-Hazlo por favor, te lo suplico, necesito tener mi vida de vuelta...- me suplicó el verdadero Pablo el otro día.
Luego del asqueroso accidente con la maraca de Laurita, había quedado tan mal que no quería volver al manicomio, en realidad me traumatizó. Ahora no puedo ver a ninguna mujer, todas me recuerdan aquel acto tan bajo que cometí sin querer. ¿Cómo los heterosexuales pueden hacerlo?
Vi al pelirrojo desesperado, clamando por mi ayuda y eso realmente me conmovió.
-Está bien, está bien... Lo haré, sólo porque eres mi marido. Espero que recuerdes mi sacrificio...- respondí finalmente.
No puedo creer lo que una cara bonita sea tan poderosa, es como cuando a los hombres les engatuzan un par de tetas.
Nuevamente tuve que ir al centro de salud mental, me dirigí hasta el despacho del rubio, dispuesto a concretar lo que había prometido.
-Está bien, quítate la ropa y hagámoslo...- es todo lo que dije al entrar.
El falso psiquiatra se asombró al verme allí, se quedó paralizado por un par de minutos. ¿Qué? ¿Acaso no quería tanto ser pasivo?
-Ya lo hice con un hombre, así que no quiero más... Puedes irte, nuestro trato no se cumplió...- quedé con un ojo cuadrado.
¿Quién se cree? Claro, como se ha juntado tanto con Laura, se le pegó lo puta. ¿Y con quién me engañó? ¿Ah?
-Dime, ¿con quién te metiste? Yo soy tu único hombre, eso que te quede claro... Ese ojete es sólo mío...- me enfadé mucho, en realidad es un infiel.
El rubio quedó un tanto extrañado. Al rato me percaté lo que había dicho. ¿Por qué sonó tan machote? Estúpida vagina, algo me contagió, quizás y hasta me convierta en hetero. ¿Se imaginan? Por Dioh, qué dirá la gente.
-Soy un alma libre... Y bondadoso, así es que te daré otra oportunidad. Dejaré de ser Pablo si convences a tu amiga Cata para que me folle... Ella tiene pene ¿verdad?- el muy hijo de canina. ¿Cómo se le ocurre pedirme eso?
Ella es mi mejor amiga, no me gustaría meterla en este lío, sólo que no puedo abandonar a mi esposo, prometí cuidarlo siempre. Ay no, ¿y ahora qué hago? Estás cosas sólo me pasan a mí, ¿a quién debería elegir? ¿A mi amiga o al machote pichulón que quiero que me folle? ¡Qué difícil es la vida!
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Diario de un Soltero GAY
HumorMi psicólogo me recomendó que debía hablar sobre mis vivencias con alguien, y es que según él soy homosexual. ¡Pamplinas! No porque cuando pequeño jugaba con muñecas, ayudaba a mi madre a cocinar e inspeccionaba los cuerpos desnudos de mis amigos, s...