Entre mis letras

Capítulo. Ciento once. Planes a futuro.

Cobijé su cuerpo desnudo con la sábana que se encontraba revuelta en nuestros pies mientras pegaba su espalda a mi pecho y mis manos descansaban en su vientre.
Me gustaba abrazarla después de hacer el amor, sentía que era el mejor momento para hacerla sentir protegida, en su hogar, que no solo era por el placer, si no por el sentimiento de unión que se creaba entre cada beso y caricia.

-Es como si, faltara el aire lejos de ti y el silencio fuera una agonía, ¿Quién dijo qué amar sería un mundo de alegría?- comencé a cantar en un suave susurro
-Ahora que yo te acaricio respiro al fin, y puedo oír las olas del mar, contigo amor, yo estaré por una eternidad- acaricié lentamente su mejilla -Tan espléndida, mi luz mi cómplice, tu sombra seguiré, cuando me llames junto a ti estaré, tan espléndida, amor sin límites, dueña del sueño mío, te amo tanto, y no quiero vivir, sin ti-

Jennifer se movió lentamente y giró para verme con una enorme sonrisa en su rostro -Es imposible no amarte- dejó un pequeño beso en mis labios.

-Lo mismo me pasa contigo- sonreí levemente -¿Has pensando alguna vez en tu futuro?- pregunté mientras dejaba pequeña figuras en su cintura.

-Algunas veces, ¿y tú?-

-A veces lo pienso demasiado- detuve la mano -Pero hay algo que no cambia-

-¿El qué?-

-Estar contigo- Jennifer quitó con cuidado mi mano de su cintura y se sentó dándome la espalda
-¿Dije algo malo?-

-No, solo que...- hizo una pausa
-Yo, tengo mis proyectos y entre ellos están demasiadas cosas y sacrificios que debo hacer y...-

-Y en esos proyectos no estoy yo- la interrumpí.

-No quiero que malinterpretes- se giro para verme -Solo que, yo no te consideraba en mis planes porque no tenía ni idea de que nuestras vidas se cruzarían...-

-Tenemos casi tres años viviendo juntas, dos o más en aceptarnos como eramos, y... no pensaste ni un momento en incluirme en tus planes- la interrumpí -Soy solo una etapa para ti-

-Mariel, no sabría cómo explicarte- hizo una pausa -Por favor, no te molestes-

-No estoy molesta, solo un poco decepcionada- susurré -No, descuida, no necesito una explicación- sonreí débilmente
-Siempre has sido una mujer que aspira demasiado, y sé que aquí tal vez no puedas tener todo-

-Mariel no...-

-Jennifer, déjame terminar- besé su hombro, dejando mis labios ahí unos segundos -No quiero que lo que tenemos ahora sea un impedimento para algún plan en tu futuro, yo no quiero limitarte, al contrario, te amo tanto que haría lo que fuera para que tú llegaras a tus metas, úsame como un impulso, quiero ser eso que te ayude a crecer, no algo que te limite- sonreí sin mostrar los dientes -Y lo digo en serio-

Jennifer se tumbó a mi lado y me envolvió en un fuerte abrazo -No sé qué decir-

-Entonces no digas nada- besé su frente mientras luchaba por controlar las ganas de llorar.

-Quiero que sepas, que eres y serás a la única mujer que amo y amaré-

-Lo sé- llevé una mano a mi cara y limpié las lágrimas que amenazaban con salir -Sabes también que eres a la única mujer que amo y amaré- hice una pausa -Aunque solo sean palabras, debes saber que son una realidad-

-Lo sé, Mariel- besó mi cuello -No quiero dejarte, pero, tampoco sé como incluirte en mis planes-

-Entonces no lo hagas, solo no me olvides-

-No digas eso- se subió a horcajadas sobre mi cuerpo -No podría olvidarte, ni con amnesia-

-Ni yo- sonreí levemente -Te llevo en la piel- señalé con la cabeza el tatuaje.