En realidad estoy en shock, no puedo creer lo que me he enterado.
No sé cómo, pero Omar encontró dónde nos estábamos quedando. Cuando abrí la puerta me encontré con el rubio.
-Tengo que hablar algo contigo... - fue lo primero que dijo antes de entrar sin siquiera pedir permiso.
La dueña de casa nos vigiló escondida desde la cocina, se suponía que no teníamos que verla, pero su cabello cano sobresalía notoriamente. Da igual, al final se va a enterar igual de lo que conversemos. Tuvo que haber sido de la CIA en una vida pasada.
-No sé por qué, pero Laura dejó a Ernesto y ahora no sé dónde está... Estoy preocupado por nuestro hijo... - y en serio se veía afligido.
Me sorprendió mucho cuánto ha cambiado y es que de ser el demente adicto al sexo y usurpador de identidades, ahora se ve como un futuro padre preocupado. ¿Qué pasó amiguito?
Yo por lo menos no me preocupé mucho por la maraca, porque sé que se sabe cuidar muy bien. En cambio no podía dejar de sonreír, mi amado estaba solo otra vez. Ahora si podría caer en mis garras.
Al final tuve que acompañar al falso Pablo a buscar a la embarazada. No sabíamos si tenía familiares o algo por el estilo, tampoco podíamos ir a la policía porque nos habíamos fugado del manicomio. Tuvimos que acudir a la última persona que la había visto:Ernesto.
No sé qué dieta ha hecho, pero se ve muy delgado. Pensé cuando apareció en la casa en la que ahora vive.
Para ser sincero, ha cambiado mucho. Está rapado completamente, es un pelón sexy y ha perdido mucho peso. Creo que el cambio ha sido muy drástico, porque se ve demacrado, o eso imaginaba cuando estaba frente a él.
-Supongo que regresó al manicomio, es el único lugar que ha considerado su hogar... - respondió molesto, no nos quería ahí.
-¿Por qué te dejó? ¿Acaso se dio cuenta que me sigues amando? - me burlé, y es que estaba muy feliz de saber que tenía una nueva oportunidad.
Su mirada fue cortante, repleta de odio y resentimiento. Me dio escalofríos al contemplarle tan dolido.
Sin siquiera despedirse, cerró la puerta de un portazo y nos dejó sorprendidos parados en la calle.
-La única forma que tenemos para entrar al centro psiquiátrico, es disfrazarnos y hacerle una visita a Laurita... - fue el plan que Omar ideó.
Tenía razón y tuvimos que planificar una forma para que los internos de allí no nos descubrieran.
Llegamos a la casa dónde me estoy quedando y buscamos ropas que nos sirvieran. Y bueno, como lo único que hay es trapos de anciana .. Tuvimos que disfrazarnos de viejas católicas.
-Te quedan muy bien las arrugas y las tetas caídas... - se mofó doña Gracia mientras me maquillaba.
-Prometo que voy a quemar esa ropa...-mencionó enojada la dueña de casa.
De acuerdo, nos veíamos horribles. No es que las viejas sean muy bonitas, pero nosotros éramos horrendas.
-Se supone que somos las tías de una loca, no creo que esperen a gente muy guapa... - sacó como conclusión Omar.
Me convencí de eso y es que tenía razón. Así entramos al manicomio y preguntamos por Laurita. No sabía que la seguridad de ese lugar era tan mala y es que nos hicieron entrar de inmediato, sin siquiera pedirnos identificación ni nada.
Nos llevaron a su cuarto y ahí estaba, en medio de la oscuridad, como si fuera un alma en pena.
Primero Ernesto y ahora está, ¿Qué habrá pasado?
-Laurita... Soy yo, Omar... Estaba muy preocupado, ¿estás bien? ¿Y el bebé? - el falso Pablo se mostró muy preocupado. ¿Qué onda? ¿se enamoró?
La mujer ni siquiera lo miró, se levantó de su cama y se dirigió a mí, identificándome debajo de aquel disfraz. Me abrazó como si fuéramos amigos, a lo que no respondí, quedé congelado con su reacción.
-Está muy mal... Se va a morir... Se va a morir... Tiene cáncer y ya es muy tarde... No podía seguir a su lado, ¿y si el hijo no es suyo? Le estaría dando ilusiones en sus últimos días de vida... - me dijo llorando.
...
...
Me costó reaccionar y pensar en un nombre: Ernesto...
Ernesto se está muriendo...
ESTÁS LEYENDO
Diario de un Soltero GAY
HumorMi psicólogo me recomendó que debía hablar sobre mis vivencias con alguien, y es que según él soy homosexual. ¡Pamplinas! No porque cuando pequeño jugaba con muñecas, ayudaba a mi madre a cocinar e inspeccionaba los cuerpos desnudos de mis amigos, s...