Diario de un Soltero GAY

Día 44: Amiguito bonito

Este lugar es horrendo, además que es un edificio antiguo y en ruinas, las personas que están aquí son asquerosas.

En el almuerzo de ayer vi a una vieja comiéndose los mocos, mientras gritaba a viva voz -¡Que ricos, son una delicia!- vieja cochina, me dieron arcadas.

También vi a un joven con el pelo largo como rapunzel. Le comenté lo bello que era, sólo para entablar conversación, a lo que me respondió.- No es cabello, son las almas de quienes he asesinado y se han quedado conmigo... Este mechón es mi mamá... Éste mi hermanito recién nacido... Y este otro el del pollito que aplasté con un ladrillo.- me alejé de inmediato y es que estaba desquiciado, ¿como se le ocurre matar a un ser inocente? ¿qué culpa tenía el pollito?

Lo bueno es que de todas estás personas, encontré a alguien simpático y normal. Estaba en mi cuarto de confinamiento, aburrido sin nada qué hacer, cuando apareció de pronto.

-El moreno que te hizo esto debe estar loco... Tú eres mucho mejor que Marcos...- dijo quebrando el silencio de la pieza. Me sentí tan bien cuando alguien me apoyó.

Miré hacia abajo y ahí estaba, mirándome con sus ojos dibujados con lápiz. Mi abdomen me estaba hablando, con su boca de ombligo. Nunca pensé que tendría en mi propia piel a mi mejor amigo.

-¿En qué es mejor una pizza que un judío?... En que las pizzas no gritan en el horno...- fue el chiste que me dijo mi amigo el otro día... Si es tan divertido.

-¿Tú te dibujaste esa cara? ¿Por qué lo hiciste? Cuéntame...- la psiquiatra me preguntó ayer en nuestra primera sesión.

- Yo no dibujé nada.. Él es mi nuevo amigo, Ombliguín... Me hace feliz y no se burla de mí...-dije enfadado. ¿Cómo se le ocurre ofender a mi mejor camarada?

Al final me recetó cinco pastillas de lo más amargas. Se supone que me harían estar más relajado y cuerdo, aunque lo único raro que he sentido han sido las cosquilla en mis alas y en que mi pony no está comiendo bien su cereal con leche.