Después de varios minutos en los cuales yo lloraba de frustración y Jennifer trataba de calmarme, la voz de Jacobo se hizo presente.
-No sé de donde sacaste esa información, pero quiero escucharte- se sentó en el sofá que estaba frente a nosotras.
-Esa información me la dio una conocida- comencé a hablar cuando me sentí más calmada
-Yo, debo admitir que me dejé llevar por lo que decía, hasta que Jennifer me hizo entrar un poco en razón y decidimos esperar a tener más información y ella increíblemente la consiguió y nos dimos cuenta que la primera información era falsa, pero, algo no tenía respuesta, y era lo de el informe hospitalario, por eso vivimos- hice una pausa -Porque creí que yo podría ser ella, pero, yo... yo... lo si... lo siento- rompí en llanto.-Hey, Mar, tranquila- Jennifer sobó mi espalda -Trata de calmarte-
-No quería abrir una herida- dije entre sollozos -No quería volver a hacerlos pasar por lo mismo- cubrí mi cara con ambas manos. Podía sentir como mi cuerpo temblaba y me costaba bastante trabajo respirar.
-Mariel, respira- Jennifer quitó las manos de mi cara -Mar, necesito que te tranquilices, estás a punto de sufrir un ataque de pánico-
-Lo lamento... tanto- hice un esfuerzo sobrehumano para decir esas palabras.
-Mar, por favor- Jennifer suplicó
-Amor, trata de calmarte, estoy contigo-Respiré profundo varias veces
-Diga algo, por favor--Yo, no sé que decir, sinceramente no sé- admitió
-Debo decir que fue un golpe muy duro volver a recordar eso, pero, no imagino el dolor emocional que sientes tú al fracasar en esto, no tengo idea de cuanto sufres al saber que nos lastimaste y te dañaste tú al aferrarte a esa posibilidad- hizo una pausa -Lamento mucho que no seamos eso que esperabas--No tiene porqué disculparse por eso- Respiré varias veces -Todo esto fue mi culpa-
-No- negó con la cabeza -Tú querías respuestas a lo que te habían dicho, pudiste quedarte solo con lo que tenías, pero tienes hambre de saber más y admiro eso- sonrió levemente -No puedes culparte por buscar respuestas, todos las hemos buscado y hemos fallado en el intento-
-No sé que decir-
-No digas nada, lo comprendo- se levantó y caminó hasta nosotras
-¿Podría abrazarte?- abrió levemente sus brazos a los costados.-Por supuesto- me levanté y nos abrazamos.
-Hubieras sido una excelente hija- susurró en mi oído y se apartó.
-Nosotras debemos irnos- di un paso atrás y Jennifer se levantó del sofá.
-Esta por oscurecer, quédense a pasar la noche y mañana temprano las dejo en la terminal-
-No, no queremos causar molestias-
-No lo son- sonrió calidamente
-No se preocupen por mi esposa, ella no despertará hasta mañana--En verdad, ¿No es molestia?- Jennifer preguntó.
-No, insisto, hay una habitación de huéspedes donde pueden dormir- comenzó a caminar -Por aquí- Lo seguimos a una distancia considerable y abrió una pequeña puerta de madera que quedaba al final del pasillo
-Solo hay una cama, espero no sea problema--No, para nada-
-En unos minutos mando a Derek a que las llame para merendar- salió de la habitación -Descansen mientras tanto- cerró la puerta.
-Esto es raro- susurré después de minutos de silencio.
-Es amable- Jennifer levantó los hombros -Recuestate un momento, necesitas descansar- me empujó con cuidado hasta que toda mi espalda se apoyó en el colchón.
-Ven aquí- extendí mis brazos y la abracé.
-¿Cómo lo llevas?- susurró.
-Sorprendente, tranquila- dejé salir todo el aire de mis pulmones -Debo admitir que siento una decepción enorme, y una culpa gigante, pero a pesar de todo, me siento tranquila; tal vez en el fondo sabía que no eran ellos-
-Si quieres hablar de ello, puedes decirme-
-Lo sé- acerqué sus labios a los míos y la besé con delicadeza
-Pero ahora no quiero hablar- giré un poco y la besé con mayor intensidad.-Hmm, Mariel- Jennifer sonrió en el beso -Aparta- me empujó suavemente.
-¿Por qué?-
-No me siento cómoda, además, hay que tener un poco de respeto- se sentó en la cama.
-Igual no podemos hacer nada- dije frustrada -Pero en unos días...- me acerqué a ella y rocé mis labios justo debajo de su oreja
-No tendré esto, y tendré que hacerte el amor por todas las veces que no pudimos--¿Estás tratando de seducirme?- se apartó lentamente.
-No, o bueno tal vez sí- sonreí.
-¿El sexo es un nuevo mecanismo de defensa?- preguntó arqueando una ceja.
-¿Qué?- pregunté confundida.
-Mariel, estás tomando todo esto de una forma tranquila, pero sé que después vas a explotar o peor aún, lo vas a acumular-
-No entiendo-
-Mira, también me muero por hacer el amor contigo, pero si lo hacemos contigo cargando toda ese torbellino de emociones...- hizo una pausa -Me da miedo que puedas descargar esa frustración en mí-
-Yo... yo, no sé que decir- admití.
-Cuando estés lista para hablar, hablaremos- me cogió de las mejillas y besó mi frente -Pero que estés realmente lista-
-Vale- recargué la coronilla de mi cabeza en su pecho.
-¿Puedo pasar?- una voz sonó detrás de la puerta.
-Sí, adelante- me separé de Jennifer.
-Papá dice que vayan a merendar- Derek entró en la habitación.
-Sí, ya vamos, gracias- Jennifer sonrió y él se fue -Deberíamos ir- se levantó de la cama.
-Te alcanzo en un momento- me senté en el borde de la cama.
-Mar, ¿Qué sucede?- caminó hacia mí.
-No tengo hambre-
-Solo un poco- Jennifer insistió.
-Solo por cortesía- sonreí levemente.
Después de merendar en silencio y en una incómoda compañía, regresamos a la habitación. Me tumbé en la cama, Jennifer se sentó a mi lado y puso su mano en mi pierna -¿En qué piensas?-
-Solo quiero abrazarte y que me abraces mientras duermo- giré en la cama para verla.
-No debes pedir eso- se acercó más a mí y recostó su cabeza en mi pecho.
-¿Podrías besarme?- susurré.
-Ven aquí- subió encima de mi cuerpo y me besó delicadamente.
Mis manos fueron automáticamente a su cintura y se mantuvieron ahí, Jennifer cogió mi cara entre sus manos y profundizó el beso, nuestras lenguas jugaron libremente, apreté más el agarre en su cintura y comencé a masajear suavemente su espalda, nuestra respiración se hacía más rápida y el calor crecía de manera considerable en la habitación, dejé el masaje en su espalda y pasé a su trasero y parte de las piernas, el calor en mi cuerpo se hacía sofocante. Pensé en cortar el beso, pero cuando un suave gemido salió de los labios de Jennifer sabía que ya no habría marcha atrás.
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Entre mis letras
De TodoElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?