Para qué les voy a decir a quién me refiero con el título, si ya saben que es Ernesto.
Pues sí, el feo ahora está mucho más delgado y no puedo creer que con bajar de peso cambiara tanto. Su rostro es más anguloso, ya no tiene espinillas, se ha afeitado. ¡Por la virgen de los Dildos! Si hasta es guapo, debí reconocerlo después de quedar embobado viéndolo.
Omar me buscó para decirme que la maraca de Laurita está embarazada y que los posibles padres somos el farsante, el ahora flaco y yo. Como si no supiera que la muy pécora ha estado con medio mundo y que deberían hacerle una prueba de paternidad a cada individuo con pene, incluyendo a Cata, uno nunca sabe.
Quedé traumado cuando tuve relaciones con ella y como tengo tanta mala suerte, posiblemente la dejé preñada yo, así que por las moscas, prefiero seguir con esto y saber si realmente seré papi.
Como el último nominado estaba escondido, tuvimos que pedirle ayuda a La Papucha para que lo buscara por nosotros. Se demoró una semana antes de decirnos que estaba en casa de una tía. Claro, si lo echaron de la casa dónde trabaja su mamá, supongo que no tenía otra opción que acudir a una pariente solterona.
Los tres, Omar, Laura y el bello que les habla, fuimos a buscarlo. Debí reconocer que estaba nervioso, cosa que casi nunca me sucede. ¿Seguirá odiándome? Según él le destruí la vida, aunque eso que llamaba existencia era bastante aburrida. Creo que debería agradecerme por darle un poco de acción, ¿no? Si soy tan buena persona.
Nos atendió una vieja muy arrugada y con bastón. Mierda, me estoy rodeando de momias.
-¡Ernestito, tienes visita!- gritó la anciana. ¿De dónde sacó los pulmones? Si fue más fuerte que los gemidos de la preñada.
Al rato apareció el sujeto y todos quedamos boquiabiertos. Reconozco que me excité al verlo, me mojé como cuarentona en concierto de Julio Iglesias.
-¿Te acuerdas que me metiste como cinco veces el pico? Bueno, me embarazaste... ¿cuándo nos casamos?- dijo de inmediato la puta de Laura.
Es tan ofrecida que hizo desmayar a la tía de Ernesto. Omar terminó contando toda la verdad y el antiguo feo comprendió toda la historia.
- No se preocupen, yo me haré cargo del bebé y de la bella Laura... La única persona que me ha tratado con cariño...- dijo el delgado, mientras me miraba.
El muy pendejo me quería hacer sufrir. Claro, si yo tengo toda la culpa de su vida miserable. No aguanté mirar su espectáculo de llorón profesional, por lo que lo saqué a la fuerza de la casa y lo encaré en el patio delantero.
-¿Qué? ¿Quieres sacarme celos con la pelona? Pues ya me di cuenta de eso, así que no te servirá de nada... ¿Cambiaste para hacerme sufrir no es cierto? Estás completamente loco...- Le reproché iracundo, una fuerte ira me invadió y no la pude controlar.
-Te odio. Nunca había sentido esto por alguien, nunca detesté con tantas fuerzas... Dediqué mucho tiempo a buscarte, solo que ahora no perderé mis valiosos segundos en ti... Ese bebé me hace mucha ilusión y estar con Laura también. Quiero una familia, y ni tú ni nadie me impedirá eso... Sácate de la cabeza la idea que mi vida gira entorno a ti, porque eso no volverá a suceder nunca más...- Y después de destruirme se marchó como si nada, a tocar la barriga insipiente de la maraca como si ya quisiera al renacuajo que crece ahí dentro.
Pues si él me odia, yo haré lo mismo con él... Solo que no he podido salir de aquel estado de... de... ¡Mierda! Aunque no lo crean, tengo pena, mucha pena. Nunca imaginé que el feo ese pudiera hacerme sentir tan mal.
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Diario de un Soltero GAY
HumorMi psicólogo me recomendó que debía hablar sobre mis vivencias con alguien, y es que según él soy homosexual. ¡Pamplinas! No porque cuando pequeño jugaba con muñecas, ayudaba a mi madre a cocinar e inspeccionaba los cuerpos desnudos de mis amigos, s...