Día 93: Ayuda Inesperada

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Al final creo que las cosas no salieron tan mal, a veces puedo tener algo de suerte.

Luego de encontrarme con el hombre a quien le corté las bolas, perdí toda esperanza de juntar a Ernesto con su mamá, lo más probable es que ella piense que soy un monstruo... Bueno, no está tan lejos de la realidad.

Estos últimas días los he dedicado a cuidar a mi amado, cocinar como esposo preocupado y acompañarlo hasta el hospital. De vez en cuando vienen Laura y Omar a vernos, esos dos ya parecen hasta una pareja decente.

A Ernesto le gusta tocarle la barriga a la maraca esa, supongo que le causa ternura que tal vez pueda ser su hijo, y sí, tanto que le gusta la verga a la pelona esa, que al final va a parir a un varón.

-Ya tengo seis meses, tengo una panza enorme... ¿Me veo muy fea? - me preguntó el otro día mientras íbamos a comprar pan.

-Te ves asquerosa, a mi por lo menos me das lástima...  No quería decírtelo, pero conociendo a Omar, lo más probable es que ya no le calientes... Mírate, estás goooorda y tus piernas hinchadas,  ¿y qué es esa ropa?  ¿La recogiste de la basura? - ya saben que soy siempre sincero.

Lo malo, es que en esta ocasión Laura se largó  a llorar como feo en San Valentín.  La gente comenzó a vernos extraño y es que parecía que era mi culpa que ella estuviera chillando ahí.  Si solo dije la verdad, ¿acaso alguna vez han visto a una embarazada bonita?  Y ni me digan sus mamás, no sean mamones.

-Pero si era broma, si eres la mujer más  bonita del mundo...  Con pelones en el cabello, una barriga tamaño jumbo y esas tetas que se te están cayendo, cualquiera se vería mal... Pero tú...  Tú...  Ay niña, es que no puedo mentir tanto...  Es que estás muy fea... Fea, feísima... Como calzón de puta... - mentir no es lo mío, lo siento.

A la muy cabrona se le ocurrió abrazarme y llorar en mi hombro, como si nos tuviéramos cariño.

-Sólo un amigo verdadero es capaz de decir la verdad... Agradezco a Dios de haberte conocido...  Siempre me ayudas... - y creo que escuché bien.

Pues sí, la muy tonta cree que somos amigos.  ¡Por Dios! Si hasta le metí corriente...  ¿Cómo puede considerar eso como un gesto de amistad? Hay cada loco en este mundo.

En fin, parece que las cosas van bien, pronto seremos padres y aunque está mal, Ernesto se ha visto un poco más repuesto.  Espero le dure mucho.

Volviendo al tema de doña María. Como les dije, ya me había rendido, hasta que un día, mientras estaba en el supermercado, se me acercó un hombre.

-Me ha costado mucho encontrarte...  ¿Por qué huyes?- era el hombre sin bolas, frente a mi, ya no tenía escapatoria.

-Ok, casi me matas y todo... Pero si no hubiera sucedido eso, ahora estaría en la bancarrota. Resulta que mi secretaria quería hacerle creer a todo el mundo que el hijo que tiene era mío...  El juez le daría la razón, pero yo utilicé el accidente como coartada... Le dije que hace mucho no tenía testículo y que era imposible que el bebé ese fuera mío... Todos me creyeron y la muy zorra se quedó sin nada... - ¿O sea que se alegra de tener al elefante sin sus campanitas?

Todo era verdad y estaba agradecido conmigo.

-Quiero que me ayude para que María perdone a su hijo...-es lo que le pedí como recompensa por mi "favor".

Ahora espero que todo salga bien y la vieja esa recapacite.

Diario de un Soltero GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora