Llegué al apartamento antes que mi compañera, di el grito en el cielo al darme cuenta que nuevamente había dejado las herramientas en el suelo, bufé molesta y comencé a levantar las cosas y dejarlas en un orden normal para mí. Una vez terminé me senté en el único mueble que teníamos, al parecer, eso de ahorrar para comprarlos, no daba buenos resultados.
Mi padre accedió a darme pasta para los muebles y electrodomésticos, pero con la condición de que mi compañera de piso pagara la otra mitad.
Abrí mi libro en la página marcada y comencé a leer.POV. Mariel
Salí de la universidad tirando melodía, tocaba taller y me emocioné dibujando al carboncillo, tapé mi dibujo con una suave manta y caminé a la puerta topando con una chica.-Disculpa- levantó varias cosas del suelo.
-No, fue mi culpa, yo estaba distraída- ayudé a levantar sus cosas.
-¿Dibujando a esa chica misteriosa?- alzó una ceja.
-perdona, no entiendo-
-tu dibujo, es una chica sin rostro, no tienes un ejemplo y borraste pocas veces, sabías que querías dibujar-
-Oh, sí, buena observación- sonreí -Disculpa, tengo un poco de prisa-
-Ah, no hay problema- sonrió ampliamente -Nos vemos en el próximo taller-
-Sí, adiós- salí rápidamente y tomé rumbo al apartamento, tenía aproximadamente media hora para hacer la comida y salir al trabajo.
Llegué rápidamente, arrojé las llaves a la mesita de centro y dejé la mochila en el suelo, caminé a la cocina y abrí la pequeña hielera para sacar algo de comer.
-¡Otra vez!- la voz de Jennifer inundó el apartamento. Solté un silbido y continué con mi trabajo -¡Hay una cosa pegada a la pared para colgar las llaves!- llegó al lugar con mis llaves en la mano.-No, ahora tengo prisa, ¿Vale?- dije sin levantar la vista de mi trabajo.
-¿Entonces cuándo?- guardó mis llaves en el bolsillo delantero de sus pantalones.
-Cuando tenga un día libre-
-No, tenemos que poner reglas-
-¿Reglas?- dejé el cuchillo encima de la tabla de madera.
-Sí, reglas de orden por ejemplo- se cruzó de brazos.
-Yo no veo desorden- miré alrededor.
-Porque ya lo limpié, limpié el desorden- se acercó a mí -Tu desorden-
-¡Por favor!- levanté los brazos a los costados -No tengo tiempo para asear, estudio y tengo un empleo-
-Eso no es mi problema- notaba la molestia en su voz.
-¿Cuál es tu problema?- dije mientras caminaba hacia ella.
-¡Tu jodido desorden!- me empujó fuertemente -¡Estoy harta de limpiar lo que dejas por todos lados!-
-¿Qué dejo?- volví a acercarme
-¿Las llaves en la mesa?, ¿La mochila en el suelo?, ¿Los libros y cuadernos en la mesa?- cada vez estábamos más cerca -Te molesta que deje las cosas fuera de lugar- la arrinconé contra la pared -Pero ni siquiera sabes cual es el lugar indicado para cada cosa-Noté confusión en su rostro
-Aléjate- me empujó nuevamente.-No, hasta que me digas porqué te molesta tanto que las cosas no estén como quieres-
-No pienso responder esa pregunta- me empujó.
-No fue una pregunta, te lo exigí- me acerqué nuevamente.
-¡Aléjate!- me empujó con tal fuerza que me tambalee un poco.
-¡una mierda!- grité y caminé hacia la puerta, dando un portazo al salir.********************
Llegué al trabajo con más de quince minutos de anticipo, me senté en la barda de la ventana y saqué un cigarrillo, no suelo fumar mucho, pero estaba tan cabreada que que lo sentía necesario. "¿Cómo podía ser tan jodidamente ordenada?".
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Entre mis letras
RandomElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?