Los días iban pasando, Marcos no regresaba mi llamada, y a mí se me acababan las ideas para que Mariel no dejara todo y fuera corriendo a buscar a sus "Padres". Según ella, Lupita sabía donde vivían y que ella podría llevarla para que yo no me molestara, pero lo que me molestaba, es que ella quisiera llevarla.
-Jennifer, por favor, mi mano está bien, puedo ir sola si tú no puedes-
-Quiero ir contigo para acompañarte en tus momentos importantes- sonreí -Espera unos días a que tengas menos dolor-
-Ya pasó una semana- hizo un puchero.
-Lo sé- dejé un pequeño beso en sus labios -Se paciente, por favor-
-Vale, pero solo porque quiero que conozcas a tus suegros- soltó una leve risa.
-Eso me gusta- la abracé.
-Se siente raro- dijo después de unos minutos.
-¿El qué?-
-Saber que tengo familia-
-Mariel...-
-Sí lo sé- interrumpió -No debo hacerme tantas ilusiones, pero la sola idea de pensar que tengo unos padres y un hermano, me provoca una emoción enorme, gigante, te lo juro- se sentó en la cama - Me alegra saber que no estoy sola-
-Y no lo estás, yo estoy contigo-
-Lo sé, pero ahora también tengo una familia y tal vez hasta abuelos, tíos, primos, no lo sé- dijo con una enorme sonrisa.
-Es una posibilidad--¿Creés qué se emocionen al verme?-
-Puede ser- sonreí.
-¿Podrías aunque sea fingir que te importa?-
-Mariel, me importa más de lo que te imaginas-
-No lo parece- dijo un poco molesta.
-El que no me emocioné no quiere decir que no me importa, Mariel, es solo que no quiero que te hagas ilusio...-
-Que no me haga ilusiones- Interrumpió -Es tonto que lo digas, yo viví con la ilusión de que estaríamos juntas algún día, y mira, ahora lo estamos-
-Mariel, yo...-
Se levantó de la cama -Solo quiero decir que básicamente mi vida se construye a base de ilusiones- volvió a interrumpirme -Si al final ellos son mis padres, sería la mujer más feliz del mundo, pero si no lo son...- hizo una pausa -No lo sé- su voz comenzaba a quebrarse -Solo... solo quiero estar sola- giró sobre sus talones y salió de la habitación.
-Diablos- susurré cuando la vi alejarse.
Pensé en levantarme, correr hasta ella y no dejarla sola ni un minuto, pero a veces la soledad es la mejor compañía que podemos tener, te hace pensar con más claridad y tranquilidad.
Después de varias horas, creí que era necesario hablar nuevamente y sinceramente, ofrecer disculpas de mi parte. Busqué a Mariel en todo el apartamento pero no había rastro de ella, entonces pensé en el lugar donde más prefiere estar, la terraza. Subí rápidamente las escaleras y la encontré fumando, recargada en el borde superior del muro.
-Si le tienes miedo a las alturas, ¿Qué haces aquí?-
-A veces, cuando uno tiene miedos, es bueno entrar en contacto con ellos de vez en cuando- dijo sin mirarme.
-¿Por qué?-
-Porque...- le dio una calada y soltó el humo segundos después
-Entre los miedos, si sabes admirarlos, puedes encontrar belleza-
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Entre mis letras
SonstigesElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?