A los pocos minutos mi padre golpeó la puerta de la habitación de Mariel que era donde me quedaba yo, puesto que mis padres dormían en la mía.
Me encontraba revisando su estante de libros, así que tarde unos minutos más en abrirle.
-¿Si?- dije mientras abría la puerta.-¿Podemos hablar?- dio un paso hacia delante -La comida aún no está lista-
-Claro, pasa- me hice a un lado.
Entró y observó la habitación con detenimiento -Es... asombrosa, me gusta la decoración en las paredes- caminó hacia los libreros -Y mira- los señaló -Pueden ser más de cien libros aquí- cogió uno y lo ojeo- continuó caminando y topó con el estuche -Una guitarra y un caballete cerca del mueble- se sentó en la cama -Esta chica es toda una artista, ¿Qué estudia?--Fotografía- me senté a su lado
-¿De qué querías hablar?--¿Tú y tu compañera son pareja?-
-Oh por Dios- me levanté rápidamente -¿De dónde sacas eso?-
-Solo pregunto, es que vi en una serie que...-
Interrumpí -Una serie, papá, esto es la vida real- señalé alrededor.
-Vale, ¿Cómo es tu relación de compañeras con ella?-
-Ahora ya es buena, al principio era un total caos, como llegó antes, se dio a la tarea de arreglar los desperfectos del lugar y dejaba herramientas por todos lados mientras trabajaba- hice una pausa -Discutíamos a diario por su desorden-
-Eso es normal, princesa, ¿Recuerdas cuándo yo intenté arreglar el hueco de la pared?- yo asentí -Dejaba herramientas por todos lados y es que o me preocupaba en dejar las cosas en su lugar o por dejar las cosas bien hechas-
-Papá, igual quedaban mal- comencé a reír.
-Ya pero, ella sí las hizo bien- sonrió -El punto es que, el desorden no es malo-
-Es molesto y estorboso- me crucé de brazos.
-A ti te gusta que todo este limpio y en su lugar, ¿no?-
-Sí, efectivamente-
-Pues para que haya orden, debe haber un desorden primero, se complementan, si no hay uno, no existe el otro- se levantó de la cama -Piensa eso- besó mi frente y caminó hacia la puerta.
-Espera- caminé hacia él -¿Por qué me dices eso?-
-Porque sé que la chica te gusta, pero no lo aceptas porque detestas su desorden-
-No me gusta, ni siquiera sabes quién es- me senté en la cama.
-No necesito saberlo, te conozco, sé cuando te gusta alguien con solo verte-
-¿Cómo?-
-Tus ojos son más alegres y tienes un ligero rubor en las mejillas- sonrió -Además de que sonríes de la nada y te la pasas en este cuarto oliendo y abrazando su almohada-
Abrí los ojos como platos al oír lo último -¿Cómo sabés eso?-
-Te vi la otra noche, estabas dormida con una camisa negra con estampado de una banda, bastante ancha para ti, por cierto; abrazabas esa almohada y hundías tu nariz en ella- sonrió ampliamente -Y puedo apostar que esa camisa, era de ella-
Sentí como mi cara ardía -Yo... puedo... no es lo que piensas-
-No pienso nada- sonrió -¿Ha habido, ya sabes, entre ustedes?-
-¡Papá!- me tapé la cara con las manos.
-Solo quiero saber si te estás cuidando-
-Descuida, papá, no saldré embarazada- sonreí ampliamente y besé su mejilla
-Qué bueno que te preocupes por mí-
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Entre mis letras
RandomElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?