Día 31: Chicas con sorpresa

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Con aquella alocada pelirroja he entablado una sincera amistad. Hablamos mucho por las tardes, en esos interminables minutos en que debe arreglarse para la noche, para estar deseable y tentar a sus clientes. -¿Por qué decidiste hacerte.... bueno.... prostituta?- Pregunté tras estar mucho tiempo aguantándome la inquietud. No es normal que una mujer decida irse por este camino, por eso es que quería entender que ocurrió en sus vidas para terminar acá. Con las otras rameras no tengo tanta confianza y por ello no les he podido consultar.

-En mi familia no me querían y por eso tuve que irme... Viví un tiempo en la calle y ahí conocí el oficio... Ahora por una amiga terminé trabajando en este antro, que es mucho mejor que estar en las calles... Créeme chica, eso si es el infierno. En cualquier momento te topas con un loco y te descuartizan por completa... Yo perdí a muchas colegas así. A una la encontré con los ojos abiertos debajo de un riachuelo... y una botella completita metida en el ano...- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Eso sucede en esta sociedad? Es impresionante lo que me he dado cuenta tanto en la cárcel como aquí, que hay muchas cosas que esconden las oscuridades de la noche.

-Pero.... ¿Por qué la botella? ¿Por qué le hacen eso? ¿Quienes?- Pregunté asustado. Y es que sentí aquella sensación en mi propio traserito. ¡Qué dolor por Dios! Debe ser horrible. 

-Porque los nazis hacen eso con las mujeres como nosotras...- Responde como si mi consulta hubiera sido estúpida, inapropiada por algo que debería saber y que al parecer no he alcanzado a percibir.

No quise seguir indagando y es que quedaría como un imbécil, estaba seguro. Ya era hora de seguir limpiando las habitaciones. Estaba conversando con mi amiga en los vestidores y ya estaban otras chicas arreglándose. Me despedí de Cata para luego dirigirme a la puerta y grande fue mi sorpresa cuando vi como se le caía la bata a una de las rameras. Me quedé pasmado viéndola desnuda y es que jamás me lo había sospechado. 

-¿Qué? ¿Te gustó mi verga?- Profirió la que finalmente no era mujer. ¿Qué? ¿A ese tipo féminas se refería mi amiga? 

-¿Por qué te sorprende? Todas aquí tenemos uno, ¿quieres ver a mi Luchito?- Cata se me acerca por la espalda y me habla al oído. Un tremendo escalofríos recorre mi espalda. ¡Ay no! Ahora no podré mirar con los mismos ojos a estas tipas. 

Si ellas tienen "sorpresa", significa que todos los clientes que veo a diario lo saben y le gusta que tengan uno. ¿Acaso ellas los follarán? ¡Pero si tienen tetas! ¿En qué mundo estoy metido? ¡Ya no puedo confiar ni en mis propios ojos!

Diario de un Soltero GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora