Al día siguiente, tenía que ir a la preparatoria para recoger mis cosas y vaciar el casillero, puse la caja en el suelo y vacíe ordenadamente cada cosa. Una vez terminé, vi la nota pegada en la puerta, la cogí y leí.
*no soy él, soy ella, puedo decirte que soy "la Mar", que fue todo un honor admirarte en silencio y que detesto mi cobardía al jamás dirigirte la palabra, espero tengas éxito en tu nuevo proyecto*
Sonreí, fue una sonrisa genuina, de esas que tienes cuando recuerdas algún momento feliz de tu vida, una completa extraña para mí me deseaba éxito, y ha decir verdad, me alegró demasiado; guardé la nota entre un libro, levanté la caja del suelo y comencé a caminar, viendo a lo lejos a una chica que igual vaciaba su casillero, con la diferencia que arrojaba todo de una forma completamente desordenada a una caja, arrojaba los libros, las plumas, los cuadernos, todo, sin ningún orden, hice un gesto desagradable por su forma de acomodar y continúe con mi camino.
POV. Mariel
Una vez vacíe rápidamente mi casillero, corrí al internado y cogí mis maletas, me despedí de todos mis hermanos y hermanas, fui hasta donde estaba Marta y golpeé la puerta.-Adelante- sonó la voz detrás de la puerta.
Abrí la puerta lentamente -Hola- sonreí tímidamente.
-¿Qué necesitas, Mariel?- preguntó sin despegar la vista del ordenador.
-Mis documentos legales- me senté en la silla frente a su escritorio.
Desvió la vista para dedicarme una mirada cansada -lamento tanto que nadie te haya adoptado- se levantó de la silla
-duraste aquí más de quince años, eres de las más importantes- caminó hacia un pequeño librero lleno de carpetas -te echaremos mucho de menos por aquí- comenzó a entre buscar entre las mismas -las noche de cuentos no serán lo mismo sin ti- sacó una carpeta color amarillo paja.-Lupita va a suplirme- suspiré
-no quiero irme, pero, debo seguir mis pasiones, a fin de cuentas, yo soy dueña de mi vida- sonreí pesadamente.-Lupita se quedará con el corazón roto si te vas- dejó la carpeta en el escritorio -lo lamento, no debes deprimirte por ser huérfana, yo lo soy- se sentó en su silla con ruedas -haz grandes cosas de tu vida, Mar- sonrió -sé que puedes lograrlo-
-Lo intentaré, dejaré la piel en cada intento si es necesario- sonreí.
-Esas palabras quiero que las tengas siempre presentes- abrió la carpeta y la leyó por unos minutos -Muy bien, Mar, aquí tienes tus documentos- me entregó la carpeta.
-Gracias- cogí la carpeta.
-Te tengo una sorpresa, un regalo de graduación- abrió el cajón de su escritorio -Sé que sacaste el mejor promedio, así que, quiero premiarte por eso- me entregó una pequeña caja de cartón.
-Yo, no sé que decir- dije atónita mientras recibía la pequeña caja.
-Puedes comenzar por gracias- soltó una leve risa.Abrí la pequeña caja y vi el contenido -Gracias, pero, ¿Por qué una llave?-
-Es la llave de tu apartamento, está cerca de tu universidad-
-¿Cómo... Cómo lo conseguiste?- pregunté sorprendida.
-Un viejo amigo me dijo- hizo una pausa -compartirás habitación, ¿No importa?-
-No, al contrario, no quisiera vivir sola- sonreí.
-Después de tanto vivir rodeada de gente, te será extraño vivir sola- sonrió -Y además, podrán dividirse en gastos-
-Gracias, Marta- me levanté de la silla -¿Puedo abrazarte?-
-Claro- imitó mi movimiento y caminó hacia mí -Ven acá- nos abrazamos por varios segundos.
-Debo irme- corté el abrazo
-Tengo que conseguir un empleo allá--Suerte con eso- regresó a su silla
-Espero escuchar grandes cosas de ti--Lo harás- sonreí y salí del lugar.
Regresé a la preparatoria y fui hacia la cafetería, topando con mamá Rosa casi entrando.
-Oh, mi niña- dejó la escoba a un lado -Enhorabuena por tu calificación- me abrazó -Te tengo una sorpresa- sonrió ampliamente.
-No, mamá Rosa, no era necesario-
-Lo es- comenzó a caminar -Ven-
Caminé detrás de ella y llegamos al lugar donde guardaba sus cosas -Espero que te guste- me entregó una caja mediana.-Mama Rosa, no era necesario que gastará en mí- abrí la caja y mis ojos se pusieron vidriosos
-Gracias- dejé la caja a un lado y la abracé -En verdad, muchas gracias por todo- corté el abrazo.
-Tú fuiste como una hija para mí, aunque solo fueron tres años, pero con eso me bastó--La voy a echar bastante de menos- dije en tono triste.
-Yo igual, pero, anda, ya ve- sonrió -Ve a perseguir tus sueños- me entregó nuevamente la caja
-Y recuérdame--Jamás la olvidaría-
-Ni yo a ti, ya vete, tienes un autobús que tomar- me empujó levemente.
-La quiero- besé su mejilla, cogí mis cosas y me fui.
*************************
Una vez en el apartamento, arrojé las cosas al suelo e inspeccioné el lugar detenidamente, estaba completamente vacío, a excepción de una pequeña mesa cuadrada de madera al centro de lo que sería la sala de estar, las paredes eran de un color blanco sucio, tal vez por el polvo o el tiempo, había una pequeña ventana casi frente de la mesita de madera, tenía una cortina color gris claro, caminé hacia la cocina y también estaba vacía, lo único que había, era un fregadero y algunos cajones pegados a la pared, "Vale, no hay frigorífico ni estufa, pasaré hambre los primeros días". Caminé hacia el baño que estaba cerca de la sala, entré y me llevé con la sorpresa que estaba incompleto, faltaban los grifos del lavamanos y parte del depósito, cerré la puerta y busqué las habitaciones, por suerte eran dos, abrí el primero era un poco amplío, había una pequeña ventana que daba a la calle y por suerte tenía una cama, entré y admiré el lugar, un armario enfrente de la cama, un pequeño mueble con cajones en una esquina y una pequeña lámpara encima de este. Cerré la puerta y caminé hasta la otra habitación, abrí la puerta y me di cuenta que era similares, a diferencia que este no tenía lámpara, "Bueno, al menos no pelearemos por la mejor habitación". Pensé. Cerré la puerta y giré hacia la puerta detrás de mí, era un baño, a diferencia del anterior, este estaba completo, incluyendo un toldo de cristal que dividía la ducha con el váter, cerré la puerta y caminé hacia lo que sería una habitación de lavado, con la sorpresa que no había lavadora, solo una repisa con algunos productos de limpieza, "Perfecto, tendré que gastar en lavandería". Regresé al recibidor y levanté mis cosas del suelo, caminé a mi habitación y las arrojé en la cama, sujeté mi cabello en una coleta y me quité el suéter, había mucho trabajo por hacer.**********************
Al finalizar el día, había aseado mi habitación, está bien que sea un desastre, pero tampoco quiero vivir entre el polvo, después de tender la cama y poner sábanas limpias, había limpiado el armario, encontrandome con varios insectos, telarañas y uno que otro ratón muerto, y por último, limpié el mueble de cajones, cuando terminé, me metí a la ducha, llevándome otra sorpresa, no había agua caliente. Necesitaba un trabajo urgente si quería reparar todo.
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Entre mis letras
De TodoElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?