Capítulo. Ciento tres. Tiempo al tiempo.

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Pasaron varias semanas, en las cuales yo me había instalado con Alfredo, y con ayuda de los demás, arreglamos el apartamento de Mariel, restauramos los daños, arreglamos las cosas destruidas, mientras yo me dedicaba a asear, y Mariel, ella había sido internada por su propia voluntad.

-¿Creés qué ya esté lista?- Antonio preguntó mientras pintaba la pared.

-No lo sé, lleva casi un mes- me senté en el sofá -No estoy segura de volver aquí-

-¿Por qué?- Salma se sentó a mi lado.

-Ella me dejó-

-Yo sé que no es por eso-

-Déjame creer que sí es por eso- bufé molesta y me levanté -Esto debe estar terminando cuando ella llegue-

-¿Segura qué será buena idea que llegue y este solo?-

-Pues, la verdad no, pero según la psicóloga, debe estar sola unos días para adaptarse nuevamente-

-Si tú lo dices- Antonio continuó con su trabajo -Pero por si las dudas, estaré esperando a que llegue, si ella me pide que me vaya, lo haré-

-Como gustes- le dediqué una sonrisa y me alejé.

Al terminar el apartamento, decidimos retirarnos, pero Antonio se quedó a acomodar los alimentos en la alacena.

-¿No te vas?-

-No, yo me quedo a esperarla- dijo mientras guardaba el cereal.

-Cierras al salir-

-¿Es lo qué te dijo ella?- comenzó a caminar hacia mí -¿Por eso tienes ese coraje?-

-No- me crucé de brazos.

-Estaba pasando por un mal momento, Jennifer, un momento de mierda en mi opinión- hizo una pausa -No la defiendo ni nada, pero, solo digo que es una putada ver morir a alguien, y más si ese alguien era un amigo- giró sobre sus talones y regresó a la cocina -Descuida, yo cierro al salir-

Salí del apartamento totalmente desconcertada, no sabía que pensar, y creía que ni siquiera estaba pensando.

POV. Mariel.
Llegué al apartamento pasada de la media noche, me sentía agotada físicamente, pero emocionalmente me sentía como nueva, abrí la puerta con cuidado y entré mientras arrojaba la valija al suelo.

-¿Mariel?- la voz de Antonio salió de las sombras.

-Antonio- comencé a caminar hacia él -¿Qué haces aquí?- lo abracé fuertemente.

-Te esperaba- dijo mientras cortaba el abrazo -¿Qué tal es allá? Cuéntame-

-Gracias, no sabes lo que significa para mí- caminé hacia el interruptor y encendí la luz
-Oaah, arreglaron este lugar- dije mientras recorría el lugar con la vista.

-Queríamos darte una sorpresa-

-Gracias- miré en dirección hacia la habitación de Jennifer.

-Ella no está-

-Oh- miré hacia la cocina
-¿Quieres café?-

-Claro- sonrió.

-Será una noche larga- comencé a caminar hacia la cocina.

Me encontraba en la universidad, esperaba mi turno para hablar con el director y rogar para que me aceptara de nuevo.
Tenía planeado lo que le diría, cada palabra estaba escrita en un papel dentro de el folder, además de todos los documentos que avalaban mi dada de baja en la escuela.

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora