Capítulo Cincuenta y nueve. A tus órdenes.

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Después de clases, me senté en una de las bancas a esperar a Jennifer, me quedé pensando mientras veía mi libro, "si enamoraste a Jennifer gracias a tus letras, no pierdas ese detalle". Esas palabras se crearon por si solas en mi cabeza, y tenían razón. Cerré mi libro, saqué mi cuaderno y una pluma, mordí un poco la tapadera y comencé a escribir.

«Regresaste a mí después de tanto tiempo, otra vez dormí contigo, abrazando tu cuerpo, probé nuevamente el sabor de tus labios y por tu piel recorrí mis manos, regresaste a mí cuando más te quería y volviste a llenar mis días de alegría, nuevamente ocupaste ese espacio en mis cuadernos, entraste otra vez en mis pensamientos, pero ahora que lo pienso, jamás te fuiste, estuviste conmigo todo el tiempo, solo te escondiste».

Me quedé viendo la nota unos segundos, releyendola varias veces, levanté mi vista y sonreí ampliamente al ver que ella venía caminando, tenía sus manos tras la espalda, así que supuse que escondía algo. Me levanté de la banca mientras guardaba la nota en el bolsillo trasero de los pantalones, me acerqué a ella y la abracé sin dudarlo.

Corté el abrazo -¿Qué tal las clases?-

-Estuvieron bien- sonrió -¿Las tuyas?-

-Hablemos mientras caminamos, se hará más entretenido el viaje-

-Bien, pero antes...- dio un paso y cortó la poca distancia que existía, unió sus labios con los míos y nos unimos en un suave beso. Un beso que hacía que mi cuerpo temblara y los vellos de mi piel se erizaran por completo, un beso que me hacía sentir cosquillas en la barriga, un beso que me hacía flotar -Dime que también lo sientes- susurró contra mis labios.

-¿Las sensaciones en la barriga y la corriente por mi cuerpo?-

Sonrió ampliamente y volvió a besarme -El día que al besarme no lo sientas, habrá acabado nuestro momento-

-Las siento con solo verte- acaricié su mejilla.

-Entonces, nuestro tiempo será largo-

-Correré el riesgo-

-Ugh, chica kamikaze- soltó una leve risa y comenzamos a caminar.

POV. Jennifer
Después de dos días, o un fin de semana, de una estupenda convivencia con Mariel, debíamos regresar a la rutina. Ya no peleabamos, solo nos dedicabamos a disfrutar de la presencia de la otra, o hablar de todos esos temas que habíamos dejado inconclusos, pero lo que más nos gustaba, era besarnos.

Me encontraba haciendo un poco de tarea en la mesa del apartamento, Mariel había salido al estudio así que estaba sola, puse la música a todo volumen y me senté frente a la portátil, abrí un archivo y comencé a trabajar.
En el reproductor sonó la canción de "Bohemian rhapsody", y comencé a cantar

-¿Is this the real life?, ¿Is this just fantasy? Caught in a landside...- conforme tarareaba la canción, escribía en la portátil, tomando el mismo ritmo de la música para escribir -...Mamaaa, just killed a man, put a gun against his head... - me levanté de la silla y me preparé para continuar cantando -...Mamaa, life had just begun, but now I've gone and thrown it all away...-

-...Mamaaaa, oooh...- giré rápidamente y vi a Mariel en la puerta con las manos extendidas a los costados -...Didn't mean to make you cry, if I'm not back again this time tomorrow...- cerró la puerta con el pie y caminó hacia mí -Carry on, carry on as if nothing really matters...- sonrió ampliamente.

-Llegaste en el momento preciso- caminé hacia el reproductor y bajé el volumen.

-En realidad me esperé afuera de la puerta hasta que llegara esa parte- soltó una leve risa.

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora