Capítulo Veintidós. Voy a consentirte.

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Después de clases, pasé rápidamente a biblioteca y terminé de acomodar los estantes, revisé mi móvil y le mandé un mensaje de texto a Jennifer *Te veo fuera de la biblioteca en cinco minutos* guardé el móvil y continué con mi trabajo; después de unos minutos salí y espere a Jennifer a un lado de la puerta, miré a lo lejos y la vi acercarse, pero algo estaba diferente en ella, tenía los brazos alrededor de su pecho, como abrazandose, caminaba con la cabeza gacha y un paso lento y tambaleante; corrí hacia ella y me detuve a los pocos centímetros.

-¿Jenn?- susurré. Al oír mi voz levantó rápidamente la cabeza y se me lanzó a los brazos
-Tranquila- pasé mis manos por detrás de su espalda y la pegué más a mi cuerpo, dejé un beso en su sien y comencé a frotar su espalda.

Después de varios minutos logró cortar el abrazo -Lo siento-

-No, las lágrimas en si suéter se ven bien- reí débilmente -¿Qué sucede?-

-Terminé con Violeta- secó las lágrimas de sus ojos con el dobladillo de su suéter.

-Lamento eso-

-Le dije que no podía estar con ella porque estaba enamorada de alguien más y dijo que no le importaba, que tenía más, siempre las tuvo- cruzó los brazos.

-Pero al menos podrás estar con la persona que realmente te gusta- dije con un aire de esperanza.

-No lo creo- agachó la mirada.

-¿Ella no lo está de ti?-

-Sí, solo que...- hizo una pausa
-Vive en otro lugar y sería imposible verla ahora-

-Ough, eso es malo- me acerqué a ella -Ven, vamos al apartamento-

-Solo quiero dormir-

-Vale, hoy voy a consentirte, ¿te parece?-

-Me agrada la idea- soltó una leve risa.

-Vamos entonces-

-Espera, falta Tania- se detuvo.

-Descuida, sabe como llegar- la empuje levemente y continuó caminando.

Llegamos al apartamento y la dejé en su habitación, se tumbó en la cama y yo me inqué a su lado.
-¿Qué se te antoja?- susurré.

-Chocolate-

-¿En todas sus presentaciones?-

-Helado y en barras- sonrió.

-Ahora vuelvo- me levanté y salí de la habitación.

Cogí el autobús al supermercado y compré las cosas rápidamente, fruta, verdura, cosas enlatadas, cosas para preparar, un bote de helado de chocolate y varias barras de chocolate blanco, pagué la cuenta y me golpeé mentalmente por comprar mucho y venir sola. Cargué las bolsas como pude y salí a coger un taxi, ni loca iré en bus con todo eso.
Cuando llegué Tania ya estaba con ella, las encontré abrazadas en la cama, Jennifer lloraba mientras Tania jugaba con su cabello y decía palabras como "Ella se lo pierde", "Te dije que era una idiota", "Desde un principio me cayó mal". Algunas de estas hacían sonreír débilmente a Jennifer.

-Traje el helado y tus chocolates- entré más a la habitación y caminé hacia la cama -¿Qué quieres de comer?- pregunté cuando le entregué las cosas.

-Tengo antojo de chuleta ahumada- abrió un empaque de chocolate.

-Whoa, no pides mucho- reí un poco -Ahorita te traigo la comida- caminé hacia la puerta.

-Gracias- sonrió -Espera-

-¿Si?- giré para verla.

-¿Puedes prestarme tu portátil para ver películas?- puse cara rara cuando vi la suya en su mesita de noche -La mía tiene un virus y la llevaré a reparar mañana- agregó después de unos segundos.

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora