Capítulo. Ciento siete. Camino a la sorpresa.

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Teníamos al parecer, todo listo, entre Joshua y Alfredo, habían mantenido a las chicas lo suficientemente ocupadas para que no hicieran preguntas sobre nuestra constante falta y tiempo extra en el "estudio", con la única condición de incluirlos en el plan.

-A si que, ¿Todo listo?- Antonio preguntó mientras cerraba la puerta con seguro.

-Sí, ya solo falta hacer el pago y listo-

-Estoy nervioso-

-Ey, tranquilo, les gustará-

-Vale, si tú lo dices-

-Créeme- sonreí levemente
-Ahora ve y termina de preparar las cosas-

-¿Sigue todo de acuerdo al plan?-

-Sí, pero si algo cambia, te llamaré de inmediato-

-Vale- salió de la habitación.

Me levanté de la cama y saqué las valijas que estaban debajo de la misma, saqué la lista que me había dado Joshua y comencé a meterle ropa.
Una vez estaban ambas valijas llenas, las volví a dejar en su lugar original y salí de la habitación topando con Jennifer.

-Con cuidado- dijo mientras se agachaba a levantar sus cosas.

-Lo lamento- me puse rápidamente a su lado y le ayudé -Aquí tienes- dije mientras le daba algunas de sus cosas.

-¿Qué hacías en mi habitación?-

Sentí como comenzaba a ponerme nerviosa -Yo... Yo...-

-¿Estás intentando mentirme?- levantó levemente las cejas.

-No... Lo que pasa es que... es que... no puedo... no puedo decirte- dije sin levantar la vista del suelo.

-¿Algo así como un secreto o una sorpresa?-

-Una sorpresa secreta- sonreí.

Soltó una leve carcajada
-Entonces, ya no pregunto- dejó un pequeño beso en mi mejilla.

-Oaah, que sencillo- solté una leve risa.

-¿Por qué?- preguntó confusa.

-Porque no indagaste como de costumbre-

-Es una sorpresa, Mariel- pasó sus manos por detrás de mi cuello -Me gustan las sorpresas y quiero que así lo sea- dejó un pequeño beso en mis labios -Y si te pregunto e intentas mentirme, me daré cuenta y adiós sorpresa- dio un paso hacia atrás.

-Tiene sentido- comencé a reír.

-Lo sé, así que, continúa con lo que sea que estés haciendo- comenzó a caminar lejos de mí.

Una vez tuve todo listo, llamé a Antonio y le di la señal, minutos después repetí la acción con Joshua y en menos de una hora, estaban los dos fuera del apartamento, terminamos de ajustar los últimos detalles y acordamos vernos en la terminal de autobuses antes de las seis de la mañana, cada quién usaría su propio método para lograr que nuestras chicas y chico, estuviera en la terminal a esa hora, parecía una misión imposible, pero, debíamos intentar.
Me metí en la habitación de Jennifer y me tumbé a su lado, mordí suavemente su hombro y esperé a que se moviera.

-¿Qué sucede?-

-Necesito que me acompañes a un lado- susurré mientras la abrazaba por la espalda.

-¿A esta hora?-

-No, en unas horas más-

-Entonces, déjame dormir- volvió a adoptar su posición original.

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora