Capítulo Dieciséis. Una cena.

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Llegamos a casa de Salma después de media hora de camino, en el cual Mariel entablaba una conversación bastante amena con el señor. No conocía esa parte de ella, tan educada y adaptable a un entorno desconocido.

-Bien, llegamos- el señor apagó el coche.

-Gracias, señor- Mariel abrió la puerta del coche y bajó -Señorita- extendió su mano hacia mí.

Cogí fuertemente su mano y bajé con cuidado -Gracias- sonreí una vez que bajé por completo.

-Para servirle- cerró la puerta y rápidamente me dio su brazo para sujetarlo -¿Me haría el honor?-

-Claro- me sujeté y caminamos hacia dentro.

POV. Mariel
Jennifer se estaba dejando llevar por mi trato, no sabía si lo hacía con gusto o por seguirme el juego, sea cual sea la razón, yo estaba encantada.
Entramos a la casa y la admiré detalladamente, era un recibidor bastante amplio, había tres sofás de diferentes tamaños, acomodados en forma de media luna y en medio una mesa ovalada de cristal, con un florero vacío en medio, detrás de los sofás había un estante con algunos libros y uno que otro vino en algún espacio vacío.

-Por acá- El padre de Salma nos empujó más adentro -Puedes dejar tu abrigo aquí si lo deseas- señaló un perchero de madera cerca de la puerta.

-Gracias- sonreí y me quité el abrigo.

-Pueden tomar asiento mientras está la cena-

-Sí, gracias- Jennifer caminó al sofá.

-¿Gusta que le ayude en algo?- di un paso hacia el señor.

-No, muchas gracias, toma asiento- señaló el sofá.

-Anda bueno- sonreí y me senté a lado de Jennifer.

-¿A qué se debe tanta amabilidad?-

-No entiendo-

-Quieres quedar bien con la familia de Salma- giró un poco para verme -Tú no eres así-

-No soy queda bien- dije suavemente -Soy educada- sonreí unos segundos -En el orfanato te enseñan mucha educación, modales, ser atenta, por si alguien buscaba un hijo, dar una buena impresión- suspiré pesadamente -Cosa que no pasó-

-¿Te sientes mal por eso?-

-No, solo a veces pienso en cómo sería si hubiera tenido familia, si hubiera hecho las mismas cosas o no; no lo sé, es raro- levanté los hombros.

-Lamento eso-

-No lo hagas, estoy bien con lo que tengo ahora- la miré unos segundos -Y me gusta la compañía que tengo-

Noté como se sonrojo un poco
-¿Y no haz pensado en si tienes familiares?-

-No, no quiero pensar en eso-

-¿Por qué?-

-Porque tendría la duda todo el tiempo y soy tan kamikaze que dejaría todo para ir a buscarlos, y sí los encuentro y ellos no querían ser encontrados, sería un golpe duro y no lo soportaría sola-

-Oh, yo lo...- puse un dedo en su boca.

Quité mi dedo lentamente -Si vas a disculparte, no lo hagas- sonreí débilmente.

-Lo si...- soltó una leve risa -Iba a disculparme-

-¿Mencioné que me gustan tus ojos?- hablé rápidamente.

Noté como entre abrió los labios para hablar pero fue interrumpida por Salma -Hola, chicas- llegó a nosotras con una sonrisa -¿Interrumpo?-

-No, para nada- Jennifer se levantó y la besó en la mejilla
-Hola-

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora