Sus labios se posaron sobre mi mejilla, los dejó ahí unos segundos, como si disfrutara de la sensación y luego se apartó.
-La besé- dijo después de varios segundos -Ahora dejen de joder- sonrió ampliamente.
-Oh, Mariel- su jefe aplaudió -Te haz coronado- soltó una carcajada.
Los demás comenzaron a reír y en cuestión de segundos todos reían a carcajadas, excepto yo, yo estaba pensando, en realidad quería que me besara.
Después de varios tragos y sentirme completamente mareada y ebria, los efectos del alcohol hacían efecto en mi vejiga -Iré al sanitario- me levanté.
-¿Te acompaño?- Mariel se levantó conmigo un poco tambaleante.
-No, gracias- sonreí -Puedo ir sola- giré sobre mis talones y comencé a caminar.
POV. Mariel.
Me sentía un tanto ebria, habíamos bebido tres botellas de whisky y no pasaba de las once, miré a lo lejos y noté que el jefe hablaba por teléfono -¿Con quién habla?- le pregunté a Pitti.-No lo sé, pero encargo cinco pedidos- levantó los hombros.
Después de unos minutos, cinco hermosas chicas llegan a nuestra sala, una pelirroja, una morena, una castaña, una rubia y una afroamericana -Joder- Ramiro susurró.
-Chicas- el jefe sonrió -¿Eligen o elegimos?-
Todas las chicas sonrieron, pero la única en hablar fue la pelirroja -Escogemos-
La afroamericana se fue con el jefe, la morena con Ramiro, la rubia con Pitti y la pelirroja y castaña llegaron a mí -¿Y cómo te llamas?-
-¿Cómo quieres que me llame?- sonreí ampliamente.
Soltó una carcajada y echó su cabeza hacia atrás para sacudir su cabello -Esa es mi frase-
-Solo hay una palabra que quiero que digas-
Se sentó en una de mis piernas
-¿Cuál?-Me acerqué y mordí su cuello levemente -Más- susurré.
-Es mi palabra favorita- miró a la castaña y ella se sentó en mi otra pierna.
Sinceramente yo no tenía intensiones de hacer nada, no soy tan aficionada a estos pasatiempos, pero cuando Jennifer entró y jaló a la castaña para sentarla en sus piernas dejé caer la mandíbula al suelo, me miró unos segundos y se estiró para acercarse a mí.
-Lo que le haga a ella, imaginaré que es a ti- sonrió maliciosamente.
-Fingiré que ella eres tú- le di una leve palmada a la pelirroja.
-Que empiece el juego- se alejó y besó ferozmente a la castaña.
Me quedé unos segundos viendo como la besaba, hasta que la pelirroja me cogió de las mejillas y me besó, el beso comenzó lento, pero poco a poco tomó mucho más intensidad.
Las cosas estaban tomando un nivel más alto, entre mi nivel de ebriedad y escuchar los leves suspiros de Jennifer a lo lejos, dejé de pensar con claridad y comencé a creer que la pelirroja era Jennifer.
Nos habíamos quedado solas en esa pequeña sala, según mis teorías, los chicos se habían ido a las habitaciones privadas. De vez en cuando, volteaba a ver a Jennifer, la cual conectaba sus ojos con los míos para después volver a besar a la chica.
Tenía tantas ganas de alejar a las chicas y quedarme solo con Jennifer, pero cuando por fin reuní el valor suficiente, Jennifer se levanta y sale del lugar para tomar rumbo hacia los privados, me dedica una sonrisa y un guiño, para después empujar a la chica dentro de una habitación.-Al carajo- susurré antes de volver a besar a la pelirroja.
Desperté en mi habitación, suspiré de alivio cuando pensé que todo había sido un sueño, pero casi muero de un infarto al ver a la pelirroja tumbada boca abajo en mi cama, golpeé mi frente con la palma de mi mano y traté de recordar cómo es qué habíamos llegado ahí.
