Día 101: Viejo Cochino

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Está mal creo, pero ahora amo más a Joaquín que antes. El saber que es hijo de Ernesto, me ha alegrado mucho y es que es un pedacito de mi amado.

-Un pedazo mezclado con el pedazo de puta que es su madre... - me dijo Gracia el otro día.

Supongo que tiene razón, aunque ni siquiera me importa. Tiene la sangre de la única persona a quien he amado y eso me es suficiente.

Hablando de la vieja esa, ¿pueden creer que tras cinco años sigue enamorada de Fernando. El pobre tiene que encerrarse con llave por las noches para que ella no intente aprovecharse.

Hace unos dos años tuvimos que ir a la clínica con la anciana. Gracia estaba tan desesperada por consumar su amor, que se subió por una enredadera hasta la ventana del sinbolas. Se creía Spiderman la vieja, solo que esa noche hizo tanto frío, que cayó helada. El umbral de la ventana estaba húmedo y se resbaló como costal de papas al suelo.

Dos cosquillas rotas, una fractura expuesta en la pierna, el cráneo roto, ocho dientes menos (los únicos que les quedaban). Vaya, que al final terminó peor que Barbie vieja, con la pata comida y un ceno hundido.

-¿Qué vas a hacer ahora? Ya no tienes dientes, vas a tener que usar placa... - le dije una vez se estaba recuperando.

-Hay que ver las oportunidades en las amenazas... Ahora me será más fácil mamarla... - claro, por eso estaba feliz en el dentista.

Gracia es persistente, yo luego de cinco años me hubiera rendido, pero ella sigue al pie del cañón, esperando el día en que su príncipe sin testículo la acepte.

A veces pienso que me rodeo solo de personas que les encanta en pene. Es que incluso mi hijo, con cinco años, anda viendo a los hombres por ahí.

La otra vez estábamos en el centro comercial, él tomó mucho jugo, por lo que fuimos al baño a hacer pipí.

-Ven cachorro, este cubículo está desocupado... - le mencioné, para que tuviera privacidad.

La cosa es que el chico no aceptó y prefirió los urinales. Querrá ser como sus compañeros, pensé... Estaba muy equivocado. A los segundos lo vi turnio viendo la polla del sujeto que estaba a su lado.

-Tiene muchos pelos, ¿por qué no se los corta? Se vería mucho mejor... - le dio consejos de estilista.

El hombre quedó sorprendido al oírle decir eso y más por qué luego quiso tocarle aquellos vellos.

-¿Estás solo? ¿Podríamos ir a jugar por ahí? - sonó la voz grave del descarado.

¡Ah no! Este desgraciado no le haría nada a mi retoño. Sabiendo que el pervertido ese quería aprovecharse de Joaquín, entré en acción.

Acabábamos de comprar cloro en el supermercado, y sin pensarlo dos veces abrí la botella para tirarle el contenido a ese degenerado. Me ensañé, porque le atiné justo a los ojos y la boca.

-¿Qué te pasa tarado? - preguntó.

-Con mi hijo no cabrito, no le vas a hacer nada... ¿No ves que es un niño? Viejo cochino... - estafa enojado a mil.

No, ese putazo no se iba a salir con la suya. Así que con todas mis fuerzas lo arrastré hasta el cubículo vacío.

El inodoro estaba sucio, como si antes hubiera estado ahí un verdadero cerdo. Como el hijo de puta no podía ver, me fue fácil controlarlo. Así, lo arrodillé para meter toda su cabeza en la taza con caca.

-¿No te gustan los niños? Ahora verás lo que le hacemos en mi pueblo a los pervertidos como tú... - en realidad nací en esta ciudad, pero quería intimidarlo haciéndole creer que venía de un pueblo peligroso.

Estuve dos horas metiendo y sacando su cabeza de aquella agua putrefacta . Luego de ese tiempo muchos hombres se quedaron viendo lo que hacía.

Me cansé y decidí que el sujeto ya había pagado lo suficiente.

-Si yo quería llevarlo con los guardias, porque parecía perdido... - me dijo varias veces.

¡Claro! Y yo soy la reina Isabel. A mi no me hacen tonto, no señor.

-Hijo, usted no puede andar haciendo eso... Ya tendrá mucha juventud para aficionarse con los penes ajenos... - tenía que advertirle a Joaquín.

-No... Si no me gustan... Es que el pene de ese caballero era muy feo, creo que hasta tenía una baba verde.... Que asco... Por eso lo estaba viendo... - y no saben cuánto me alivié de escuchar eso.







¿Hace cuánto no se habrá lavado la polla el pervertido ese?

Diario de un Soltero GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora