Capítulo Ciento Veintidos. La familia crece.

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POV. Mariel

-Vamos, Jenn, es tarde- presioné mientras caminaba en círculos por la sala de estar.

-Mariel, ya, por favor, deja de caminar- Jennifer habló sin mirarme.

-Me sentaría, pero aún no tenemos muebles- me detuve en seco -Estaba pensando, la otra vez vi a una señora que vendía palets y cajas de madera- hice una pausa -Podemos comprar unas cuantas y hacemos muebles con ellas-

-¿Quién los hará, tú?- Jennifer despegó la vista de su trabajo para verme
-¿Sabes cómo hacerlo?-

-Sí, ya lo he hecho-

-¿Dónde?-

-En el orfanato- sonreí -Teníamos clases de carpintería y yo hice una mesa con una palet, las sillas no me quedaron muy bien, pero esta vez me pueden quedar mejor-

-No lo sé, ¿Estás segura?-

-Mira, déjame intentar, si no te gusta, bueno, compramos muebles de verdad, ¿Vale?-

-Bien- sonrió.

-¿Ya estás lista?-

-¡Mariel!- dio un pisotón al suelo -Deja de presionarme-

-Estoy emocionada, ya quiero ir por Minerva-

-Yo igual, pero, no puedo ir con un ojo maquillado y otro no-

-Te pones unas gafas de sol- hizo un puchero.

-Ay, te ves tan adorable cuando haces eso- Jennifer se acercó a besarme.

-Me veré más adorable con Minerva en mis brazos- susurré contra sus labios.

-Eres odiosa- me apartó de un leve empujón -Ya, dame cinco minutos- se dio la vuelta y continuó con su trabajo -¿Tienes todo listo?-

-Sí, todo-

-Ya lista- caminó hacia la puerta
-Vámonos-

Caminamos hacia la veterinaria tomadas de la mano, los primeros días en nuestra nueva casa, no la pasamos sacando los escombros y limpiando el polvo en los pocos objetos que tenía la casa, entre ellos los marcos de la ventana, una pequeña repisa encima de lo que al parecer era una chimenea, las puertas de madera, un pequeño desayunador que dividía la cocina del comedor y los cajones y alacenas de la cocina.

Mientras hacíamos las compras de los muebles básicos, como colchón, sofás y un frigorífico, optamos por dormir en el suelo y comprar comida enlatada, lo único que acondicionamos desde el principio, fue una cama y cobijas para minerva, una casita de madera, platos para agua y comida, además de un costal de croquetas y un par de juguetes.

-Estaba pensando- dije antes de llegar -¿Te das cuenta que Minerva tiene todo y nosotras nada?-

-Lo sé- Jennifer sonrió -Ella tiene que llegar y sentirse en casa- dejó un pequeño beso en mi mejilla -Así como cuando yo llego a cualquier lugar y te veo, ya me siento en casa-

-Te amo- la besé delicadamente.

Jennifer cortó el beso -Llegamos-

-Corre, Minerva nos espera- Mariel apretó el paso y me jaló levemente para que la siguiera -¿Hola?- dijo mientras entraba a la vacía sala de espera.

-Creo que no hay nadie- Jennifer agregó después de unos minutos.

-Ven, vamos a la habitación de Minerva- caminé hacia la pequeña puerta, toqué antes de entrar y abrí la puerta rápidamente -¿Minerva?- al entrar me di cuenta que estaba vacía
-No está- sentí como comenzaba a estresarme.

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⏰ Última actualización: Sep 01, 2018 ⏰

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