Capítulo. Ochenta y seis. Un paseo.

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Después de ducharnos y vestirnos, salimos de la habitación, Mariel pidió un taxi en recepción y sacó una nota de sus pantalones para enseñarsela al chófer, él cual solo asintió y comenzó a conducir.

-¿A dónde iremos?-

-Sinceramente no sé que dice aquí- acercó la nota a su cara
-Pero dice Jackson que es un excelente lugar para comer- sonrió.

-Vale, oye-

-¿Si?-

-Tienes una mancha en tus gafas-

-¿Dónde?- se las quitó y las observó de cerca -No veo nada-

-Eso es porque sin gafas estás igual de ciega que un topo-
sonreí -Dame acá, yo los limpio-

-Gracias y no estoy ciega, solo es astigmatismo-

-Igual, sin gafas ves borroso, demasiado-

-Solo un poco, puedo ver bien-

-¿Entonces ves bien?-

-Claro- dijo con seguridad.

-Vale, te reto a que estés sin gafas hoy- los guardé en su estuche y los arrojé a mi bolso.

-Vale- sonrió ampliamente -¿Qué me darás si lo logro?-

-Podrás cumplir esa fantasía que tanto anhelas-

Sus ojos tomaron un brillo especial para después sonreír de medio lado -Hecho, es un trato- estrechamos nuestras manos.

Al llegar al restaurante, Mariel sacó su cartera y comenzó a contar la pasta -Bien, creo aquí está- dijo examinando la pasta de cerca.

Él señor asintió y bajamos del taxi, podía notar como Mariel entrecerraba los ojos y en ocasiones los abría de más para poder ver mejor, entramos al lugar y una camarera nos atendió, nos llevó a nuestra mesa y dejó la carta en la misma.

-¿Mariel?- dije al ver como pegaba la carta a su cara
-¿Segura que no los necesitas?-

-No, yo veo bien- dejó la carta en la mesa -Igual, con gafas o no, no puedo leer, no sé francés-

-¿Entonces cómo pediremos?-

-Tranquila, Jackson ya había pedido-

-¿Y cómo le dirás eso a la camarera?-

-Está escrito aquí- me mostró un papel.

-¿Qué dice?-

-Umm- hizo una pausa -No entiendo el francés- soltó una leve risa.

-Más bien, no lo puedes ver- sonreí ampliamente.

-Pero puedo hablar en inglés-

-¿Creés qué te entiendan?-

-Se supone que sí, es un lugar turístico, deben saber al menos dos idiomas- levantó los hombros.

-Veamos entonces-

Esperamos unos minutos y regresó la camarera con una pequeña libreta en sus manos, nos miró y sonrió.

-¿Do you speak English?- Mariel preguntó.

-Yes- la chica sonrió.

-Oh, great- imitó su gesto y hablaron sobre el pedido, Mariel le pasó la hoja y la chica comenzó a reír cuando notó que le había pasado una etiqueta de un jugo.
Después de pocos minutos y muchas risas la chica se fue, mientras Mariel borraba la sonrisa de su rostro al verme.
-¿Qué?- preguntó confusa.

Entre mis letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora