Ahora no puedo andar tranquilo por la calle, es que no puedo mirar a las mujeres como antes.
Como saben, estoy trabajando en un chat erótico y aunque a mi me gustan los varones, tengo que calentar a las damas, porque es el único puto trabajo que conseguí a mis cuarenta años y con los papeles manchados. ¿Qué? ¿Pensaron que era más joven? Pues no, estoy viejo ¿y qué?
-Me hice rebaje, estoy como niña de diez... ¿Te gusta así? - me dijo por el teléfono una vieja de ochenta años.
Es horrible, porque pensaba que hacer esto sería sencillo, total, no le tengo asco a nada. Craso error, ya sé que me espanta: la vagina. Tan solo pensar que salí de una, me asusta.
¿Saben lo que me sucedió el otro día? Estaba atendiendo a las clientas, cuando de pronto una de ellas comienza a decirme sus fantasías.
-Me gustaría que te colocaras unas hojas de parra en todo el cuerpo, y que con una rama me hagas cosquillas en mi panochita.... Uy, Que suculento es eso... - Y claro, ¿cuántas viejas hay en el mundo que tengan como fetiche las plantas?
-¿Gracia? ¿Es usted? - pregunté aunque ya sabía la respuesta.
-¿Qué? ¿Cómo sabes mi nombre?... Sabía que no tenía que usar la tarjeta de crédito de Fernando para comprar pinos... Ahora el sistema sabe que existo... - Comenzó a hablar sin parar.
-Pare... ¿Me puede decir qué hace llamando a este tipo de chats? - porque no es normal para alguien de su edad.
-Es que me siento muy sola, estoy enamorada de un hombre... Y él no me quiere... ¿Qué puedo hacer? - y el llanto siguió una hora, tuve que estar sesenta minutos oyendo a la anciana sollozar por la desgracia que es su vida amorosa. Al final cortó y todo quedó en una anécdota. Tal parece que nunca supo que era yo.
Eso sí, lo peor no estaba en mi trabajo, sino que en mi casa, porque aunque no lo quiera, todo se volvió un caos.
- Papá, quiero ir al colegio con falda... ¿Puedo? - me preguntó el otro día Joaquín.
-Claro que no, los niños van con pantalón... - respondió mi papá casi gritando, interfiriendo a la fuerza.
Yo no hice nada, no tenía ganas de discutir en ese momento...
Al otro día llegué con tres faltas de colegio para que asistiera mi cachorro como él se sienta mejor.
-¿Te gustaría dejarte el pelo largo mi amor? - le pregunté al ver su carita de felicidad al darse cuenta de mi sorpresa.
No voy a dejar que este mundo le destruya sus sueños, si Joaquín se siente como una niña, entonces le ayudaré a que esté bien consigo mismo.
-Y toma... Esto es para los recreos... - le dije mientras le pasaba su otro regalo.
Le di un par de nudilleras para que se defendiera en los recesos. Es obvio que le van a molestar, así que ante cualquier agresión, mi cachorro se tiene que preparar.
-Tienes que ser fuerte hijo, si quieres ser tú mismo, lamentablemente vas a tener que batallar con todo el mundo... Por eso, si alguien quiere pegarte, tú esas la nudillera y le pegas dónde puedas... - Es el consejo que cualquier padre le daría a su hijo ¿no?
Aunque claro, mis papás no están de acuerdo y creen que trato de convertir a mi hijo en homosexual a la fuerza. Trato de no tomarles atención, no supieron criarme a mí y mucho menos van a saber criar a su nieto.
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Diario de un Soltero GAY
HumorMi psicólogo me recomendó que debía hablar sobre mis vivencias con alguien, y es que según él soy homosexual. ¡Pamplinas! No porque cuando pequeño jugaba con muñecas, ayudaba a mi madre a cocinar e inspeccionaba los cuerpos desnudos de mis amigos, s...