Capítulo. Ciento seis. Ojalá y funcione.

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Mariel habido cumplido totalmente su palabra, a cada día se encargaba con pequeños detalles de enamorarme de nuevo, o realmente, enamorarme más. Ya fuera un simple chocolate, una pequeña nota, un abrazo inesperado, un beso robado, cada cosa que hacía, cada palabra que me decía, me dejaba realmente claro que ella, era la mujer de mi vida, o que al menos, sería la más importante.
Después de salir de la universidad, regresé con Salma al apartamento, puesto Mariel había salido de urgencia junto con Antonio rumbo al estudio y decía ella que no quería que me fuera sola.

-La otra que vez fui a tu apartamento, escuché algo de lo cual aún no tengo explicación- dije mientras cerraba la puerta.

-¿De qué hablas?-

-Escuché gemidos- dije simplemente.

-¿Qué?- noté como comenzaba a ponerse nerviosa -No sé de que hablas- comenzó a caminar lejos de mí.

-¿Con quién te acuestas?-

-Con nadie, escuchaste mal-

-¿Por qué no puedo saber?-

Se quedó en silencio unos minutos -¿Recuerdas qué te hablé sobre un exnovio que traicioné?-

-Ajam-

-Pues, hace unos días, comenzamos a hablar de nuevo, él fue a mi apartamento a un asunto diferente, y al encontrarme sola aprovechemos para hablar sobre lo sucedido- se quedó en silencio.

-Vale, continúa-

-Entonces, lo abracé, porque yo había comenzado a llorar y lo abracé sin pensar, cuando supe lo que había hecho, pensé que se iría o algo así, pero cuando me correspondió el abrazo, supe que él aún sentía lo mismo que yo por mí y lo besé, y él siguió el beso-

-¿Y cómo se llama?-

-No sé si decírtelo-

-¿Por qué, es alguien que conozco?-

-Sí-

-¿Quién?- pregunté sorprendida.

-Antonio- dijo simplemente.

-¿Qué?- abrí los ojos como platos
-¿Desde cuándo?-

-Unas semanas, desde que Mariel volvió, él y yo estuvimos hablando demasiado, primeramente sobre ella, después sobre ustedes y al último, salió nuestra relación al tema-

-¿Y te perdono?-

-Sí, dijo que me había perdonado desde hace tiempo, pero que no me lo decía por miedo a que yo volviera a fallarle- hizo una pausa -Pero que, se había dado cuenta que había cambiado y que estaba totalmente arrepentida-

-Oaah, realmente Antonio es un hombre con una mentalidad increíble-

-Lo sé- me miró -Y Mariel también, así que, cuida eso que tienes con ella, no lo arruinen otra vez-

-Lo intentamos, pero, no lo sé, cada vez que estamos bien, algo pasa, un mal entendido, una mala noticia, un problema, siempre, siempre algo tiene que echarlo a perder-

-Es porqué ustedes lo permiten- me miró -Si no dejaran afectarse tanto por los problemas externos, serían más seguras y estables, pero tú- me señaló -Eres jodidamente explosiva, una pequeña chispa y detonas en miles de emociones y Mariel, ella es volátil, si tú explotas, la haces explotar-

-¿O sea qué es mi culpa?-

-De ambas, tienen que aprender a lidiar con eso, tú no ser tan explosiva y Mariel a no dejarse llevar tan rápido por las emociones-

-Suena sencillo, pero es complicado-

-Todo lo que al final vale la pena, es complicado al principio- sonrió.

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora