Abrí los ojos por el sonido del despertador, estiré mi mano y lo golpeé contra el suelo para apagarlo; giré en la cama y di un salto al ver a Lupita desnuda, rápidamente revisé mi cuerpo y estaba en ropa interior. La moví suavemente, necesitaba una explicación.
-Mmm- se giró dándome la espalda.
-Lupita, despierta- susurré en su oído.
-No quiero- tapó sus oídos con las manos.
La moví otro poco -¡Guadalupe!-
Se levantó de un salto -¿Qué sucede?- preguntó alarmada.
-Eso quiero saber yo, ¿Por qué estás desnuda?-
-Ah, eso- miró su cuerpo -Intenté seducirte anoche, pero no me hiciste caso, así que me dormí- levantó los hombros.
-Vale- me levanté de la cama
-¿Intentabas violarme?--Sí, un poco- se levantó -En realidad quería que tú abusaras de mí- cogió una de mis manos y la puso en su seno -¿No quieres?- movió mi mano por todo su pecho.
Sentía como mi centro comenzaba a palpitar -Yo... yo...-
-Apuesto que te va a gustar- se acercó más a mí y besó mi cuello -¿Quieres que me detenga?- puso mi otra mano en su entrepierna.-Jodete- susurré antes de besarla ferozmente.
La empujé hasta la cama y me acosté encima de ella, mis labios pasaban de besar su cuello, sus pechos y regresar a su boca mientras mis manos vagaban por su cuerpo, una estaba jugando con sus pechos y la otra sobaba sus piernas y amenazaba con rozar su entrepierna.
-joder, Mariel- susurró después de varios minutos -Deja de joderme y hazlo de una vez- dijo entre jadeos.
-Todo con calma- comencé a rozar levemente su entrada, era sumamente excitante ver como se revolvía debajo de mí.
-Hazlo ya, no aguanto más- imploró mientras sus caderas se movían contra mi mano.
-A sus órdenes- besé su cuello y la penetré inesperadamente.
-Oh, sí- apretó sus uñas en mi espalda -No te detengas-
-No tenía planeado hacerlo- volví a besarla mientras aumentaba la velocidad.
Después de aquel encuentro matutino, me di una ducha y me vestí lo más rápido que pude, iba un poco atrasada a la junta. Salí del orfanato y cogí un taxi a la dirección del dossier, para mi sorpresa no estaba a más de quince minutos en coche, bajé y pagué.
Me acerqué a la casa, tenía una fachada de color rosa tenue, con una puerta de metal color negro un poco desgastado por el tiempo, me acerqué y golpeé la puerta varias veces, hasta que me percaté que había un timbre cerca de la esquina superior derecha de la puerta, me golpeé mentalmente y lo presioné unos segundos.
-Buen día, ¿Qué necesita?- un hombre de aproximadamente treinta años, cabello corto y castaño, ojos color miel, barba descuidada y boca chica abrió la puerta con una leve sonrisa.
-Vengo del orfanato "Sueños con esperanza".-
-Oh, sí, había dicho la directora que vendría- se hizo a un lado
-Adelante--Gracias- entré y admiré la casa con cuidado. Solo planta baja, una pequeña sala, el comedor a unos metros de la cocina y cerca de el sofá grande, tres puertas de madera, posiblemente dos habitaciones y un baño, un pequeño tragaluz en el techo y pocos muebles la mayoría con libros apilados.
-Tome asiento, ¿Quiere algo de beber?-
-Gracias- me senté en el pequeño sofá -Un vaso de agua, por favor-
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Entre mis letras
RandomElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?