Para mi mala memoria y mi considerable resaca no podía recordar nada, la pelirroja giró en la cama y puso una mano encima de mi pecho, la retiré con cuidado y me levanté de la cama, me puse unos pantalones cortos y una polera y salí de la habitación, llegué a la cocina, encendí la cafetera y regresé al sofá para leer un poco, pero en el camino me topé con Jennifer entrando al apartamento, podía notar fácilmente su maquillaje corrido, sus ojeras levemente oscuras, su ropa mal acomodada y unas leves marcas en su cuello.
-¿Qué tal tu noche?- pregunté con una sonrisa burlona.-Espero que mejor que la tuya- dijo con una amplia sonrisa.
-Dudo mucho- me acerqué a ella
-Sabes tú lo divertida que puedo ser con una mujer- Jennifer daba pasos hacia atrás conforme yo me acercaba -¿O ya lo olvidaste?-Jennifer maldijo entre dientes cuando chocó con la pared -Lo olvidé-
Sonreí de medio lado -Que problema- recargué una mano en la pared, dejándola atrapada -Te ayudaré a recordar- me acerqué lentamente a su cuello, pegué mi nariz unos segundos y después pasé mis labios lentamente, apenas rozando su cuello. Las manos de Jennifer fueron automáticamente a mi nuca, jalando levemente para acercarme más a ella -Anoche dijiste que todo lo que le hicieras a ella, imaginarias que sería a mí- mordí suavemente su cuello
-Quiero saber que le hiciste--¿Todo?- susurró.
-Sí, quiero saber si te gustó más con ella que conmigo- al decir eso presioné nuestros cuerpos.
-¿Eso te molestaría?- noté como trataba de separarme.
-Demasiado- alejé mi cara de su cuello y la cogí de las manos para ponerlas encima de su cabeza.
-¿Por qué?- elevó una ceja.
-Me pondría celosa- dije mirándola a los ojos.
-No tienes porqué, no somos nada-
Le solté suavemente las manos y di un paso hacia atrás -Entonces, seamos algo-
-¿Ser qué?- preguntó confusa.
-No lo sé, nunca he sido de etiquetas- hice una pausa -Pero si quieres que tengamos una, lo haremos, tendremos una etiqueta-
Se quedó pensando unos minutos -No quiero ninguna etiqueta, Mariel- miró el piso -No puedo, no podemos estar juntas-
-¿Por qué?- pregunté confusa
-¿Qué lo impide?-Comenzó a golpear su pie rápidamente contra el suelo
-Estás con Tania- soltó de pronto.-¿Qué?- abrí los ojos como platos -¿De dónde sacas eso?-
-Ella me lo dijo, ademas el otro día las vi cogidas de la mano- agachó la cabeza.
-Jennifer, ella y yo no estamos juntas, yo no la quiero- hice una pausa -Te quiero a ti- me acerqué lentamente para poder besarla.
Levantó rápidamente su cabeza para verme -Mariel...- sus palabras se fueron cortando conforme me acercaba.
-¿Tú me quieres?- susurré cerca de sus labios.
-¡Opaa!, no quería interrumpir- la voz de la pelirroja hizo que me separara de un salto.
-Aún no lo hacías, pero ya lo hiciste- dije un poco molesta.
-Bien, lo siento, ya me iba- comenzó a caminar a la puerta.
-Hay café en la cafetera, puedes servirte una taza y comer unas galletas, si gustas- dije después de segundos.
Ella sonrió tímidamente -Gracias, en verdad tengo hambre- se quedó quieta unos segundos -¿La cocina queda para allá?- señaló con su pulgar.
-Sí- sonreí. Ella imitó mi gesto y caminó a la cocina.
Giré rápidamente para ver a Jennifer, pero me di la sorpresa de que se había ido a su habitación mientras yo hablaba con la pelirroja, solté un gran suspiro y caminé a la cocina.
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Entre mis letras
RandomElla era excesivamente ordenada, yo en cambio era el desastre mismo. Lo único que nos unía, era la pasión por la literatura, ¿Qué pasa cuando dos tipos de caos colisionan?, ¿Se mueren, o se unen para crear algo nuevo?