Día 70: Doña Conchuda

232 29 5
                                    

Después de lo vivido con Pablo, quise buscarlo para declararle mi eterno amor.

-Nunca pensé que te enamorarías, ¿estás seguro de esto?- preguntó Cata cuando le comenté.

Claro que lo estoy, nunca nadie me había tratado tan gentilemente y quiero que sea él quien me abrace todas las noches. Mi amiga se alegró por lo que me ha sucedido, dijo que lo mejor de este mundo es el amor y es que ella está muy prendada de Patricio.

Averigüé su dirección y me dirigí hasta su casa. Llevaba en mis manos un hermoso ramo de rosas rojas, se las daría en nombre de lo que siento por él.

Al abrir la puerta me encontré con su cabellera pelirroja y su mirada sorprendida al verme hincado ofreciéndole flores. Usualmente estoy arrodillado, pero haciendo otras cosas y con mi boca solamente.

-Muchas gracias por el ramo, estoy seguro que le gustarán a mi mamá...- mencionó al salir del asombro.

Cuando entré a su casa, esperaba que se refiriera a la tumba de su progenitora, que la iría a ver después, pero no, la vieja sigue viva.

- ¿Y quien es este negro? Debe ser un delincuente... Si es tan feo y hasta huele mal...- ¡Vieja conchuda! Se me olvidó bañarme esta semana, ¿qué tiene? A todos nos ha pasado.

-No, él es... Es... Un amigo...Se llama...- estaba respondiendo el psiquiatra cuando mi grito de dolor lo interrumpió.

¿Cómo que su amigo? Nosotros somos marido y marido, estamos casados ante la ley de la vieja loca esa. No me vendrá a negar ahora.

-En realidad señora, yo soy su esposo... Estamos felizmente casados y queremos ser muy felices... Hablando de eso, le quería dar las gracias por tremenda verga que le dio a su hijo, me ha alegrado mucho y es que nunca me  habían metido por el culo algo tan hermoso...- Me presenté como es debido y es que en esta vida hay que ser siempre agradecido.

Lo que siguió me sorprendió, porque la vieja, muy callada, se me acercó pasiva, sin inidicios de querer agredirme, sólo que de pronto levantó su bastón y me pegó en la cabeza la muy putona.

-Antes muerta dejo que mi adorado hijo esté con una cosa como tú... Aceptaría que fuera maricón, pero que su pareja sea alguien decente por lo menos...- tuvo que intervenir el mismo Pablo, porque de lo contrario la desgraciada me hubiera matado con el palo ese.

Se llama Concepción, nombre de anciana maraca con falta de pico, y por lo mala desde ahora la bautizo como Doña Conchuda. ¿Quién se cree? No me va a alejar de mi hombre, eso si que no. Maldita suegra, ahora voy a tener que ganarme su cariño. ¡Puta vida!

Diario de un Soltero GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora