Capítulo Veintinueve. Estuvo cerca.

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Llegué al apartamento después de las tres de la madrugada, me sentía agotada y realmente necesitaba mi cama.
Entre con lentitud, cuidando cada movimiento, tratando de no generar algún ruido; según mis cálculos la familia de Jennifer estaría aquí, así que no habría que dar una primera mala impresión.
Llegué a mi habitación y cerré con cuidado, dejé la valija a un lado de la puerta y comencé a quitarme la ropa hasta quedar en ropa interior, me metí en la cama, pero al sentir un cuerpo salí de un salto.

-¿Qué cojones?- susurré mientras me acercaba a la cama -Jennifer- dije levemente.

Se veía tan hermosa que pude detallar sus rasgos perfectamente, la luz de la luna la hacía ver tan perfecta que lo único que pasaba por mi mente era besarla. Retrocedí un poco y después me acerqué lentamente, quité un mechón rebelde que tapaba su rostro y besé su frente, dejando mis labios ahí unos segundos, me aparté con cuidado y abrió sus ojos.

Me quedé echa piedra cuando sus ojos conectaron con los míos
-Yo... yo...-

-Duerme conmigo- susurró.

-¿Estás... estás segura?-

-Sí- sonrió sin mostrar los dientes -Ven- se recorrió un poco para dejarme espacio.

-Va... vale- me metí a la cama.

Rápidamente Jennifer se aferró a mi cuerpo -¿Puedes abrazarme?- Pasé mi brazo por detrás de su espalda rodeando su cintura y la otra la dejé sobre sus caderas
-Duerme- besó mi cuello y una corriente atravesó todo mi cuerpo.

-Descansa- besé su sien y sentí como se aferró más a mí.

Pasé la mayor parte de la noche admirando como dormía, era sumamente hermoso, se veía tan tranquila y al oírla suspirar entre sueños sabía que no podía encontrar algo mejor que ella.
Desperté por unos golpes en la puerta, abrí los ojos a regañadientes y me incorporé un poco en la cama, vi el reloj de pared y chequé la hora "10:48", todo el sueño que había en mi cuerpo desvaneció al escuchar la voz de los padres de Jennifer. Salí de un salto de la cama y me metí en el armario a esperar a que se fueran o Jennifer saliera de la habitación, lo que pasará primero, lo único que pedía, era que fuera rápido.

POV. Jennifer
Abrí los ojos después de un insoportable sonido contra la puerta, giré mi cuerpo un poco y una decepción me inundó por completo al darme cuenta que estaba sola "había sido un sueño", me levanté de la cama y caminé a la puerta, casi caigo al tropezar con una valija, la misma que llevó Mariel al irse, miré por toda la habitación en busca de su escondite, pero al oír nuevamente la puerta decidí abrir.

-Buen día, cariño- mi madre besó mi mejilla -Ya está el desayuno- sonrió y se fue.

Cerré la puerta rápidamente y caminé hacia el armario, si Mariel se había escondido, ese era el único lugar, abrí la puerta del armario y toqué el brazo de Mariel -Hola-

-Hola- sonrió ampliamente.

-Cuando era niña, me asustaban los monstruos del armario- me acerqué más -Ahora me gustan- besé su mejilla.

-¿Todos o solo yo?- salió del armario.

-Dejaré que encuentres esa respuesta por ti sola- caminé a la cama.

-Veo que te gusta mi ropa- sentí como se acercaba.

-No podía ir a mi habitación por ropa, mis padres cerraron con seguro- levanté los hombros.

-Anda bueno, una cosa- hizo una pausa -¿Qué pensarán si se dan cuenta que llegué anoche y dormí contigo?-

-¡Maldición!- di un golpe al suelo con el pie -No pensé en eso-

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora