Capítulo Diecinueve. Me Fascinas.

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Después de cenar, salimos a lavar nuestros platos sucios, y regresamos a la habitación, no sin antes yo detenerme en la puerta de la habitación de Mariel, pegué mi oreja y cerré mis ojos para escuchar mejor.

*...No mamá Rosa, no es necesario que me mande dinero, ya conseguí otro empleo... Sí, espero visitarla en mis vacaciones... Vale, cuídese, un beso*

Escuché unos pasos cerca de la puerta y me alejé rápidamente y fingí salir de mi habitación.

-Lo lamento- se disculpó -No quería molestar a tu novia-

-No, yo lamento sus comentarios- la miré unos segundos -¿Cómo están tus heridas?-

-Apenas iba a curarlas- señaló el cuarto de baño.

-¿Puedo ayudarte?- pregunté -En parte tengo culpa por eso- agaché la mirada.

-No apagues tus luces- levantó mi cara lentamente con su dedo índice.

-¿Perdón?- pregunté confusa.

-El brillo de tus ojos tiene la capacidad de inundar la habitación más oscura-

-Eso, es muy lindo, gracias- sonreí levemente.

-En realidad me fascinas- se acercó más a mí -Pero tienes novia y respeto eso-

-¿Por qué te fascino?-

-Por todo lo que eres realmente, por los gestos que haces al leer, por como piensas cuando escribes, por cuando te concentras en algo y no sales de eso hasta que terminas y si está mal, lo repites- cada vez se acercaba más -Por todo, hasta lo que no me gusta, me fascina-

-Yo... yo..- la tenía tan cerca que su perfume golpeaba mis fosas nasales.

-No digas nada, no rompas mis ilusiones tan pronto- se acercó más y dejó un beso en mi mejilla, dejando sus labios ahí unos segundos -Iré a lavarme- susurró contra mi piel y se alejó lentamente.

-Yo lo hago- dije rápidamente y caminé hacia el baño.

Nos metimos y ella se sentó en la tapa del váter mientras yo buscaba el botiquín algunas cosas para lavarla y cuidarla.
Mojé un algodón con un poco de agua, me acerqué con cuidado a ella y comencé a limpiar suavemente, en cuestión de minutos el algodón estaba lleno de sangre, cambié de algodón y repetí la acción hasta que la herida estuvo limpia.

-Voy a ponerte una crema para que cicatrice pronto- puse un poco de crema en mi dedo y me acerqué a ella -Arderá un poco-

-Espera- dijo antes de que mi dedo tocara su labio -¿Puedo sujetarme de algo?-

-Claro- sonreí y me sujetó fuertemente de la cadera
-Tranquila, no duele tanto- solté una leve risa.

-Por si las dudas- comenzó a reír.
Noté como cerró los ojos con fuerza -Vale- acerqué nuevamente mi dedo a su labio y puse la crema con cuidado -Listo-
Abrió los ojos pero no me soltó
-¿Ya?-

-Sí, puedes soltarme-

-Un momento más, duele demasiado- fingió agonizar.
-Eres una dramática- comencé
a reír.

-Estoy herida, no puedes insultarme-

-Claro que puedo- moví mi mano y accidentalmente le piqué el ojo.
-Ouch- hundió su cabeza en mi abdomen.

-Lo siento- me disculpé rápidamente -¿Te duele?-

Despegó su cabeza y me miró inexpresiva -Claro que duele-

-Déjame ver- me acerqué a su cara y observé el lugar afectado.

-Jennifer no encuentro mi...- se calló -¿Interrumpo?-

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora