Llegamos hasta donde estaba ella, él primero en hablar fue Antonio.
-Hola, ¿Esperas a alguien?-
-¡Hola!- dijo animadamente -No, o bueno, sí pero, llego a pensar que no vendrá- miró atrás de Antonio -Hola, Mariel-
-Hola, ¿a quién esperabas?-
-A Jennifer, quedamos para terminar un trabajo, pero no creo que venga-
-A ella no se le da la puntualidad- sonreí.
-La conoces bien- imitó mi gesto.
-Eso creo--Vale, yo iré al sanitario- Antonio me guiñó un ojo y se fue.
-¿Quieres ir a tomar un café?-
-Claro, sería excelente-
-Bien, vamos- sonreí y comenzamos a caminar. Podía sentir como se acercaba a mí mientras caminaba, o "accidentalmente", su mano chocaba con la mía.
Yo me sentía incómoda, me sentía demasiada extraña por salir con una amiga de Jennifer, aunque ella no sea mala persona, aunque me hubiera apoyado desde el principio, aunque me haya defendido, no podía salir con ella, era hermosa, sí, pero sentía que jugaba con ella y traicionaba a Jennifer.
Estando en el café, yo pedí un capuchino y ella un late moka, mientras esperábamos, hablamos sobre temas de relevancia, escuela, música, clima, todo, cualquier tema de conversación era interesante cuando lo debatías con una persona que entiende a la perfección tu punto de vista y lo respeta.-Aquí están sus pedidos- una nueva camarera nos atendió.
-Gracias- hice una pausa -¿Y Paula?-
-Ah, hoy es su día libre- sonrió y se fue.
-¿Quién es Paula?- preguntó mientras jugaba con su café.
-Mi mejor amiga- sonreí -Fue de las primeras personas que conocí aquí- pensé -Y después a Antonio-
-Eso explica porqué son tus mejores amigos-
-Sí- sonreí.
-Yo conocí a Jennifer el segundo día, me senté a su lado y comenzamos a hablar, hasta la fecha-
-Eso es bueno, se nota que son buenas amigas-
-Sí, tenemos nuestras diferencias como cualquier persona, pero creo vamos bien- jugó unos segundos con la pajilla -Pero no me considero su mejor amiga-
-¿Por qué?-
-No puedo decirte- agachó la cabeza.
-Está bien, no te voy a obligar-
-Gracias, Mar, eres un amor-
Solté una leve risa -Ya lo creo-
Terminamos el café y nos quedamos varios minutos hablando, hasta que sonó su móvil, se levantó a contestar, una vez regresó, pedimos la cuenta pero no llegó la camarera.
-La casa invita- la voz de la tía de Violeta llegó a mis oídos.
-¿Por qué?-
Puso una mano en mi hombro y apretó levemente -Quiero ser amable- me dio un papel doblado -Además, siempre quise invitarte un café- me guiñó un ojo y se fue meneando sus caderas de una forma provocativa.
-Gracias- salí del lugar con la nota aún en mi mano. Me detuve unos segundos mientras ella contestaba una llamada y lo leí: "Espero volver a tener una sesión contigo, me encantó tu trabajo". Arrugué el papel y lo metí en la bolsillo de mi suéter.
-¿Es malo?-
-No, solo que...- hice una pausa
-¿Ya te llevo a tu casa?--No, era Jennifer-
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Entre mis letras
De TodoElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?