Entre mis letras

Capítulo. Ochenta y ocho. Cuento de hadas.

Desperté temprano y llamé a servicio a la habitación, pedí un desayuno doble y un paquete extra, el pedido llegó en varios minutos, aproveché que Jennifer seguía dormida y comencé a acomodar las cosas en la mesita de noche. Me acerqué a su cuerpo y comencé a dejar besos desde su coxis hasta su nuca, Jennifer giró en la cama semi dormida y sonrió mientras yo recorría con mi dedo los restos de las letras que había en su cuerpo.

-Llego a pensar que tienes una severa afición en pintar en mi piel-

-La tengo- besé su hombro -Te traje el desayuno-

-¿Tú o el servicio a la habitación?-

-Fue contribución de ambas partes- sonreí -Yo escribí un mensaje secreto en el desayuno-

-Lo descubriré- imitó mi gesto y se acercó al desayuno- miró las tostadas con mermelada -Me pregunto que será- sonrió ampliamente y dejó un beso en mi mejilla -Eres tan discreta para dar mensajes- dijo después de señalar el "Te amo", con jarabe de chocolate que estaba por encima de todas las tostadas.

-Se me da la discreción- cogí un trozo y me lo llevé a la boca
-Ahora desayuna, que te llevaré a un museo que sé amarás-

-¿Y después?-

-Lamentablemente a coger el avión-

-¿Tan pronto?- abrió los ojos como platos.

-No- comencé a reír -Solo quería fastidiarte-

-Eres odiosa- sonrió -¿A dónde iremos?-

-A que conozcas la típica Torre Eifel-

-No lo dices muy animada-

-Lo estoy, solo que hay tantos museos llenos de historia, tantas estructuras arquitectónicas y nadie les presta la importancia, sí, la Torre es magnífica, pero mira- señalé la ventana -Se ve desde aquí-

Giró su cabeza y sonrió -Mejor recorramos todos los museos posibles-

-Primero hay que desayunar, ducharnos y después saldremos-

-¿Dónde quedó el sexo?- dijo con una sonrisa pícara.

-Vale, sería, sexo, desayunar, sexo, ducharnos, sexo, vestirnos-

-Comencemos entonces- se acercó a mí y comenzó a besarme.

Después de hacer todo lo anterior, comenzamos a vestirnos y preparar algunas cosas como la cámara y las direcciones en Google mapa, salimos de la habitación y pedí un taxi, una vez en el lugar, bajamos y nos quedamos en la entrada.

-¿Cómo se llama?-

-Museo del Louvre- dije rápidamente.

-Que diferencia de lectura con tus gafas puestas- sonrió.

-Cumplí mi fantasía- besé su sien -Ahora podré apreciar mejor las cosas-

-La cumplirías de todos modos-

-Lo sé, solo quería demostrarte que podía- sonreí ampliamente
-Entremos-

-Uh, una placa de información- Jennifer se acercó y comenzó a leer -El Museo de Louvre es el museo nacional de Francia, consagrado al arte anterior al impresionismo, tanto bellas artes como arqueología y antes decorativas-

-Eso explica porque es uno de los más importantes del mundo- me paré detrás de ella -Mira hay que ver por allá-

Comenzamos a caminar y quedamos boquiabiertas al ver la cantidad de obras de arte que había en el lugar, se encontraba: "El retrato de Luis XIV, la escultura de Venus de Arlés, Madame Récamier, La bella Jardinera, la escultura de Dama de Auxerre, el Díptico Barberini, el Código de Hammurabi, la escultura de Venus de Milo y lo que captó nuestra total atención al grado de quedar estupefactas, La Gioconda".