien siempre quisiste". No era mala idea, en realidad era algo bueno, solo que la mayoría de los chicos y algunas chicas, usaban eso para llenar mi casillero con propuestas sexuales, lo cual era jodidamente molesto.
Metí los útiles en la mochila y la colgué en mi hombro derecho, salí de la habitación y me encontré con mis padres en la cocina.-buen día, hija- mi madre habló mientras hacia algo en una sartén.
-buen día- respondí y me senté en la silla de la mesa.
-te hemos conseguido un apartamento- mi padre llegó acomodándose la corbata -está a unas cuadras de la escuela- se sentó a mi lado.
-no era necesario, pero gracias- sonreí.
-es lo menos que podemos hacer- mi madre llegó con los desayunos -ahora a desayunar, que cuando te vayas nadie te hará de comer- sonrió.
Después de desayunar, subí a mi habitación a lavarme los dientes, bajé nuevamente y salí de casa rumbo el bachillerato .
Una vez en el bachillerato, llegué a mi casillero y encontré una nota dentro "excelente, ya han comenzado", pensé molesta y lo abrí.*las cosas bellas, no son siempre las que más lucen, si no las que dejan una huella imborrable, echaré de menos verte todos los días*
La ortografía era buena, la letra era realmente perfecta. Releí la nota por más de tres veces, y sin saberlo, estaba sonriendo. Guardé la nota en la bolsa delantera de la mochila y cogí varios libros.
Después de la segunda clase, regresé nuevamente al casillero para cambiar de libros, nuevamente había una nota dentro.*me gusta como te ves cuando te pierdes en tus pensamientos, te ves tan ajena a todo, que llego a pensar que no eres de este mundo*
La misma letra, saqué la otra nota y eran del mismo cuaderno de rayas con una línea azul en el extremo lateral derecho, sea quien sea, sabe a que clases asisto.
Volví a guardar ambas notas y metí los libros para sacar otros dos, cerré el casillero y caminé rumbo al salón, pero esta vez, atenta a quien tenía un comportamiento diferente conmigo.
A la hora del receso, estaba sumamente molesta con un profesor, me reprobó en servicio social porque no accedí a ir al evento escolar, tenía el seño fruncido y la mandíbula tensa, ahora tenía que hacer el aseo de enfermería después de clases. Iba tan sumida en mis pensamientos que choqué con alguien en el corredor.-disculpa- susurró y se fue.
Continué con mi camino hasta llegar a mi banca de siempre. Una vez terminé de comer, metí la mano al bolsillo de mi abrigo y saqué un papel que estaba dentro.
*Tienes una sonrisa hermosa, úsala*
Voltee para todos lados, buscando a alguien que me mirara a lo lejos, pero para mí mala suerte todos estaban perdidos en su mundo que apenas notaban el mío.
-¿quién eres?- susurré viendo la nota.
***********************
Al salir de clases, seguía al pendiente de las personas, nunca suelo hacerlo, pero quería saber quien me escribía. Al no ver nada extraño a lo normal, suspiré derrotada y caminé hasta casa.POV. Mariel
Escribí la última nota del día y caminé para dejarla en su casillero, pero al ver que ella estaba ahí, giré sobre mis talones y regresé a la cafetería. Entre hasta las cocinas y cogí una manzana del frutero.-¿¡mamá Rosa!?- grité mientras miraba alrededor.
-ahí está mi niña- una señora de aproximadamente 70 años caminó hacia mí, ella era mamá Rosa -¿qué haces acá?-
-vine a ayudarle con las tareas de limpieza- arrojé la mochila al suelo.
-gracias, mi niña- besó mi mejilla -sobró sopa, ¿quieres llevarte un poco?-
-¡claro!- sonreí -les vendrá bien con este frío- cogí la escoba que estaba cerca del marco de la puerta -toma un descanso, yo termino-
-gracias- se sentó en un banco
-¿segura que te irás a estudiar fuera?--mamá Rosa, sabe usted que la fotografía es mi pasión- dije mientras barría -echaré de menos a mis hermanos del internado, pero es mi sueño-
-está bien, Mariel, es tu decisión- sonrió.
-deja eso ya, ahorita llega Luisa y me ayuda a terminar- se levantó
-tú ve a llevar esa sopa-Dejé la escoba recargada en la pared -¿está segura?-
-sí- me dio una olla grande -anda, ve lleva eso y yo me paso en la noche-
-gracias- besé su mejilla y salí del lugar.
Una vez llegué al internado, le dije a Marta que ya había llegado, la cual solo sonrió y me quitó la olla de las manos para llevarla a la cocina.
Caminé hasta mi habitación viendo mis pies avanzar y con una enorme sonrisa en el rostro, por fin, después de un año de admirarla en secreto, tuve el anónimo valor de dejarle una nota en su casillero, la misma nota que le sacó una sonrisa, la sonrisa más hermosa que había visto.
Sí, estoy enamorada de Jennifer Arredondo, la hermosa chica de ojos tan oscuros y profundos que parecen no tener fin, de una sonrisa tan brillante que podría iluminar mil universos, y un cabello tan castaño y ondulado que parecía tener vida propia, pero lo que realmente me atraía de ella, lo que hacia que diera revueltos en su honor, era su perfecta inteligencia.-Mar- la voz de una pequeña me sacó de mis pensamientos -¿nos leerás el cuento hoy?-
-claro, pero primero a cenar- la cargué en brazos.
-Mar- me llamó.
-¿qué sucede?-
-Lupita preguntó por ti- me miró -¿ella es tú novia?-
-no- solté simplemente -ella quiere, pero yo no puedo serlo-
-¿por qué te gusta alguien más?-
Recordé la hermosa sonrisa Jennifer -sí- dejé salir un suspiro y continué caminando.
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Entre mis letras
RandomElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?